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El pueblo de Huelva que casi nadie conoce y parece sacado de un cuento: tiene 300 habitantes y se encuentra a más de 600 metros de altura

Un sitio que no suele aparecer en las guías turísticas, pero que conquista a cualquiera que se atreve a llegar hasta allí

El bonito pueblo de Huelva que se oculta bajo un castillo, entre espléndidas dehesas, antiguas vías férreas y cortas mineras

Cortelazor (Huelva) adobestock

S. M.

Huelva

Imagina un lugar diminuto perdido entre montañas, donde el tiempo va despacio, las casas son todas blancas y a su alrededor se extiende un bosque que en otoño se vuelve dorado. Un sitio que no suele aparecer en las guías turísticas, pero que conquista a cualquiera que se atreve a llegar hasta allí. Ese rincón existe y tiene nombre, es Cortelazor, uno de los pueblos más desconocidos y encantadores de la Sierra de Huelva, con apenas 300 habitantes y enclavado a más de 600 metros de altitud en un paisaje que parece hecho para soñar.

Un paseo por un pueblo con un encanto auténtico

Cortelazor conserva intacta toda la esencia de los pueblos tradicionales de la sierra onubense. Sus vecinos conviven con un silencio que solo rompen las campanas de la iglesia o el murmullo del agua en las fuentes. En su pequeña plaza se alza la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, uno de los principales atractivos del casco urbano, junto a las curiosas chimeneas cónicas, señas de identidad de la arquitectura local y símbolo del abrigo serrano durante las frías noches de invierno.

Las calles empedradas, los muros cubiertos de musgo y las flores que asoman en ventanas y macetas añaden un toque pintoresco que atrapa al visitante. Aquí no hay prisas, ni ruidos, ni tráfico, solo tranquilidad, tradición y hospitalidad.

Naturaleza y rutas con vistas de postal

El pueblo es además un lugar perfecto para los amantes del senderismo. Desde su casco urbano parten caminos hacia miradores y parajes como El Chorrito, una pequeña cascada que sorprende por su belleza, o senderos que conectan con otras localidades serranas entre bosques centenarios donde es habitual cruzarse con ciervos, jabalíes o aves rapaces que sobrevuelan el valle.

Vistas de Cortelazor adobestock

Su situación elevada permite disfrutar de vistas panorámicas impresionantes, especialmente al atardecer, cuando el sol se esconde detrás de los montes y el paisaje se tiñe de tonos mágicos.

Aunque sea pequeño, Cortelazor destaca también por su faceta cultural. Cada verano celebra un Certamen Internacional de Pintura al Aire Libre, que llena sus calles de artistas y lienzos creando un ambiente vibrante y creativo. Además, cuenta con esculturas al aire libre que van apareciendo entre calles y rincones, convirtiendo el pueblo en una auténtica galería.

¿En qué época es mejor visitarlo?

Cualquier época del año puede ser buena para perderse en este lugar lleno de paz, pero el otoño es especialmente mágico. Los bosques circundantes se visten con una paleta de colores donde dominan los ocres, naranjas y tonos beige, creando paisajes de ensueño que enamoran a quienes los recorren. Además, es temporada de castañas y setas, dos productos estrella de la zona que llenan las cocinas de aromas serranos.

Invierno trae chimeneas encendidas y una atmósfera hogareña; primavera explosiona en verde con flores por todas partes; y verano es ideal para descansar sin masificaciones bajo un cielo de estrellas.

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