Obligación y responsabilidad
La derrota ante el Girona ha hecho mucho daño. Sin ser decisiva, ya que aún quedan siete jornadas para buscar el milagro, si ha dejado muy tocado al equipo y sobre todo a la afición. La demostración palpable fue la reacción del público tras el pitido final, con una sonora bronca al palco de autoridades que no quedó mitigada por una megafonía que sonó a tope con el himno de un 125 aniversario, que tristemente está pasando a la historia por todo lo negativo que ha traído esta funesta temporada que parece no tener fin.
El futuro de la entidad recreativista es oscuro y el único rayo de luz en el que sostiene es comprobar como su gente no le falla. Lejos de mirar hacia otro lado, un millar de fieles salió a la calle para reivindicar los auténticos valores del equipo más antiguo del país. Porque el fútbol no se entendería sin los aficionados, el deseo por todos pasa por la viabilidad de un club que parece condenado al peor de los destinos.
Por encima de decepciones, ascensos o ascensos, está el sentimiento de pertenencia. Y por encima de categorías o divisiones está el Decanato. Lo que hay que preservar porque es el legado que nos han dejado generaciones y generaciones de recreativistas. De abuelos a nietos, una pasión que solo los que sueñan en albiazul pueden entenderlo.
Mientras que en los despachos el oscurantismo y el negocio prevalece, el aficionado de calle ha tomado el testigo y ha dado un primer paso importante. El de posicionarse y tomar las riendas del destino del club. Será una lucha desigual, pero la obligación de todo recreativista es la de no dejar morir al viejo Decano. Desde ya empieza la presión para que los dirigentes actúen desde la responsabilidad y garanticen la viabilidad del Recreativo de Huelva. Sea en Segunda División, en Segunda B o en Tercera División. Una masa social lo respalda y no van a consentir que no hagan lo que esté en su mano para asegurarlo. Y si no se ven capacitados, que no pongan impedimentos para que los valientes de verdad den el paso.
Tienen la obligación y la responsabilidad de mantener con vida al Recreativo de Huelva, que lo tengan claro.
