RECREATIVO
Toledano: 'Sería de justicia que Claudio Barragán siguiera, pero si eso no sucede yo apostaría por un técnico de Huelva'
10.40 h. 'Es posible competir en esta categoría con jugadores de Huelva, pero también hay que darle entender a la afición que hay que ser pacientes con ellos. No queramos que en dos días los chavales se hagan', señala en una entrevista con huelva24.com el que fuera jugador, entrenador de cantera y secretario técnico del Recre, que hace un balance de lo que ha sucedido esta temporada en el Decano y de cómo ve el futuro proyecto albiazul.

PREGUNTA- ¿Qué le parecen las medidas que ha tomado la RFEF para Segunda B y Tercera División debido a la pandemia del coronavirus? ¿Las ve acertadas y lógicas o habría propuesto otras? ¿Cuáles serían?
RESPUESTA.- Han sido bastante controvertidas en el sentido de que se sabía que no iban a poder contentar a todo el mundo. Hay que darse cuenta de que son muchos clubes, unos 20 en cada grupo, y cada uno lucha por sus intereses, así que se sabía que se tomara la decisión que se tomara no iba a llover a gusto de todos y a algunos les ha gustado más que a otros. Particularmente pienso yo que ha habido unos beneficiarios, que en principio han sido los clubes que no han descendido, y los que en el momento en el que se paró la liga iban entre los cuatro primeros. Sí que es verdad que cuando se paró el campeonato había muchos equipos con bastantes opciones de meterse también entre los cuatro primeros y también muchos que podían caer a zona de descenso. Así que se ha tomado esa decisión pero creo que se podrían haber mejorado algunas cosas. Por ejemplo, en el tema de la liguilla de Tercera División se juntan los ocho equipos de los dos grupos andaluces en Marbella y juegan entre ellos, es decir, en el mismo grupo el primero contra el cuarto y el segundo contra el tercero. A los primeros creo que como líderes se les podría haber dado una segunda opción. Entonces creo que podrían haber jugado el campeón del grupo IX contra el del X y uno ya ascendía directamente y la otra plaza se la deberían de jugar el campeón que perdiera contra los otros tres ganadores de las eliminatorias. Se quedarían cuatro equipos y ascendería uno, y esa fórmula creo que sería un poquito más justa, no otra vez jugártelo a una carta porque en algunos grupos a lo mejor el primero le ha sacado 20 puntos al cuarto. Te la juegas a un partido y eso no creo que sea beneficiar mucho al campeón.
P.- ¿Cómo valora la temporada realizada por el Recre?
R.- Yo la catalogaría como irregular. Durante la liga hubo fases en las que parecía que el equipo se podía meter arriba porque tenía plantilla para ello, pero no terminaba de encadenar varias victorias seguidas sino que ganaba y luego perdía. No acababa de enganchar varios partidos buenos de manera consecutiva y le ha faltado regularidad para haber estado más arriba, que es donde por plantilla todos pensábamos que se merecía estar.
P.- ¿Dónde han podido estar los defectos para no haber luchado por la zona alta?

P.- ¿Le gustaba la plantilla que hizo el pasado verano o la veía descompensada?
R.- Al igual que le pasaría a la mayoría de los aficionados, al ver la plantilla, y además que conocía a la mayoría de los jugadores porque incluso a varios los había seguido cuando trabajaba dentro del club, por los nombres que tenía era muy ilusionante. Y si en agosto nos hubiesen dicho que el equipo no iba a estar ahí, habría sido un poco de incrédulos. Lo que pasa es que pienso que uno de los problemas que hemos tenido es que han venido futbolistas a los que les faltaba ritmo de competición. En los equipos en los que habían estado el año anterior habían tenido pocos minutos y después no se adaptaron de manera rápida, e incluso había jugadores que venían de Segunda A y tampoco se adaptaron a la categoría. Creo que ese fue uno de los hándicap del equipo para no terminar de arrancar. Teníamos a un entrenador al que todo el mundo quisiera tener en Segunda B, como era Alberto Monteagudo, y jugadores de la talla de Nano, Chuli, Morcillo, Quiles… Todo el mundo hubiese dicho a priori que ese equipo iba a estar arriba sí o sí, pero sabemos cómo es la Segunda B y un año más se demuestra que al final no son nombres sino hombres los que te van a dar el éxito.
P.- De cara al próximo proyecto, ¿qué perfil de jugadores y de plantilla cree que debería buscar el Decano?
