El runrún: Carolina Marín entrena por sevillanas

La campeona olímpica, tricampeona mundial y tetracampeona europea, está, como muchos deportistas de alto nivel, manteniendo la forma como puede, recurriendo a todo tipo de ejercicios y poniendo el mejor ánimo. Su sueño de revalidar el oro olímpico de Rio 2016 no será en Tokio 2020 sino en Tokio 2021 y la onubense se lo toma con mucha filosofía. Y es que, como muestra en un video, es tan importante el entrenamiento físico como el mental y psicológico. Partiendo de esta base, lo aplica a base de bien. Se ha puesto a pedalear en una bicicleta estática en el patio de su casa con unas sevillanas de fondo sobre Huelva, que no ha dudado en acompañar con unas palmas y cantando sin perder el compás ni el ritmo de pedaleo. Una crack total. Sentido del humor y buena cara a los malos tiempos es otro de los grandes valores que siempre nos transmite esta campeona, que superó el año pasado una grave lesión que superó como la inigualable competidora que es y que siempre ha alcanzado todos los retos que se ha propuesto. Aprendamos de ella y esforcémonos en poner el mejor espíritu a estos días complicados. Juntos podemos con el virus, pero ya sabes #Quédateencasa.

El Ayuntamiento de Nerva se encomienda al Altísimo. Llevamos varios días poniendo algunos ejemplos de cómo la religiosidad está floreciendo esta primavera ‘gracias’ al coronavirus y la incertidumbre que ha inoculado en miles de familias onubenses. A pesar del cierre de las iglesias, no es difícil ver a nuestro alrededor manifestaciones de piedad que o bien antes pasaban desapercibidas o bien se han multiplicado en las últimas fechas. El problema viene cuando esta religiosidad se cuela en  administraciones públicas que, por definición, no deberían mezclarse en asuntos de fe. Que se lo digan si no a Adelante Nerva-Izquierda Unida, que hoy ha denunciado la “propaganda católica” difundida por el Ayuntamiento en sus redes sociales; consistorio, recordamos, gobernado por un alcalde socialista, José Antonio Ayala. ¿Para tanto ha sido?, se preguntarán los lectores. Pues lo que para los izquierdistas ha sido la gota que ha colmado el vaso es la petición desde la cuenta municipal “para que nuestro Padre Jesús Nazareno aleje la pandemia que padece la humanidad, y para la Madre Luisa, que tanto cuidó de este pueblo, nos alcance las gracias necesarias para proteger al pueblo de Nerva del Covid-19”. La publicación, por cierto, fue eliminada poco después de hacerse pública. Según IU, lo que viene a hacer el equipo de gobierno es negar la eficacia de la ciencia en la erradicación del virus y poner en manos de un Dios muy determinado tal competencia. Además, asegura, es la segunda vez que lo hace, porque el pasado día 16 también animó a rezar el Ángelus como medida de lucha contra el Covid-19, aunque en aquella ocasión “no dijeron nada con la vana esperanza de que no volvieran a hacerlo”.

La mejor cara de Huelva. Afortunadamente, la tremenda crisis sanitaria que estamos atravesando nos permite ya sacar una conclusión evidente: España está llena de buena gente. Y aunque suelen aparecer en estas circunstancias, al igual que sucede en las guerras, los dos extremos de la condición humana, aquellos aspectos que nos reconcilian con nuestros semejantes están ganando por goleada. Y no hablamos solo de aplaudir a las ocho de la tarde. Tenemos el ejemplos de las mascarillas no sanitarias, que gracias a la generosidad de tantos ciudadanos de a pie, pronto tendremos suficientes –si se permite la broma– para afrontar las dos próximas epidemias. O esa vecina de la que apenas sabíamos nada hace un mes y que el otro día puso un mensaje en el portal ofreciéndose para ayudar a los mayores del edificio en sus recados diarios. Los ejemplos son innumerables y hoy simplemente queríamos traer uno más, el de una familia de la calle Rico –él enfermero y ‘scout’ y ella auxiliar de enfermería y maestra– que ha colgado un mural en su ventana para anunciar a quienes lo necesiten que allí están para echar una mano en lo que haga falta. Es una pena, aunque más vale tarde que nunca, que haya sido necesaria una pandemia mundial para descubrir que vivimos rodeados de buenas personas.