CONFIDENCIAL
El runrún: Medidas ‘antiokupas’ en Huerta Mena
Recientemente contábamos en esta misma sección el hartazgo de los vecinos de la calle Rodrigo de Triana, en la barriada de Huerta Mena, debido al comportamiento de una comunidad okupa instalada en un inmueble abandonado desde hace años por sus propietarios, sin que el Ayuntamiento o la Subdelegación del Gobierno, con sus respectivas policías, hayan hecho nada por atajar la situación.

Como suele ocurrir cuando un vecindario se siente abandonado, al final no les ha quedado otra a los vecinos que actuar en la medida de sus posibilidades. En este caso, como ellos mismos nos han explicado, “debido a la pasividad del propietario del inmueble, Arcada promociones S.L., y la inoperancia del Ayuntamiento de Huelva para resolver el problema”. Así, los vecinos han señalizado las casas con carteles de prohibido el paso y cintas de plástico para advertir del peligro que tienen estas casas. Por otra parte, si ya convivían con el riesgo constante de incendios debido a la acumulación de basura, con la subida de las temperaturas temen que la zona sea también un foco de infecciones. Por todo ello, el barrio se ha movilizado y está recogiendo firmas para exigir, no sólo la limpieza de la zona sino la demolición de la casa “ya en ruinas” para evitar que el inmueble “siga siendo ocupado por personas que han generado una intranquilidad en el barrio al ser un punto de drogas de menudeo, tener la música hasta altas horas de la madrugada, y ser inquilinos que intimidan y roban a los vecinos del barrio y en las zonas de alrededor”. Y recuerdan que no son sólo ellos quienes sufren a estos indeseables, pues este edificio ‘okupa’ se encuentra a la espalda del Parque infantil Dinoland, un lugar donde se celebran cumpleaños de niños a diario, junto al colegio Nacional de Prácticas y su guardería o el nuevo parque en las inmediaciones del Antiguo Manuel Lois.



Como suele ocurrir cuando un vecindario se siente abandonado, al final no les ha quedado otra a los vecinos que actuar en la medida de sus posibilidades. En este caso, como ellos mismos nos han explicado, “debido a la pasividad del propietario del inmueble, Arcada promociones S.L., y la inoperancia del Ayuntamiento de Huelva para resolver el problema”. Así, los vecinos han señalizado las casas con carteles de prohibido el paso y cintas de plástico para advertir del peligro que tienen estas casas. Por otra parte, si ya convivían con el riesgo constante de incendios debido a la acumulación de basura, con la subida de las temperaturas temen que la zona sea también un foco de infecciones. Por todo ello, el barrio se ha movilizado y está recogiendo firmas para exigir, no sólo la limpieza de la zona sino la demolición de la casa “ya en ruinas” para evitar que el inmueble “siga siendo ocupado por personas que han generado una intranquilidad en el barrio al ser un punto de drogas de menudeo, tener la música hasta altas horas de la madrugada, y ser inquilinos que intimidan y roban a los vecinos del barrio y en las zonas de alrededor”. Y recuerdan que no son sólo ellos quienes sufren a estos indeseables, pues este edificio ‘okupa’ se encuentra a la espalda del Parque infantil Dinoland, un lugar donde se celebran cumpleaños de niños a diario, junto al colegio Nacional de Prácticas y su guardería o el nuevo parque en las inmediaciones del Antiguo Manuel Lois. ¿Por qué sigue enredando el alcalde con las Colombinas? Mientras que la mayoría de las fiestas andaluzas y nacionales de gran calado ya han anunciado su suspensión este año debido a la pandemia sanitaria del coronavirus, el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, lleva dos o tres semanas mareando la perdiz en sus comparecencias públicas a la hora de hablar de las Fiestas Colombinas. No... pero sí. No acaba de aclararse ni de hablar con rotundidad el primer edil de la capital onubense y hay mucha gente pendiente del anuncio, principalmente los que tienen que jugarse su dinero en las Colombinas, como por ejemplo los que montan casetas, y es que necesitan hacer una previsión para lo bueno o para lo malo. Lógicamente sólo falta darle oficialidad al asunto de la suspensión, ya que sería una gran irresponsabilidad juntar en el recinto de las Colombinas tal aglomeración de personas sin que haya distancia entre unas y otras. Este miércoles el alcalde ha vuelto a indicar que la decisión se va a tomar de manera inmediata y ha señalado que el Ayuntamiento está gestionando las Colombinas con la prudencia que requiere debido, además, al distanciamiento de la fecha de su celebración. Pero volvía a reiterar que no parece que sea el horizonte más razonable ni más responsable su celebración, teniendo en cuenta que es un escenario en el que se juntan miles de personas en un recinto. Por lo tanto, blanco y en botella... Es decir, enredar para nada. El saxofonista del Molino cumple 11 años. El confinamiento ha tenido una música propia que ha sonado como antes nunca lo había hecho. Cada canción que se ha expandido en el aire, en el silencio de las ciudades vacía a pie de calle, pero rebosantes de vida en los balcones, especialmente a las ocho de la tarde, donde tras los aplausos muchos han aportado lo mejor de sí mismos para ayudar a los demás a pesar mejor este tiempo de privaciones y miedos. Uno de estos magos sanadores de la música ha sido Daniel Moro, que este año cumple once años. Es alumno del conservatorio profesional de música de Huelva, lleva tres años practicando el saxofón, y desde que empezó el confinamiento ha estado todas las tardes tocando desde el balcón las partituras que proponían la Confederación de Asociaciones de Educación Musical (COAEM) (http://www.coaem.org/) con su iniciativa #musicaviral (https://musicaviral.weebly.com/) de la que se han hecho eco múltiples medios de comunicación (