CONFIDENCIAL
El runrún: Gabriel Cruz, alcalde-malabarista ante las primarias del PSOE
En la cuenta atrás para la celebración de las primarias en el Partido Socialista de Andalucía, de la que saldrá el/la próximo/a candidato/a de la formación a la Presidencia de la Junta de Andalucía, al regidor onubense, Gabriel Cruz, le está resultando difícil no salir salpicado en pleno baño.

Con un PSOE abierto en canal por el enfrentamiento entre el sector que sigue los pasos de la secretaria general, Susana Díaz, y el que lidera el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, que ha unificado fuerzas con figuras afines a Pedro Sánchez –quiere a Díaz fuera de juego– e incluso en la provincia de Huelva, a cargos cercanos al ex secretario provincial, Ignacio Caraballo, y al que fuera su aliado, Mario Jiménez, Gabriel Cruz trata de permanecer en terreno seco y con sus labios sellados: ni con la primera ni con el segundo. Tampoco con la tercera vía. “No soy neutral”, ha admitido hoy mismo ante los periodistas pero… tiene que mantener distancias con las candidaturas en liza. “Equidistancia” es el término que ha utilizado Cruz para dejar caer que va a seguir en silencio, lo que es lo mismo que decir que está haciendo malabarismos para no entrar en la bronca y no solo por su posición como alcalde y como secretario local del PSOE en Huelva, para evitar ruidos o distorsiones. Es más una cuestión de estrategia personal de cara a los procesos congresuales que están por llegar en el PSOE, incluido por supuesto el de Huelva, cuya dirección anda en manos de una gestora desde el pasado otoño y… seguirá sin cambios hasta el congreso provincial. No olvidemos que el alcalde de Huelva está en la rampa de salida para hacerse con la Secretaría Provincial socialista y hasta hace no mucho tiempo como candidato de consenso. No son de extrañar sus malabarismos.

Fertiberia presume de 'taco'. Quien haya seguido la tortuosa trayectoria legal del plan para regenerar las marismas afectadas por el vertido de millones de toneladas de fosfoyesos por parte de Fertiberia, la primera conclusión que podría extraer es que las dificultades que atraviesa la empresa justifican los sistemáticos retrasos en que están incurriendo los responsables de las balsas. Ya el pasado verano anunciaban a bombo y platillo, una vez expirado el último de los plazos que dio la Audiencia Nacional para presentar el aval de los casi 66 millones de euros para ejecutar el plan de regeneración, que hasta el momento sólo habían conseguido reunir algo más de la mitad de esa cantidad. Anunciaban, no obstante, que seguían negociando aquí y allá para lograr la cantidad exigida, algo que consiguieron en octubre, al parecer, tras la firma de una operación por 29,8 millones de euros con una gran entidad internacional. Desde entonces nos hemos encontrado nuevos retrasos y peticiones adicionales de tiempo para aportar la documentación relacionada con la viabilidad ambiental del proyecto que no hacen sino reforzar la idea de que Fertiberia está con una mano delante y otra detrás, sin capacidad financiera para asumir el vertedero que dejó a escasos metros de la capital onubense. Pero hoy nos hemos quedado mucho más tranquilos sabiendo que a los dueños de la compañía no los veremos pidiendo por las esquinas ni mendigando un mendrugo de pan en comedores sociales. Felizmente, el Grupo Fertiberia presumía este mismo jueves de seguir avanzando en su objetivo de “liderar el mercado europeo de fertilizantes de alto valor añadido”, tras alcanzar en 2020 unas ventas de más de 670 millones de euros. Eso sí, en el extenso comunicado donde ofrecía su particular balance del pasado año y en el que sacan pecho por mil y una cuestiones, no encontramos ni rastro del asuntillo que aún colea por este rincón de España, a pesar de que la empresa presume de que será un proyecto del que los onubenses estaremos orgullosos. Un despiste, imaginamos.

