JUGANDO A LAS COCINITAS
Sopa minestrone
Receta fácil y reconfortante para días fríos de invierno. Un triunfo total en la mesa. Una sopita de verduras contundente y, como siempre intento ofreceros, versátil. ¿Preparados para sudar en la mesa?

En invierno y con los días de frío que tenemos, ¿a quién no le apetece un buen caldo, una sopita o una crema? Siguiendo con lo propio de esta estación que tanto me gusta, os traigo hoy un clásico de la cocina italiana: una minestrone.
La llamo minestrone de Solamenterocío porque hay muchas versiones de esta sopa y ésta que os traigo es la mía propia. Me inspiré en una receta de Jamie Oliver, de su libro La cocina de Jamie Oliver. Vosotros podéis ir haciendo cambios en la receta o, si no tenéis mucha experiencia entre fogones, dejarla tal y como está. Os chuparéis los dedos.
La palabra minestrone procede del latín minestrare, que significa servir un plato. Ya se conocía en tiempos de los romanos y desde entonces la receta ha ido variando, pero siempre ha conservado su base de verduras.
Es una especialidad de la cocina italiana y consiste en una sopa elaborada con verduras de temporada. Esto para mí ya es un punto a su favor. Sabéis que me encanta lo ecológico y el primer paso para llevar a cabo un recetario bio es comer productos de la época del año en que estamos.
Normalmente, la mienestrone lleva pasta o arroz, para que el plato sea más energético. Yo cociné una minestrone vegetariana, pero también podéis usar caldo de carne e incluso añadir cubitos de pollo o taquitos de jamón o bacon a la misma sopa.
INGREDIENTES
Damos unos pequeños cortes a los tomates y los escaldamos. Esto es tan fácil como poner agua hirviendo e introducir en ella los tomates unos 15 segundos. Así será facilísimo pelarlos. Una vez pelados los despepitamos y los cortamos a dados.
Pelamos las zanahorias, las cortamos en juliana y las picamos. Preparamos los puerros también en juliana y después picados. Quitamos los hilos del apio y los cortamos primero a lo largo y después picados (podemos usar también las ramitas más externas). Pelamos y picamos también la cebolla y las endibias. Debemos procurar que todas las verduras queden del mismo tamaño (¡pero no hace falta que saquéis la regla!).
Las endibias son mi contribución principal a este plato, más que nada por necesidad. Cuando te ves un domingo frío de invierno en una aldea perdida con ganas de una minestrone, tienes que aprovechar lo que haya en el frigo. Yo no tenía col y sí un exceso de endibias, así que… ¡a experimentar! Y fue todo un éxito.
Rehogamos en aceite de oliva, en una buena cazuela de fondo grueso, la zanahoria, el puerro, el apio, la cebolla, el ajo y el romero, hasta que todo esté tierno. Añadimos el tomate y lo cocinamos un par de minutos más.
Agregamos el caldo, lo llevamos a ebullición y lo dejamos después hervir a fuego lento unos 15 minutos, espumando si es necesario. Agregamos las endibias, tapamos la cazuela y dejamos cocinar 10 minutos más (todo a fuego lento).
Ponemos ahora la pasta y las albahaca y cocemos cinco minutos, tiempo que necesita la pasta para impregnarse de todos los aromas de las verduras. Rectificamos el punto de sal si es necesario. La sopa debe tener una textura densa, con muchos matices de sabor.
Una vez en el plato aderezamos con un poco de aceite de oliva virgen extra y el Parmesano recién rayado. Y ya puedes empezar quitarte el jersey, porque te sobrará en unos minutos. ¡Qué rica!