CONFIDENCIAL
El runrún: Los ‘buenos días’ de un panadero de Punta Umbría
Ya se sabe que los panaderos se levantan muy temprano para realizar su trabajo y que a esa hora la mayoría duerme. Lo que ocurre es que la mayoría lo hace en su cama y no a la intemperie, sobre la acera en frente del obrador y en condiciones que indican que la noche les ha confundido, por así decirlo.

Es la escena que se encontró un panadero de la Panadería Virgen del Carmen de Punta Umbría, que se dispuso a darle los buenos días de una manera a la pareja que plácidamente dormía la mona. Ni corto ni perezoso, pan en mano, pide a un amigo que le grabe mientras canta a capella una sevillana con una letra para la ocasión que hacía referencia directa a los bellos durmientes, que ante la potente voz del intérprete se despertaron de golpe y se dispusieron a recuperar la verticalidad, no sin dificultad, para marcharse, supuestamente, a casa. La letra decía algo así como “Que no sabía de noche donde iba yo a dormir / que no sabía esta noche donde y con quién iba a dormir / y amanecí en la arena con alguien que no sabría decir / Y los dos juntitos estaban y el día que llegaba y ninguno se soltaba / y el panadero le cantaba para que ellos se levantaran / Se levantaron los dos y viendo que era de día, se levantaron los dos y comenzaron su camino este día vayan con Dios”.

Peligro mortal en la playa. Lo habitual, cuando hablamos de playas y de mascotas, es escuchar las quejas –normalmente con razón– acerca de la actitud incívica de esos dueños que permiten a los animales campar a sus anchas ignorando a quienes comparten espacio a la orilla del mar. Precisamente pensando en los propietarios de perros hay zonas en determinadas playas en las que sí está permitido llevar a estos animales sin temor a molestar a los demás. Sin embargo, en la historia que hoy traemos al runrún el que sale mal parado es el animal de cuatro patas y el ‘malo’ de la película, como bien podríamos calificarlo, otro animal, en este caso el pescador responsable de dejar un anzuelo de pesca sobre la arena, poniendo en peligro a cualquier otro ser vivo, sea perro, niño o adulto. El domingo le tocó a la mascota que aparece radiografiada junto a estas líneas, que se tragó el pequeño arpón hasta quedar alojado en su estómago. Un mal día para una urgencia veterinaria como esta, ya que, según explicaba en Twitter su ‘familia’, no era posible realizarle una endoscopia para retirarle el gancho metálico, al menos en Huelva. Confiamos en que hayan podido intervenirlo felizmente y sobre todo que esta historia llegue a esos aficionados a la pesca que de forma inconsciente –queremos pensar– nos exponen a un peligro tan fácilmente evitable.
