Letras de paja
En este bautismo de Huelva 24, cuando empiezan a escribirse las primeras líneas con el reto de recuperar la esencia del periodismo, cabe detenerse un instante, mirar atrás y andar sobre nuestros pasos. No es fácil la labor de contar día a día las escenas de nuestra particular ópera magna.
Esta profesión, apasionante y espinosa a partes iguales, ha caído en unaprisión sin rejas donde cada vez es más complicado aunar el interés del públicocon el de la propia empresa mediática y los poderes económicos y políticos.Esas esposas invisibles nos recuerdan una cita del escritor francés Honoré deBalzac: el periódico es una tienda en la quese venden al público las palabras del mismo color que las quiere.
Los medios se nutren de la publicidad, cierto, una ayuda que se paga conintereses a largo plazo. Y es precisamente en el circo político donde se hacemás patente cómo los titulares se enredan a favor de sus mayores benefactores.Las presiones se acrecientan en época electoral; la prensa -desnuda ante lacrisis- se torna dependiente de los partidos y las instituciones que lamantienen a flote. Un angosto laberinto donde se han perdidos muchos medios decomunicación.
La opinión del público pone en duda su credibilidad; los títulos sehacen previsibles dependiendo de la cabecera. Ya lo decía el periodistaestadounidense Abbott Liebling, “la gente generalmente confunde lo que leen enlos periódicos con las noticias”. Pero el corpus mediático no lo construyen nilas chequeras millonarias, ni las influencias políticas ni los favores pedidosy debidos, sino las palabras a vuelapluma y las miradas a través de los objetivos.
Son esos periodistas que siguen (seguimos) trabajando alentados por elmito de Woodward y Bernstein, manteniendo aquello que no se compra ni se pone ala venta: la profesionalidad. Ahora se abre una nueva página en blanco, sin filtrosni corazas que la maniaten, un altavoz sin partitura para convertir enhistorias simples letras de paja.
En la vorágine electoralista, los medios se erigen como una piezaimprescindible en la captura de votos. Canalizan aquello que acontece yconstruyen una realidad parcelada -léase paralela- orientando el signo de lapapeleta que algo más de la mitad de los onubenses con derecho a votodepositarán en las urnas el próximo 22 de mayo. Lo llaman el cuarto poder.
Muchos llamarán a esta nueva puerta online a la actualidad onubense;querrán saber quiénes son y hasta dónde están dispuestos a llegar. Es el juegopolítico, económico y periodístico. Bienvenidos sean todos; anhelamos quepuedan seguir marcando su propio rumbo mientras recorren la Gran Vía onubense. Cuidadocon las piedras del camino… y los chinos en los zapatos.