Los cines que perdió Huelva

Las distintas salas de cine han ido desapareciendo del centro de la ciudad en los últimos 25 años. Desde este lunes, la única opción para ver una película en la gran pantalla pasa por ir al centro comercial Holea

Cierran los cines de Aqualon de Huelva tras 20 años de proyecciones

¿Adiós al Aqualon? El que fuese el primer centro comercial de Huelva podría tener una nueva vida como hotel

Colas a la entrada del cine Emperador canal sur
María Carmona

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Con el cierre definitivo de los cines Aqualon este domingo, Huelva se despide de su última sala de proyección en el casco urbano y pone el 'The End' a una historia de décadas marcada por luces, sombras y mucha emoción compartida frente a la gran pantalla.

A partir del lunes, los onubenses que quieran ver cine en pantalla grande tendrán que desplazarse hasta el centro comercial Holea, en la periferia de la ciudad, donde quedará el único complejo cinematográfico en activo.

La noticia supone mucho más que el adiós a unas salas, representando el cierre de un capítulo social y cultural, porque antes de los cines de Aqualon y de los -próximamente, únicos- de Holea, Huelva fue ciudad de salas y proyecciones en su mismo corazón.

Cuando los cines estaban en el centro

Los más veteranos aún recuerdan con nostalgia nombres que hoy suenan a otra época, como el Palacio del Cine o el Cine Odiel, auténticos templos de celuloide que ya no existen pero que forman parte del imaginario colectivo de la ciudad.

Ya más recientes en la memoria están los cines Rábida, Emperador, o Fantasio, todos desaparecidos en los últimos 25 años, uno tras otro, dejando a la ciudad sin butacas entre las que elegir.

A la década de los años 30 del pasado siglo hay que remontarse para ubicar el arranque de uno de los cines con más solera que tuvo Huelva: el Cine Rábida, una joya de la arquitectura racionalista que durante décadas proyectó clásicos imperecederos. Sus sesiones eran cita obligada para familias, parejas y cinéfilos de toda la provincia, que acudían a la capital a disfrutar de sus funciones.

Imagen del cine Rábida huelva secreta

A éste se le unió desde 1964 para operar en la céntrica calle Berdigón -que no en pocas ocasiones se veía atravesada por las colas en las taquillas- el cine Emperador. Orgulloso escenario durante décadas de las proyecciones del Festival de Cine Iberoamericano, el Emperador, con las tres salas que acondicionó con los años, fue el cine por excelencia de los onubenses, marcando una época: esa época de adolescente en la que al cine se iba el viernes por la tarde, para acabar en el local de enfrente -del que ya, como del cine, solo queda el recuerdo- comiendo una hamburguesa, antes de que tus padres vinieran a recogerte en el coche a La Palmera -ésa que tampoco está ya-.

También a mediados de la década de los 70 abrió sus puertas el cine Fantasio, en pleno corazón de Isla Chica, que con los años, y tras algún cierre temporal, fue sumando salas, erigiéndose en la década de los 90 como una alternativa más que decente a los cines más grandes y céntricos de la ciudad.

Los Multicines Fantasio eran punto de encuentro de buena parte del barrio de Isla Chica, y con sus sesiones matinales ayudaba a dinamizar una zona que contaba con otro enorme atractivo, destino de miles, los fines de semana: el antiguo Estadio Colombino. Fútbol y cine unidos, el barrio bullía y era imposible encontrar aparcamiento en los alrededores los fines de semana.

El Fantasio cerró sus puertas en 2002, y apenas dos años después, en 2004, echaba la persiana el cine Emperador. El golpe definitivo para los amantes del cine local llegó unos meses después, en enero de 2005, cuando decía adiós el cine Rábida, dejando al centro de la ciudad huérfana de salas.

Nuevos modelos

Mientras los cines tradicionales comenzaban a apagarse, el público —y el negocio— en Huelva, siguiendo la tendencia generalizada, se trasladaba a nuevas fórmulas. Multicines, centros comerciales, espacios amplios y modernos que ofrecían más horarios, más títulos y mejores instalaciones.

En primer lugar fue la sala de multicines La Dehesa, en la barriada de Zafra, que convivió durante un tiempo con los cines del centro siendo testigo de su cierre, para después ver cómo Aqualon se la llevaba por delante.

Los cines del que fue el primer centro comercial de la ciudad de Huelva causaron sensación en sus inicios, cuando el modelo de ocio comenzó a cambiar y empezó a dirigirse a estos centros comerciales en los que se empezaba a concentrar la oferta lúdica.

Ahora, 20 años después de su apertura, y después de haber sido durante mucho tiempo referente, Aqualon también apaga sus salas, y con su cierre Huelva se queda sin cine en su núcleo urbano por primera vez en más de un siglo. La única opción para ver una película en la gran pantalla en Huelva pasará desde ahora por acudir al centro comercial Holea, en una ciudad que tuvo, no hace tanto, varias salas funcionando al mismo tiempo en su centro.

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