Recreativo > Pregón del Trofeo Colombino
Declaración de amor de un romántico exigente
19.57 h. Nacho Molina exaltó en un pregón de gran calidad literaria y repleto de sentimiento la grandeza de Huelva, el Decano y su Trofeo Colombino, 'la versión más romántica del fútbol'. Valoró el poder del Recre para 'llorar como niños, soñar como ilusos, hacer de los triunfos mitos y vivir siempre enamorado' y consideró que el club debe ser ambicioso partiendo de su historia, pues 'podemos asumir que no somos el mejor, pero también que nadie es mejor que nosotros'.


Molina, con gran experiencia en exaltaciones cofrades, llevó el pregón a su terreno y puso entonación, ritmo, dramatismo y emoción a su intensa narración, repleta de piropos perfilados con cuidadas palabras. Dejó a un lado la historia que no vivió para centrarse en los sentimientos que, en lo personal y lo colectivo, dan vida a Huelva, a la que declaró su amor sin condición ni remedio, como al Decano, capaz de producir magia en los corazones de los onubenses, pero al que pidió mirar al futuro y crecer. Poner en valor la historia no es contarla una y otra vez, dijo.
Presentando al “enamorado”
Antonio Caamaño, periodista de Canal Sur Radio y conductor de la tertulia en la que cada lunes Nacho Molina expone su opinión sobre el Recreativo, fue el encargado de presentar al pregonero, del que dijo que es una persona que te gana desde el minuto 1, además de enamorado de Huelva, sus calles, paisajes de la provincia y sus fiestas y tradiciones. Resaltó que es un amante empedernido de Huelva que muere por encima de todo por el Recreativo, dijo.

El pregonero, tras los agradecimientos de rigor, comenzó su intervención alabando al fútbol con una serie de poéticas y sugerentes descripciones bien engarzadas, deporte que definió como una luz con un brillo especial, que nació para ser grande, cuyo nombre es evocar sensaciones y que por su calado define sentimientos, identidades, formas de pensar y hasta el carácter de países. Continuó con un bellísimo canto a Huelva, su cuna, que le dio el cetro y la corona, recorriendo los paisajes, aromas y colores que le dan su ser para acabar con la arenga Huelva, levanta tu voz. A España diste el fútbol y con él la gloria.
Mirada crítica al futuro
Después, como preámbulo al nudo central de su intervención, Molina advirtió de que sus palabras no servirían para reflejar los antiguos Colombinos de la Isla Chica, ni recitar la nómina de nombres gloriosos, ya que por su edad, 27 años, no lo ha vivido y no tiene esa perspectiva. No soy historia viva del trofeo, y ahí reside su coherencia del pregón, que no es para nostálgicos, sino una mirada al futuro.
Esa óptica es la que asumió para hablar de la juventud, llamada tanto a tomar el testigo en el Recreativo como en la situación actual de crisis. Represento una generación sin complejos en un mundo mal diseñado, dijo Molina, que añadió que la situación actual es un juego que pierde siempre la misma tierra. Es por ello que expresó convencido que no estamos dispuestos a vivir en la mediocridad, estamos orgullosos de lo que somos y vamos apostar sin miedo ni dobleces. A esto agregó que Huelva y el Recreativo no pueden ser recreación de estampas antiguas y que poner en valor la historia no es contarla una y otra vez, aseverando que tenemos que ir a ganar y no a empatar, pues podemos asumir que no somos el mejor, pero también que nadie es mejor que nosotros.
“Un refugio para soñar”

Este sentir futbolístico provoca que la gente más inmersa en el día a día de los equipos humildes del fútbol llame a cien puertas para que su club tenga balones, hagan rifas y verbenas, vendan lomos y coca-cola para recaudar fondos y también que sienta la previa de los partidos como un Mundial. A estas personas, según el pregonero, es imposible pagarles, ya que han contribuido a crear antes que a futbolistas proyectos de hombres y mujeres. Alabó su enorme dedicación y manifestó que tienen alma con vocación de deportistas que sin ejercer de tal ponen toda su dedicación y entrega. Estas personas son entrenadores, fisioterapeutas, presidentes, utilleros, padres... hasta el que pinta las líneas del campo y lo riega. Se sintió en el plano personal agradecido a estas personas, el que fue canterano, y dijo que nos hicisteis creer en ser futbolistas y que sois el alma del fútbol en Huelva.

El pregonero recordó que siendo futbolista en el Decano aprendí el sabor dulce y amargo y tuvo sentimientos encontrados, hasta perdí los dientes. También se acordó de quienes realizaron esfuerzos enormes para ayudar al Recreativo en su momento de mayor debilidad, al borde de la desaparición vendiendo muebles, quedándose sin comer por auxiliar a su club, que ha suscitado que sus fieles acaben por llorar como niños, soñar como ilusos, vivir en una burbuja de sorpresas, hacer de los triunfos mitos y vivir siempre enamorado. Y es que sólo tu Recre serás la pasión de una ciudad llamada Huelva, sentenció el pregonero.
En esta línea, Molina también expuso que el fútbol más allá de lo deportivo es una fiesta, la mejor manera de vender lo que uno siente e insistió en que ya que Huelva ha conquistados nuevos mundos y hazañas, el Trofeo Colombino recrea las batallas de otros tiempos, libradas en sus aguas en diferentes épocas por tartessos, fenicios, romanos y árabes, entre otras civilizaciones, culturas cuyas tropas surcaron su ría. Aún hoy a este puerto llegan barcos que buscan su oro, su trofeo.
Batallas de otros tiempos
Seguidamente realizó el símil de los enfrentamientos futbolísticos que protagonizarán Recreativo, Atlético Tetúan, Getafe y Sporting de Lisboa usando elementos gastronómicos, como el vino de Oporto, el brandy Luis Felipe, el cus-cus, el cocido madrileño, el jamón, las fresas y las gambas, además de musicales como el fado y el fandango.
Sus últimas palabras fueron quizás de las más cargadas de sentimiento, en las que dio gracias al fútbol por tanto, a mi padre por enseñarme a quererlo, gracias a la vida porque nuestro equipo sea el Decano y a los cielos por haberme dejado nacer en Huelva y tener el corazón para siempre recreativista.