ES TODA UNA REFERENCIA PARA LOS JÓVENES
Josefa, estrella de la Marcha Nórdica a los 75: 'Competía contra los de 60 porque no había de mi edad'
A sus casi 75 años, Josefa Vázquez, natural de Santa Ana la Real, ha sido tres veces campeona de Andalucía y tercera de España en esta modalidad de montañismo que practica desde hace seis años.

“Cuando -tras la jubilación- me vi con tanto tiempo libre, a mí que no me gusta el ganchillo, cogí los palos y a caminar”. Así empezó la hazaña de la representante onubense más veterana en Marcha Nórdica (Nordic Walking), Josefa Vázquez, que a sus casi 75 años -los cumple el 24 de este mes- ha sido tres veces campeona de Andalucía y tercera de España, compitiendo contra atletas de casi 10 años menos que ella.

“Cuando -tras la jubilación- me vi con tanto tiempo libre, a mí que no me gusta el ganchillo, cogí los palos y a caminar”. Así empezó la hazaña de la representante onubense más veterana en Marcha Nórdica (Nordic Walking), Josefa Vázquez, que a sus casi 75 años -los cumple el 24 de este mes- ha sido tres veces campeona de Andalucía y tercera de España, compitiendo contra atletas de casi 10 años menos que ella. Desde que se federó hace seis temporadas, Josefa ha pasado por los clubes Trepamundo y Ultra Trail Huelva -el actual- y se ha subido a numerosos podios a nivel regional y nacional. La deportista puede presumir de un tercer puesto en el Campeonato de España de 2017. Y, por si fuera poco, todo ello midiéndose ante deportistas de la categoría de 60 años, pues “no había representación de mi edad”. Sin embargo, en las últimas competiciones, la Federación Andaluza de Montañismo ha contemplado la categoría de los 70 años. Aunque esta no ha contado con representación, por lo que “competía sola y me tenía que pelear conmigo misma”, cuenta Josefa, que este año “solo” ha participado en dos carreras, pues la pandemia ha supuesto “un parón muy grande para nosotros”. En cualquier caso, los títulos han venido de sorpresa para esta experimentada atleta que asegura dedicar su tiempo a este deporte porque es “fantástico para cuerpo y cabeza”. “A mí el palmarés me importa menos”, reconoce Josefa, para la que lo primero es “quedar contenta” consigo misma. De hecho, “yo no me doy ninguna importancia, ando y punto”, afirma, eso sí, “verás que no me tienes que ayudar a subir escalones”. Un merecido “descanso”“Desde que me casé no he parado de trabajar en la empresa y cuidando a mi hijos” narra Josefa, que tiene tres. “Cuando me jubilé y me vi libre de todas esas ataduras, me quité el reloj y no me lo he vuelto a poner”, confiesa con la serenidad que da haber cumplido con sus obligaciones cuando lo tuvo que hacer. Ahora, ese reloj lo ha cambiado por dos bastones con los que recorre la sierra onubense a unos 12 kilómetros por jornada. “Soy bastante constante, todos los días salgo a andar, es un vicio”, asegura la deportista, que realiza unos 12 o 14 kilómetros diarios, “más si me pierdo”, admite entre risas. Y es que Josefa prefiere guiarse por su orientación y por el conocimiento de los caminos que le otorgan los más de 30 años que lleva viviendo en la sierra de Huelva. “Si los que sabéis usar las aplicaciones del móvil os perdéis, imagínate yo”, bromea. Más allá de campeonatos y trofeos, para Josefa “la función es mantenerme bien, si no seríamos dos personas mayores que se quedan en casa viendo la tele”, cuenta haciendo referencia a su marido, que, aunque también está federado, prefiere acompañarla a las competiciones como su “fiel escudero”. Naturaleza y buena compañíaJosefa nació y se crió en pleno contacto con la naturaleza. Antes de mudarse a Cataluña a los 14 años, donde se casó y crió a sus tres hijos, la onubense creció en la aldea Fuente del Oro, en Santa Ana la Real. “Para mí la naturaleza está por delante de todo”, cuenta la deportista, que hace 16 años regresó para quedarse a su pueblo natal. Allí puede disfrutar a diario de un contacto estrecho con el medio, uno de los motivos por los que confiesa amar la Marcha Nórdica. Además, “aquí, si no te gusta la naturaleza, no hay muchas expectativas para divertirse”, añade. Otra de las razones que le atrae de este deporte