ETA: el lobo se disfraza de cordero
Desde el principio me olió mal. Como a chamusquina. Ahora ya me huele cada vez peor. El anuncio de la banda terrorista ETA a un mes de las elecciones anunciando el 'cese definitivo de la violencia' es un espejismo de triunfo de la democracia que ojalá fuera cierto, pero que a estas alturas me escama que haya quien se lo crea.
En el año 2006, hace muy poquito, hubo una escenificación similar a la de ayer: la banda lee ante las cámaras un comunicado por parte de algunos de sus miembros encapuchados. Y terminaron con el puño en alto gritando en vasco no pararemos. Igual que ayer. Entonces bastaron sólo unos meses para que finalizara esa tregua trampa, calificada de alto el fuego permanente. La de ayer fue llamada cese definitivo de la violencia. ¿Hay mucha diferencia entre una y otra denominación? Porque yo no la encuentro. Bueno sí, que en el 2006 metieron la pata atentando en la T4 de Barajas y esta vez tenemos que creerles que no volverán a matar. Ojalá sea cierto. Lo malo es que yo ya estoy pensando que esto es como el cuento del lobo, que viene disfrazado de corderito hasta que obtenga lo que busca. Y si además de la hemeroteca tenemos en cuenta el calendario, la declaración de la banda tiene una menor credibilidad todavía. Exactamente a un mes de las elecciones. Justo seis meses después de que Bildu lograra posicionarse en el País Vasco como clara alternativa al PNV y se alzara con la alcaldía de San Sebastián. Tres meses y medio después de que el ministro de Interior, el que ha encabezado la lucha contra ETA durante la última legislatura, dimitiera de su cargo para presentarse a las elecciones como candidato del PSOE. Precisamente el mismo día del anuncio de la banda, el ex presidente del Gobierno socialista, Felipe González, realizó unas declaraciones sorprendentes que pasaron desapercibidas por el propio anuncio de la banda. El ex presidente aseguró que el resultado del 20-N no va a ser el que todos piensan. ¿Qué tal? ¿Verdad que sí, que todo esto huele un poco mal? ¿Y qué les parece si les digo que hay quien piensa que Zapatero se merece el premio Nobel de la paz por acabar con ETA? A lo mejor les parece normal, pero a mí no. Y cada vez huele peor. ETA ha estado presente en todas las elecciones democráticas del país, tal y como recordaba ayer la agencia EFE y recogían todos los diarios. Esto de hoy no es más que otro intento (diferente, eso sí, sin sangre por ahora) de irrumpir en el proceso democrático. No es que sea agorera. Es que no me lo creo. Es que el anuncio de hoy es el precio que pagan por estar en las elecciones municipales. Y estaba guardado hasta hoy porque era cuando convenía al que entonces lo pactó. Dentro de un mes lo veremos.
Y si además de la hemeroteca tenemos en cuenta el calendario, la declaración de la banda tiene una menor credibilidad todavía. Exactamente a un mes de las elecciones. Justo seis meses después de que Bildu lograra posicionarse en el País Vasco como clara alternativa al PNV y se alzara con la alcaldía de San Sebastián. Tres meses y medio después de que el ministro de Interior, el que ha encabezado la lucha contra ETA durante la última legislatura, dimitiera de su cargo para presentarse a las elecciones como candidato del PSOE.
