La meteorología, ciencia cofrade
La meteorología ya es por derecho propio una ciencia cofrade. La Semana Santa ya no es sólo artesanía y tradición, también tecnología, y no hay cofradía que no tenga un meteorólogo de cabecera o un estudioso de las Cabañuelas.
Internet se ha convertido en un lugar de referencia donde hallar una ingente información sobre el tiempo, más o menos exacta según donde se mire, a veces contradictoria y hasta excesiva. No es de extrañar que los hermanos mayores tengan dudas y se lo piensen dos veces antes de abrir la boca, porque precisamente ahora que hay más medios para acertar que antiguamente parece que es cuando menos se consigue. Y es que hay partes meteorológicos para todos los gustos, porque éstos no se limitan a decir si lloverá o no, sino que en su precisión detallan que de tal a tal hora pasa un frente y luego no llueve hasta otra hora, con lo cual para justificar una decisión basta con dar con el parte acorde. Vamos, como en la Fórmula 1, donde cada escudería condiciona su carrera 'oficial' a las previsiones. Pero además de radares meteorológicos y otros alardes técnicos, se consulta incluso a la gente del campo, marineros de Punta Umbría, los pájaros y hasta amigos de la radio supuestamente entendidos en la materia.