R.- Creo que hay que esperar un poco porque, aparte de que la liga va a tardar en empezar, con la pandemia del Covid-19 va a haber un antes y un después en varios órdenes de la vida y el fútbol no va a ser menos. Uno de los temas que hay sobre la mesa siempre a la hora de confeccionar una plantilla es el dinero que tengas. No es lo mismo que un club tenga diez o doce mil socios a que no los tenga. No sabemos cómo van a responder teniendo en cuenta que al principio no van a poder entrar en los estadios, aunque yo estoy súper confiado en que la afición del Recre siempre va a estar ahí y a responder bien. Habrá que ver, por lo tanto, de cuánto dinero se dispone. Y lo que sí que es verdad también es que es un año clave porque con la creación de la nueva categoría Segunda PRO, que sería intermedia entre la Segunda A y la B, el equipo que se quede fuera lo va a pasar mal porque se va a quedar en una Tercera División un poco venida a menos. Así que el Recre tiene que hacer todo lo posible para hacer una plantilla competitiva. Si hacen los grupos de tal manera que deba quedar entre los tres primeros para luchar por jugar el ‘play-off’ de ascenso, y como mal menor si no puede jugar por subir a Segunda A que lo haga para estar en la Segunda PRO.
P.- ¿Se puede ascender a Segunda División con un equipo formado principalmente por jugadores de Huelva o eso es solamente una ilusión?
R.- Cuantos más jugadores de Huelva haya en el primer equipo, más se van a identificar tanto con la afición como con el club. En estos dos o tres últimos años quizás es cuando menos jugadores de Huelva ha habido, y ahora que el club va a estar muy limitado pienso que es el momento de darle un empujón a los chicos que están en el filial para que sean jugadores de la primera plantilla a todos los efectos, y que se unan a los refuerzos que vengan de fuera. Yo cuando empecé a jugar con el Recreativo estando en Segunda A creo que había 14 jugadores de Huelva. El equipo ha competido de esa manera siempre bien y yo recuerdo el último año de Pavón, cuando logramos la permanencia, que había muchos futbolistas onubenses en el primer equipo. Subieron muchos del filial y al final los tíos dieron la cara y estuvieron ahí. Es posible, pero también hay que darle entender a la afición que hay que ser pacientes con ellos. No queramos que en dos días los chavales se hagan.
P.- ¿Le gustaría que Claudio Barragán continuara como entrenador? Si no es así, ¿le gusta alguno de los que está sonando? ¿Qué perfil buscaría?

P.- ¿Está obligado el Recre cada temporada a luchar por el ascenso o debe rebajar el tono y vender el partido a partido debido a que su situación económica no es de las mejores de Segunda B?
R.- Creo que por institución, club, estadio, masa social, afición… y por todo lo que representa, en esta categoría tiene que ser un equipo puntero. Lo que pasa es que el momento es el que te marca donde tienes que estar al final, dependiendo de lo que tengas. Pienso que un club que, como mínimo va a volver a tener ocho o nueve mil socios, debe de ser un equipo puntero en Segunda B, pero también hay que ser conscientes de que a la gente no hay que venderle humo. Hay que ser realistas y decirle a la gente lo que se piensa y el proyecto que se puede hacer. A lo mejor hay que decirles que se va a hacer un proyecto a dos o tres años con más gente de la base para que se vayan haciendo y sea más consistente. No pasaría nada. Sería un equipo con más chavales de Huelva y algunos veteranos. Yo recuerdo que en el último ascenso del Recreativo a Segunda A (año 1998), muchos de los jugadores venían de Tercera División, y el entrenador (Joaquín Caparrós) también venía de Tercera. No tenían apenas experiencia en Segunda B y sin embargo ese equipo ascendió. Eso es un poco lo que te marca el camino a seguir. Sería un espejo en el que mirarse. Mirar lo que se hizo bien en su momento e intentar repetirlo, y lo que se hizo mal intentar no repetirlo. Ahí es donde se ve la inteligencia de las personas. De esa manera, y sin volverse locos, hay que intentar que el equipo vuelva a ascender.
P.- Hace ya casi dos años que se marchó del Recre. ¿Qué ha estado haciendo en todo este tiempo?