Con un PSOE abierto en canal por el enfrentamiento entre el sector que sigue los pasos de la secretaria general, Susana Díaz, y el que lidera el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, que ha unificado fuerzas con figuras afines a Pedro Sánchez –quiere a Díaz fuera de juego– e incluso en la provincia de Huelva, a cargos cercanos al ex secretario provincial, Ignacio Caraballo, y al que fuera su aliado, Mario Jiménez, Gabriel Cruz trata de permanecer en terreno seco y con sus labios sellados: ni con la primera ni con el segundo. Tampoco con la tercera vía. “No soy neutral”, ha admitido hoy mismo ante los periodistas pero… tiene que mantener distancias con las candidaturas en liza. “Equidistancia” es el término que ha utilizado Cruz para dejar caer que va a seguir en silencio, lo que es lo mismo que decir que está haciendo malabarismos para no entrar en la bronca y no solo por su posición como alcalde y como secretario local del PSOE en Huelva, para evitar ruidos o distorsiones. Es más una cuestión de estrategia personal de cara a los procesos congresuales que están por llegar en el PSOE, incluido por supuesto el de Huelva, cuya dirección anda en manos de una gestora desde el pasado otoño y… seguirá sin cambios hasta el congreso provincial. No olvidemos que el alcalde de Huelva está en la rampa de salida para hacerse con la Secretaría Provincial socialista y hasta hace no mucho tiempo como candidato de consenso. No son de extrañar sus malabarismos. Fertiberia presume de 'taco'. Quien haya seguido la tortuosa trayectoria legal del plan para regenerar las marismas afectadas por el vertido de millones de toneladas de fosfoyesos por parte de Fertiberia, la primera conclusión que podría extraer es que las dificultades que atraviesa la empresa justifican los sistemáticos retrasos en que están incurriendo los responsables de las balsas. Ya el pasado verano anunciaban a bombo y platillo, una vez expirado el último de los plazos que dio la Audiencia Nacional para presentar el aval de los casi 66 millones de euros para ejecutar el plan de regeneración, que hasta el momento sólo habían conseguido reunir algo más de la mitad de esa cantidad. Anunciaban, no obstante, que seguían negociando aquí y allá para lograr la cantidad exigida, algo que consiguieron en octubre, al parecer, tras la firma de una operación por 29,8 millones de euros con una gran entidad internacional. Desde entonces nos hemos encontrado nuevos retrasos y peticiones adicionales de tiempo para aportar la documentación relacionada con la viabilidad ambiental del proyecto que no hacen sino reforzar la idea de que Fertiberia está con una mano delante y otra detrás, sin capacidad financiera para asumir el vertedero que dejó a escasos metros de la capital onubense. Pero hoy nos hemos quedado mucho más tranquilos sabiendo que a los dueños de la compañía no los veremos pidiendo por las esquinas ni mendigando un mendrugo de pan en comedores sociales. Felizmente, el Grupo Fertiberia presumía este mismo jueves de seguir avanzando en su objetivo de “liderar el mercado europeo de fertilizantes de alto valor añadido”, tras alcanzar en 2020 unas ventas de más de 670 millones de euros. Eso sí, en el extenso comunicado donde ofrecía su particular balance del pasado año y en el que sacan pecho por mil y una cuestiones, no encontramos ni rastro del asuntillo que aún colea por este rincón de España, a pesar de que la empresa presume de que será un proyecto del que los onubenses estaremos orgullosos. Un despiste, imaginamos. Nace Musilábico. Está de estreno un nuevo canal de Youtube, denominado ‘Musilábico’ y que tiene tras él el trabajo del periodista onubense José Carlos Galván. Como él mismo explica, se trata de “un
De este modo, de forma periódica se publicará el resto de canciones de este álbum. “Si te suscribes al canal, te lo agradeceré. Si le dedicas unos minutos a escuchar música, más aún. Si lo compartes, mi agradecimiento será eterno. Y si no haces nada de eso estaré igual de agradecido por tu atención a este mensaje”, señala. Desde aquí, mucha suerte y ánimo con el proyecto.