En el año 2006, hace muy poquito, hubo una escenificación similar a la de ayer: la banda lee ante las cámaras un comunicado por parte de algunos de sus miembros encapuchados. Y terminaron con el puño en alto gritando en vasco no pararemos. Igual que ayer. Entonces bastaron sólo unos meses para que finalizara esa tregua trampa, calificada de alto el fuego permanente. La de ayer fue llamada cese definitivo de la violencia. ¿Hay mucha diferencia entre una y otra denominación? Porque yo no la encuentro. Bueno sí, que en el 2006 metieron la pata atentando en la T4 de Barajas y esta vez tenemos que creerles que no volverán a matar. Ojalá sea cierto. Lo malo es que yo ya estoy pensando que esto es como el cuento del lobo, que viene disfrazado de corderito hasta que obtenga lo que busca. Y si además de la hemeroteca tenemos en cuenta el calendario, la declaración de la banda tiene una menor credibilidad todavía. Exactamente a un mes de las elecciones. Justo seis meses después de que Bildu lograra posicionarse en el País Vasco como clara alternativa al PNV y se alzara con la alcaldía de San Sebastián. Tres meses y medio después de que el ministro de Interior, el que ha encabezado la lucha contra ETA durante la última legislatura, dimitiera de su cargo para presentarse a las elecciones como candidato del PSOE. Precisamente el mismo día del anuncio de la banda, el ex presidente del Gobierno socialista, Felipe González, realizó unas declaraciones sorprendentes que pasaron desapercibidas por el propio anuncio de la banda. El ex presidente aseguró que el resultado del 20-N no va a ser el que todos piensan. ¿Qué tal? ¿Verdad que sí, que todo esto huele un poco mal? ¿Y qué les parece si les digo que hay quien piensa que Zapatero se merece el premio Nobel de la paz por acabar con ETA? A lo mejor les parece normal, pero a mí no. Y cada vez huele peor. ETA ha estado presente en todas las elecciones democráticas del país, tal y como recordaba ayer la agencia EFE y recogían todos los diarios. Esto de hoy no es más que otro intento (diferente, eso sí, sin sangre por ahora) de irrumpir en el proceso democrático. No es que sea agorera. Es que no me lo creo. Es que el anuncio de hoy es el precio que pagan por estar en las elecciones municipales. Y estaba guardado hasta hoy porque era cuando convenía al que entonces lo pactó. Dentro de un mes lo veremos.
¿Y qué les parece si les digo que hay quien piensa que Zapatero se merece el premio Nobel de la paz por acabar con ETA? A lo mejor les parece normal, pero a mí no. Y cada vez huele peor.
En el año 2006, hace muy poquito, hubo una escenificación similar a la de ayer: la banda lee ante las cámaras un comunicado por parte de algunos de sus miembros encapuchados. Y terminaron con el puño en alto gritando en vasco no pararemos. Igual que ayer. Entonces bastaron sólo unos meses para que finalizara esa tregua trampa, calificada de alto el fuego permanente. La de ayer fue llamada cese definitivo de la violencia. ¿Hay mucha diferencia entre una y otra denominación? Porque yo no la encuentro. Bueno sí, que en el 2006 metieron la pata atentando en la T4 de Barajas y esta vez tenemos que creerles que no volverán a matar. Ojalá sea cierto. Lo malo es que yo ya estoy pensando que esto es como el cuento del lobo, que viene disfrazado de corderito hasta que obtenga lo que busca. Y si además de la hemeroteca tenemos en cuenta el calendario, la declaración de la banda tiene una menor credibilidad todavía. Exactamente a un mes de las elecciones. Justo seis meses después de que Bildu lograra posicionarse en el País Vasco como clara alternativa al PNV y se alzara con la alcaldía de San Sebastián. Tres meses y medio después de que el ministro de Interior, el que ha encabezado la lucha contra ETA durante la última legislatura, dimitiera de su cargo para presentarse a las elecciones como candidato del PSOE. Precisamente el mismo día del anuncio de la banda, el ex presidente del Gobierno socialista, Felipe González, realizó unas declaraciones sorprendentes que pasaron desapercibidas por el propio anuncio de la banda. El ex presidente aseguró que el resultado del 20-N no va a ser el que todos piensan. ¿Qué tal? ¿Verdad que sí, que todo esto huele un poco mal? ¿Y qué les parece si les digo que hay quien piensa que Zapatero se merece el premio Nobel de la paz por acabar con ETA? A lo mejor les parece normal, pero a mí no. Y cada vez huele peor. ETA ha estado presente en todas las elecciones democráticas del país, tal y como recordaba ayer la agencia EFE y recogían todos los diarios. Esto de hoy no es más que otro intento (diferente, eso sí, sin sangre por ahora) de irrumpir en el proceso democrático. No es que sea agorera. Es que no me lo creo. Es que el anuncio de hoy es el precio que pagan por estar en las elecciones municipales. Y estaba guardado hasta hoy porque era cuando convenía al que entonces lo pactó. Dentro de un mes lo veremos.