El runrún: El Trust da señales de vida

Varios de los miembros del Recre Trust se jugaron mucho en los inicios de la asociación, allá por la Navidad del año 2014, y consiguieron buena parte de los objetivos que se marcaron, y es que llevaron a Pablo Comas, el dueño de Gildoy y del Decano, a sentarse en el banquillo de acusados, y además removieron la conciencia dormida del recreativismo y provocaron que la afición albiazul se echara a la calle en octubre de 2015 para intentar que el club más antiguo de España no desapareciera. Incluso uno de sus fundadores, Roberto Sánchez, entró en el consejo de administración de la entidad recreativista una vez que se logró la expropiación y el club volvió a pasar a manos del Ayuntamiento de Huelva. Pero tras la salida de la presidencia del Trust de Narciso Rojas en mayo de 2019 (le suplió Rocío Orrego), están siendo muy escasas las noticias y movimientos que está dando este importante colectivo de aficionados recreativistas. Hace algunas semanas tanto ellos como la Federación de Peñas del Recre se reunieron con la propiedad del club, es decir, con Gabriel Cruz, para mostrar su preocupación por la deriva deportiva e institucional del Decano. Pero ni unos ni otros (así como tampoco el Frente Onuba) están alzando demasiado la voz en los últimos tiempos, posiblemente condicionados también por la relativa importancia del fútbol en la actualidad debido a la pandemia del Covid-19. Este martes el Trust, que con el tiempo fue perdiendo a varios de sus pesos pesados, ha reaparecido, ha vuelto a dar señales de vida, algo que últimamente sólo hace a cuentagotas a través de sus redes sociales, para informarles a sus socios de que en breve se conocerá el calendario electoral del Recre Trust. Cómo y cuándo presentar vuestras candidaturas. Así que aguardaremos noticias y la necesaria resurrección de un colectivo que tuvo mucho de guerrero, de valiente y de crítico. Unas cualidades que ahora se echan en falta para tratar de que el Decano, deprimido, hastiado y absolutamente a la deriva, vuelva recobrar aliento y a remontar el vuelo. Mucho ojo con la relajación ante el Covid. Es lo que suele pasar: bajan las cifras, se alivia la presión en los hospitales, y nos creemos que la pesadilla del coronavirus está pronta a acabar. Y claro, es entonces cuando la liamos. La advertencia nos ha llegado del Distrito Sanitario Huelva Costa-Condado-Campiña, que ha informado de que la incidencia acumulada está subiendo de 64,31 (el 22 de marzo), a 65,09 (23 de marzo) y 68,20 (24 de marzo). Aunque no es un crecimiento alarmante, sí que, como señalan, es significativo si se tiene en cuenta que la provincia estaba el pasado 11 de marzo en una incidencia de 48,7 casos por cada 100.000 habitantes el 11M. Aún así, eso no lo es que más preocupa a los profesionales sanitarios, que están notando la relajación de la ciudadanía en otro factor más alarmante si cabe: el crecimiento de los contactos estrechos alrededor de cada caso. Así, si hace no tanto cada nuevo positivo reportaba dos o tres contactos estrechos sociofamiliares en las 48 horas previas a la confirmación, hoy por hoy se informa de entre ocho y diez, lo que multiplica las posibilidades de propagación del virus y puede hacer que los hospitales vuelvan a estar llenos antes de que nos demos cuenta. Así que por favor, hagamos caso a los profesionales y sigamos manteniendo el sistema de burbujas, que en estos días libres que se avecinan seguro que tenemos más tentaciones de la cuenta. El cine de vuelta. Somos muchos los que lo hemos echado de menos -como otras muchas cosas-, y por eso nos alegramos de su vuelta. A la reapertura de las salas de cine en el centro comercial Aqualon, efectiva desde este miércoles, se le suma ahora el anuncio de Holea, que ha informado de que también desde este miércoles sus salas abrirán todos los días, algo que hacía meses que no pasaba. Un alivio para el sector y para los espectadores, que aún con la cartelera algo restringida -consecuencia también de la pandemia- seguro que aprovechan los días festivos venideros para reencontrarse con las salas. ¡Y qué ganas!