es la del componente social. “Rodearse de tanta juventud maravillosa es genial”, valora la santanera, que admite sentirse “como la abuela de todo el mundo”. Además, cuando no hay carreras, el club de Josefa realiza encuentros que le permiten reunirse con “muy buenos amigos”. La veterana deportista no duda en agradecer “el cariño tan grande e inmenso que me tienen todos los clubes, me quieren y me miman demasiado”. Por algo será, Josefa. Sobre la Marcha NórdicaLa Marcha Nórdica es una especialidad deportiva pedestre que consiste en caminar rápido de forma natural impulsándose con unos bastones. El recorrido puede ser único o mixto: de pista, asfalto, tierra, hierba o montaña. Los orígenes de este deporte se remontan al año 1930 en Finlandia, cuando el equipo nacional de esquí nórdico comenzó a entrenar en época estival ayudándose de bastones, para simular una práctica lo más parecida posible al ejercicio que realizaban en invierno sobre la pista de nieve. Lo que comenzó como una técnica de entrenamiento para estos deportistas, poco a poco derivó en una nueva modalidad deportiva que se extendió al resto del mundo. En los años 90, varias universidades finlandesas y estadounidenses realizaron estudios sobre los beneficios para la salud de la marcha nórdica. A finales de esta década y principios de los 2000, la Marcha Nórdica cobra relevancia y solidez a nivel internacional, constituyéndose en Finlandia la Asociación Internacional de Nordic Walking (INWA). Como todo, el uso de los característicos bastones de este deporte tiene un porqué. Con ellos se optimiza el esfuerzo físico que el cuerpo realiza al andar, permitiendo al deportista sumar el impulso de su tren superior al del inferior, aumentando así la eficacia, la velocidad y la distancia en el desplazamiento, así como reduciendo el cansancio. En definitiva, es como si el esfuerzo que se produce al andar quedara más repartido entre los diferentes músculos del cuerpo.Independientemente de la edad, el género o la resistencia, la marcha nórdica se presenta como una oportunidad sencilla para mejorar la condición física. Especialmente en la provincia onubense, donde son cuantiosas las opciones para practicar este deporte al mismo tiempo que se disfruta de la naturaleza.
“Cuando -tras la jubilación- me vi con tanto tiempo libre, a mí que no me gusta el ganchillo, cogí los palos y a caminar”. Así empezó la hazaña de la representante onubense más veterana en Marcha Nórdica (Nordic Walking), Josefa Vázquez, que a sus casi 75 años -los cumple el 24 de este mes- ha sido tres veces campeona de Andalucía y tercera de España, compitiendo contra atletas de casi 10 años menos que ella. Desde que se federó hace seis temporadas, Josefa ha pasado por los clubes Trepamundo y Ultra Trail Huelva -el actual- y se ha subido a numerosos podios a nivel regional y nacional. La deportista puede presumir de un tercer puesto en el Campeonato de España de 2017. Y, por si fuera poco, todo ello midiéndose ante deportistas de la categoría de 60 años, pues “no había representación de mi edad”. Sin embargo, en las últimas competiciones, la Federación Andaluza de Montañismo ha contemplado la categoría de los 70 años. Aunque esta no ha contado con representación, por lo que “competía sola y me tenía que pelear conmigo misma”, cuenta Josefa, que este año “solo” ha participado en dos carreras, pues la pandemia ha supuesto “un parón muy grande para nosotros”. En cualquier caso, los títulos han venido de sorpresa para esta experimentada atleta que asegura dedicar su tiempo a este deporte porque es “fantástico para cuerpo y cabeza”. “A mí el palmarés me importa menos”, reconoce Josefa, para la que lo primero es “quedar contenta” consigo misma. De hecho, “yo no me doy ninguna importancia, ando y punto”, afirma, eso sí, “verás que no me tienes que ayudar a subir escalones”. Un merecido “descanso”“Desde que me casé no he parado de trabajar en la empresa y cuidando a mi hijos” narra Josefa, que tiene tres. “Cuando me jubilé y me vi libre de todas esas ataduras, me quité el reloj y no me lo he vuelto a poner”, confiesa con la serenidad que da haber cumplido con sus obligaciones cuando lo tuvo que