CONFIDENCIAL
El runrún: Fuego amigo contra Cortés
Partiendo de que podemos entender perfectamente el disgusto que para Juan José Cortés han supuesto las dudas acerca de su declaración de bienes presentada en el Congreso de los Diputados, también suponemos que ni siquiera al propio protagonista le habrá extrañado la avalancha de comentarios –la mayoría anónimos– en los que se le criminaliza por cobrar una pensión o comprar un coche de alta gama declarando tener únicamente 16 euros en el banco.

Como él mismo apunta en una publicación posterior en la que se defiende de estos ataques, en algunos casos estos tienen un cierto tufillo racista y probablemente no se hubieran producido siendo Cortés payo. Y es que no es necesario recordar aquí la colección de tópicos que comúnmente se asocia a este colectivo. También habrá críticas fruto de la envidia, otro de nuestros deportes nacionales; pero no podemos obviar que un buen número de ellos muy probablemente provenga de ‘fuego amigo’, es decir, personas afines al Partido Popular que estaban, valga la expresión, ‘con la escopeta cargada’ aguardando la oportunidad de arremeter contra Cortés, a quien consideran un advenedizo y un arribista, pero al que no han podido criticar hasta ahora más allá de su falta de tablas a la hora de participar en actos públicos. No sabemos si él mismo siente esa corriente crítica dentro de su propio partido, como tampoco imaginamos hasta qué punto podría afectarle en su trayectoria política los detractores que deberían ser compañeros, de quien debería protegerse más incluso que de quienes públicamente menosprecian su llegada al Parlamento. Porque ya lo dijo con mucha elocuencia el exprimer ministro italiano Giulio Andreotti: “Hay amigos íntimos, amigos, conocidos, adversarios, enemigos, enemigos mortales... y compañeros de partido”.


José, el héroe del banco. Hay que tener sangre fría y ser muy valiente para echarse encima de un atracador armado para evitar el robo de un banco. Pero eso es lo que hizo el protagonista de este runrún, uno de los usuarios que estaba este martes en la sucursal de la Caja Rural de la calle Galaroza, en Huelva capital, cuando entró un atracador pistola en mano. Pistola que finalmente resultó ser de fogueo, pero ojo, porque eso no lo sabía José cuando, en un despiste del mismo, redujo al atracador. Así lo ha contado en Andalucía Directo, como si fuese una cosa de lo más normal: que estaba allí con su mujer, esperando para pagar un recibo, cuando el atracador entró a la sucursal y amenazó a trabajadores y clientes. Él, sin embargo, que se había quedado un poco rezagado en la oficina, no dudo en aprovechar un despiste para abalanzarse sobre él y reducirlo, logrando retenerlo con la ayuda del resto de los presentes hasta que llegó la Policía. Un gesto de lo más valiente el de José, y que probablemente sea reconocido en un futuro próximo, tal y como han señalado hoy desde la comisaría. ¡Se lo merece!