R.- Como se suele decir, yo salí sin hacer mucho ruido, que es mi forma de ser y tampoco me gusta irme mal de los sitios porque aparte tampoco había motivos para ello con la gente que había en el club en ese momento. Fue un tema personal por el que me fui y también un poco de salud porque me habían tocado vivir quizás los peores tres años de la historia del Recreativo o uno de ellos porque es verdad que ha tenido ya varios. Como todo el mundo sabe, fue el último año del anterior dueño (Pablo Comas). La expropiación la viví en primera línea con los empleados que había en ese momento en el club. Y después también la llegada de Eurosamop. ¿Para qué contar más? Necesitaba un parón, echarme a un ladito y ver un poco todo lo que había vivido, que al final lo que hice en esos tres años fue un máster porque lo pasamos muy mal económicamente y tuvimos que hacer encaje de bolillos.
P.- ¿Tiene gusanillo de fútbol? ¿Cree que volverá pronto? ¿Dónde le gustaría encajar? ¿Secretaría técnica de algún club? ¿Ojeador? ¿Trabajo con la cantera?

P.- Tras la salida de Eurosamop, ¿se ha planteado en estos dos años alguna vez volver al Recre o aún es pronto? ¿Ha habido algún contacto con el club?
R.- Cuando me marché estaba en ese momento Eurosamop. Era el segundo año de esta empresa en el club. De todas maneras yo siempre he tenido contacto con la gente del club. Mi relación tanto con el presidente Manolo Zambrano como con todos los empleados ha sido buena. Siempre que he venido a Huelva he estado con ellos, nos hemos tomado un café, hemos charlado, me han llamado, hemos hablado de muchas cosas… La relación siempre ha sido buena. Lo de volver ahora mismo no es algo que me haya planteado, pero sería una opción que tampoco descartaría siempre que el proyecto sea interesante y el club crea que puedo encajar en alguna de sus parcelas.
P.- ¿Qué balance haría de su etapa en el cargo de secretario técnico? Supongo que con sombras y luces porque la situación económica le ató mucho de pies y manos...
R.- Si tuviera que hacer un balance habría momentos buenos y otros malos, pero siempre ha estado marcado en todo momento por el problema económico. Yo, como todos mis compañeros que estuvimos en ese momento, estuvimos trabajando dos años gratis en el club, y eso ya te lo dice todo. Había muchas limitaciones, chicos que no podían pagar el alquiler del piso en el que estaban… y los que estábamos ahí en primera fila y dando la cara éramos nosotros y no lo pasábamos bien. En el puesto que yo tenía debía hablar con los jugadores para venir, pero al final los chicos venían a mí a rendirme cuentas y no era una situación agradable porque me considero una persona de palabra y cuando no se pueden cumplir cosas que a ti te han hecho prometer que se iban a cumplir pues es muy complicado. Lo mejor de todo esto, porque siempre intento ver la parte positiva, es que he aprendido mucho de todos estos años tan malos que hemos pasado. He hecho un máster de secretario técnico. Aproveché para sacarme el título de director deportivo y he aprendido muchísimo porque he jugado en un campo muy malo, como se suele decir, y cuando se pasa mal se aprende incluso mucho más.
P.- ¿Se tomaron mucho en cuenta sus decisiones o casi siempre había alguien por encima como por ejemplo Pablo Comas primero y después Eurosamop a la hora de aprobar sus posibles fichajes?
R.- Date cuenta de que en el trabajo de un director deportivo o secretario técnico lo primero que tienes que hacer es indicarle a un presidente o a los miembros de un consejo de administración tus ideas y lo que tú crees que se debe hacer y que el club necesita. Después hay jugadores que se firman y otros que no, pero por ejemplo el primer año en el que llegué me encontré ya con la plantilla prácticamente hecha y con un entrenador firmado, que era José Domínguez. Muchos de los jugadores que había venían de descender y había que darles salida. Era una herencia dejada por el anterior dirigente, que todos sabemos cómo era, así que era muy difícil. La situación era bastante complicada porque había un dueño al que el Ayuntamiento le estaba intentando expropiar y también tomaba sus decisiones, yo me encontraba en medio de las dos partes intentando darle explicaciones a una de ellas y a la otra no tanto. Y después, cuando llegó Eurosamop, es verdad que me dio la confianza de seguir en el cargo, pero al final había un dueño por encima que era el que tomaba las decisiones. Yo siempre intenté hacer mi trabajo y nadie me puede decir que no fui a ver partidos, que no hice informes o que no expuse lo que yo pensaba, pero al final las decisiones las tomaban los dueños.