hacer. Ahora, ese reloj lo ha cambiado por dos bastones con los que recorre la sierra onubense a unos 12 kilómetros por jornada. “Soy bastante constante, todos los días salgo a andar, es un vicio”, asegura la deportista, que realiza unos 12 o 14 kilómetros diarios, “más si me pierdo”, admite entre risas. Y es que Josefa prefiere guiarse por su orientación y por el conocimiento de los caminos que le otorgan los más de 30 años que lleva viviendo en la sierra de Huelva. “Si los que sabéis usar las aplicaciones del móvil os perdéis, imagínate yo”, bromea. Más allá de campeonatos y trofeos, para Josefa “la función es mantenerme bien, si no seríamos dos personas mayores que se quedan en casa viendo la tele”, cuenta haciendo referencia a su marido, que, aunque también está federado, prefiere acompañarla a las competiciones como su “fiel escudero”. Naturaleza y buena compañíaJosefa nació y se crió en pleno contacto con la naturaleza. Antes de mudarse a Cataluña a los 14 años, donde se casó y crió a sus tres hijos, la onubense creció en la aldea Fuente del Oro, en Santa Ana la Real. “Para mí la naturaleza está por delante de todo”, cuenta la deportista, que hace 16 años regresó para quedarse a su pueblo natal. Allí puede disfrutar a diario de un contacto estrecho con el medio, uno de los motivos por los que confiesa amar la Marcha Nórdica. Además, “aquí, si no te gusta la naturaleza, no hay muchas expectativas para divertirse”, añade. Otra de las razones que le atrae de este deporte es la del componente social. “Rodearse de tanta juventud maravillosa es genial”, valora la santanera, que admite sentirse “como la abuela de todo el mundo”. Además, cuando no hay carreras, el club de Josefa realiza encuentros que le permiten reunirse con “muy buenos amigos”. La veterana deportista no duda en agradecer “el cariño tan grande e inmenso que me tienen todos los clubes, me quieren y me miman demasiado”. Por algo será, Josefa. Sobre la Marcha NórdicaLa Marcha Nórdica es una especialidad deportiva pedestre que consiste en caminar rápido de forma natural impulsándose con unos bastones. El recorrido puede ser único o mixto: de pista, asfalto, tierra, hierba o montaña. Los orígenes de este deporte se remontan al año 1930 en Finlandia, cuando el equipo nacional de esquí nórdico comenzó a entrenar en época estival ayudándose de bastones, para simular una práctica lo más parecida posible al ejercicio que realizaban en invierno sobre la pista de nieve. Lo que comenzó como una técnica de entrenamiento para estos deportistas, poco a poco derivó en una nueva modalidad deportiva que se extendió al resto del mundo. En los años 90, varias universidades finlandesas y estadounidenses realizaron estudios sobre los beneficios para la salud de la marcha nórdica. A finales de esta década y principios de los 2000, la Marcha Nórdica cobra relevancia y solidez a nivel internacional, constituyéndose en Finlandia la Asociación Internacional de Nordic Walking (INWA). Como todo, el uso de los característicos bastones de este deporte tiene un porqué. Con ellos se optimiza el esfuerzo físico que el cuerpo realiza al andar, permitiendo al deportista sumar el impulso de su tren superior al del inferior, aumentando así la eficacia, la velocidad y la distancia en el desplazamiento, así como reduciendo el cansancio. En definitiva, es como si el esfuerzo que se produce al andar quedara más repartido entre los diferentes músculos del cuerpo.Independientemente de la edad, el género o la resistencia, la marcha nórdica se presenta como una oportunidad sencilla para mejorar la condición física. Especialmente en la provincia onubense, donde son cuantiosas las opciones para practicar este deporte al mismo tiempo que se disfruta de la naturaleza.
En cualquier caso, los títulos han venido de sorpresa para esta experimentada atleta que asegura dedicar su tiempo a este deporte porque es “fantástico para cuerpo y cabeza”. “A mí el palmarés me importa menos”, reconoce Josefa, para la que lo primero es “quedar contenta” consigo misma. De hecho, “yo no me doy ninguna importancia, ando y punto”, afirma, eso sí, “verás que no me tienes que ayudar a subir escalones”.
