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El runrún: Contenedores sin retorno en todo el centro
Muchos de nuestros lectores estarán al corriente de la medida que tomó el Ayuntamiento en diciembre para acabar con el impacto visual de los contenedores y el mal uso que suelen hacer de ellos algunos ciudadanos. Afectaba a un puñado de calles peatonales, siete en concreto, que solo tendrían esos contenedores en horario nocturno. Hoy hemos podido saber que el nuevo sistema de recogida es definitivo y que se extenderá a todo el centro de la capital.

Lo que el Consistorio definió como experiencia piloto ha dejado de serlo, según explicó a este periódico el Servicio de Atención al Ciudadano. Y no solo eso, sino que las siete calles del experimento (Berdigón, Alonso Sánchez, Vázquez López, Rico, Espronceda, Tres de Agosto y Cardenal Cisneros, más la plaza de las Monjas) se amplían a la totalidad de la zona centro, donde de día será imposible tirar nada que no quepa en una papelera. Lo que a primera vista puede parecer una medida perfecta, la letra pequeña no ha sido convenientemente explicada por el Ayuntamiento. Efectivamente, de día se retirarán los contenedores de las calles afectadas y se pondrán otros de mayor capacidad en horario de ocho de la tarde a una de la madrugada. ¿Todos? Pues, no. Lo que el Consistorio ha preferido omitir es que muchos de ellos ya no volverán, puesto que se han reducido notablemente los puntos de recogida. ¿Estético? Naturalmente, pero realmente incómodo especialmente para aquellos vecinos –muchos en este distrito mayores de edad– que tendrán que pasearse de noche con sus bolsas para dar con el macrocontenedor más cercano. ¿Por qué no mantener los puntos de recogida existentes antes del ‘experimento’, haciéndolos desaparecer también en horario diurno? ¿Demasiado gasto, quizá? Como decimos, no se ha explicado convenientemente y lo demuestra el hecho de que a pesar de que ya se ha tomado la decisión de mantener el nuevo sistema y ampliarlo a todo el centro, la Concejalía se Servicios Públicos e Infraestructuras no lo ha comunicado públicamente. Por eso, no nos extrañaría que muchos onubenses sospechen que detrás de esta medida no hay más que un recorte en el servicio de recogida de basura.

Brotes verdes en la calle Bocas. Muchas veces hemos dado cuenta de los cierres de comercios y otros establecimientos en la capital, pero también lo hacemos cuando hay alguna apertura, que son menos pero alegran más. Una calle del centro de Huelva a la que hemos seguido la pista es la calle Bocas, que quedó casi huérfana de locales abiertos al público con el cierre de bastantes tiendas, varias de ellas de importantes marcas. Algunas pocas todavía sigue resistiendo, otros fueron fichajes importantes, como el de 'Dioni' y la familia comercial ha seguido creciendo a paso lento con otras aperturas. Una de las próximas en abrir será Tejidos Love, que ya tiene local y ha anunciado en el escaparate del mismo que se suma al vecindario. Supone un brote verde más para una zona centro, y esta calle en particular, necesitada de buenas noticias. Esperemos que lleguen más tiendas a lo largo de este nuevo año 2018 y que haya más valientes que apuesten por Huelva. La otra parte es que los consumidores respondan e igual medida. Esperamos y deseamos que así sea.
Un 'indepe' en La Merced. ¿Recuerdan la despedida que cientos de onubenses dieron a los guardias civiles que partieron hacia Cataluña para tratar de evitar el referéndum secesionista del 1 de octubre? Pues que sepan que no son los únicos, ya que en el bando independentista (o de los que simpatizan con el independentismo) también hay quienes no han conseguido olvidar aquel día y por alguna razón consideran que ese lugar, la calle en la que se encuentra la sede de la Comandancia onubense, necesita una ‘limpieza’. Por eso quien aparece oculto en la fotografía decidió que la mejor forma de barrer la zona de malas vibraciones era desplegar una pancarta de las organizaciones secesionistas Crida per la Democracia y Omnium Cultural en la que se reclama precisamente eso, “democràcia”, con todas las comillas que cada cual quiera colocar a la palabra. Está claro que lo del “¡a por ellos!”, el grito que se convirtió en slogan de la ‘contraofensiva’ unionista y que también se pudo escuchar ese día, molestó bastante a nuestro tuitero.
