la pasada noche de fin de año
La Fiscalía pide 11 años al vigilante de la Aduana en el caso del robo de los 1.000 kilos de hachís
18.12 h. El Juzgado de Instrucción nº 5 de Huelva ha dictado el auto de apertura de juicio oral del caso del robo de 1.000 kilos de hachís en la sede de Aduana la pasada Nochevieja, conocido como la operación 'Campanada', y la Fiscalía ya ha formulado su escrito de acusación pidiendo once años de prisión al vigilante de seguridad, único que queda en prisión preventiva, por los delitos de hurto continuado, contra la salud pública, robo y por otro de tráfico de drogas.


Para los otros tres, naturales de Huelva capital, el Fiscal solicita siete años por un delito contra la salud pública, mientras que para el resto, cinco en total —de Gibraleón y de Punta Umbría— pide tres años y medio por un delito contra la salud pública.
Cabe recordar que solo continúa en el centro penitenciario el vigilante de seguridad de las instalaciones presuntamente implicado en la operación, así como que el Ministerio Fiscal ha solicitado multas millonarias que rondan los seis millones de euros. En concreto, los tres presuntos cabecillas de la operación 'Campanada', que se entregaron de forma voluntaria, salieron de la prisión este verano al decretar el juzgado de Instrucción número 5 libertad bajo fianza de 2.000 euros para cada uno.
Además de las detenciones se realizaron cinco registros en Huelva en febrero y se intervinieron tres vehículos de alta gama adquiridos en los días posteriores al robo; ese mismo día se realizaron otros cinco registros realizados en Sevilla, en la localidad sevillana de Carmona y en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), y días más tarde la Udyco de Sevilla arrestó a otro miembro del grupo investigado.
En total fueron 21 las personas implicadas —18 detenidos por la Policía y tres que se han entregado voluntariamente— aunque fueron 14 los que han pasado por la cárcel.

El pasado 31 de diciembre, coincidiendo con las campanadas de fin de año, varios individuos encapuchados accedieron a las dependencias donde se almacenaba el estupefaciente y se apoderaron de la droga en menos de tres minutos. A bordo de dos vehículos todoterreno y un remolque sustraídos, y ataviados con ropas deportivas oscuras, pasamontañas, capuchas y guantes —lo que dificultó enormemente cualquier identificación—, accedieron al depósito de manera profesional y con la precisión horaria establecida que habían planificado, no obstante fue el ADN obtenido en las pruebas recogidas por la Policía, lo que ha permitido a los investigadores identificar a los detenidos.