El exrecreativista Joselu se retira por una bacteria que le ha hecho pasar por un calvario

Casi 400 partidos, 100 goles y ocho clubes entre Primera y Segunda es el balance con el que se queda José Luis Moreno 'Joselu', delantero de Cartaya que se ha visto obligado a colgar las botas por una bacteria que le ha hecho imposible recuperarse y seguir jugando al fútbol. Con 32 años dice basta y se prepara para ser entrenador. Deja atrás una carrera marcando goles en equipos como Recreativo, Villarreal, Mallorca, Granada Oviedo, Lugo, Córdoba y Tenerife.

Como explica en una entrevista exclusiva a Relevo, el delantero tuvo que pasar por el quirófano por una lesión en el cruzado de su rodilla. Allí contrajo una bacteria que le dañó por dentro y le ha hecho imposible recuperarse.

«Ahora mismo, a mis 32 años, es prácticamente imposible recuperarme», afirma el jugador. «Se me hinchaba la rodilla, se me inflamaba, se creaba líquido, me dolía… No entendía nada», relata el onubense que recuerda que «los doctores me decían que tenía una sinovitis reactiva, que había rodillas que eran como una 'mosca porculera', que no paraban de dar por saco, y que la mía era así».

No podía salir de un bucle en el que entrenaba tres días y tenía que parar otros tantos, una dinámica que lo tenía loco. «Solicité un cultivo y ahí apareció mi gran enemiga: una bacteria«. Indicó que «varios compañeros me han dicho que se coge en quirófano y que es inevitable. En mi caso, he tenido la mala fortuna de pillarla y de no curarla; ha afectado mucho a los huesos y a las articulaciones».

Este verano volvió a ser operado y le limpiaron la rodilla. Estuvo un mes ingresado, con antibióticos intravenosos, una experiencia dura. «Pensábamos que la bacteria ya se había eliminado, pero, intentando recuperarme en Huelva y entrenándome, la rodilla se me volvía a hinchar, la notaba inestable. Al parecer, la bacteria ha dañado todo lo que me pusieron nuevo, los huesos y los ligamentos, y seguramente tenga que volver a entrar en quirófano«.

Tras «todo lo vivido reconoce que no está «recuperado mentalmente» y que esperaba seguir jugando al fútbol. Ahora lo pasa mal los fines de semana porque ve partidos y a compañeros jugar. «He hecho lo posible y lo imposible, pero ya no me da para más», insiste. Le quedan los recuerdos de una carrera «preciosa» que ha disfrutado «muchísimo» y reconoce que ha sido «un afortunado» y está agradecido.

No obstante, aunque ya no jugará más el fútbol no se acaba para él pues está estudiando el Nivel 3 de entrenador y ahí deposita sus esperanzas.