“Desde que me casé no he parado de trabajar en la empresa y cuidando a mi hijos” narra Josefa, que tiene tres. “Cuando me jubilé y me vi libre de todas esas ataduras, me quité el reloj y no me lo he vuelto a poner”, confiesa con la serenidad que da haber cumplido con sus obligaciones cuando lo tuvo que hacer. Ahora, ese reloj lo ha cambiado por dos bastones con los que recorre la sierra onubense a unos 12 kilómetros por jornada.
“Soy bastante constante, todos los días salgo a andar, es un vicio”, asegura la deportista, que realiza unos 12 o 14 kilómetros diarios, “más si me pierdo”, admite entre risas. Y es que Josefa prefiere guiarse por su orientación y por el conocimiento de los caminos que le otorgan los más de 30 años que lleva viviendo en la sierra de Huelva. “Si los que sabéis usar las aplicaciones del móvil os perdéis, imagínate yo”, bromea.

Más allá de campeonatos y trofeos, para Josefa “la función es mantenerme bien, si no seríamos dos personas mayores que se quedan en casa viendo la tele”, cuenta haciendo referencia a su marido, que, aunque también está federado, prefiere acompañarla a las competiciones como su “fiel escudero”.
Josefa nació y se crió en pleno contacto con la naturaleza. Antes de mudarse a Cataluña a los 14 años, donde se casó y crió a sus tres hijos, la onubense creció en la aldea Fuente del Oro, en Santa Ana la Real.
“Para mí la naturaleza está por delante de todo”, cuenta la deportista, que hace 16 años regresó para quedarse a su pueblo natal. Allí puede disfrutar a diario de un contacto estrecho con el medio, uno de los motivos por los que confiesa amar la Marcha Nórdica. Además, “aquí, si no te gusta la naturaleza, no hay muchas expectativas para divertirse”, añade.

Otra de las razones que le atrae de este deporte es la del componente social. “Rodearse de tanta juventud maravillosa es genial”, valora la santanera, que admite sentirse “como la abuela de todo el mundo”. Además, cuando no hay carreras, el club de Josefa realiza encuentros que le permiten reunirse con “muy buenos amigos”.
La veterana deportista no duda en agradecer “el cariño tan grande e inmenso que me tienen todos los clubes, me quieren y me miman demasiado”. Por algo será, Josefa.
La Marcha Nórdica es una especialidad deportiva pedestre que consiste en caminar rápido de forma natural impulsándose con unos bastones. El recorrido puede ser único o mixto: de pista, asfalto, tierra, hierba o montaña.

Los orígenes de este deporte se remontan al año 1930 en Finlandia, cuando el equipo nacional de esquí nórdico comenzó a entrenar en época estival ayudándose de bastones, para simular una práctica lo más parecida posible al ejercicio que realizaban en invierno sobre la pista de nieve.
Lo que comenzó como una técnica de entrenamiento para estos deportistas, poco a poco derivó en una nueva modalidad deportiva que se extendió al resto del mundo. En los años 90, varias universidades finlandesas y estadounidenses realizaron estudios sobre los beneficios para la salud de la marcha nórdica. A finales de esta década y principios de los 2000, la Marcha Nórdica cobra relevancia y solidez a nivel internacional, constituyéndose en Finlandia la Asociación Internacional de Nordic Walking (INWA).
Como todo, el uso de los característicos bastones de este deporte tiene un porqué. Con ellos se optimiza el esfuerzo físico que el cuerpo realiza al andar, permitiendo al deportista sumar el impulso de su tren superior al del inferior, aumentando así la eficacia, la velocidad y la distancia en el desplazamiento, así como reduciendo el cansancio. En definitiva, es como si el esfuerzo que se produce al andar quedara más repartido entre los diferentes músculos del cuerpo.
Independientemente de la edad, el género o la resistencia, la marcha nórdica se presenta como una oportunidad sencilla para mejorar la condición física. Especialmente en la provincia onubense, donde son cuantiosas las opciones para practicar este deporte al mismo tiempo que se disfruta de la naturaleza.