CONFIDENCIAL
El runrún: ¿Qué pasa con los quioscos en Aljaraque?
Una concesión administrativa es el acto por el cual una Administración -en este caso el Ayuntamiento de Aljaraque- concede temporalmente a un particular el manejo y explotación privada de un bien público -en este caso un quiosco- mediante el pago de un canon. Es como si lo público pasase al dominio de un particular, pero por un tiempo.

Una vez finalizado ese periodo, el bien vuelve a subastarse al mejor postor, y aquí, el nuevo propietario pasa a ser el que mayor precio ofrece por el inmueble, teniendo este un valor mínimo tasado previamente por los servicios técnicos. Este es el procedimiento por el que recientemente ha pasado una familia de Aljaraque, que desde hace diez años explotaba uno de los quioscos de la localidad. Cuando por aquel entonces la familia adquirió el puesto, decidió ampliar el negocio para poder servir comida, por lo que tuvo que realizar una inversión que le permitiera ajustarlo a la normativa que rige este tipo de locales. Durante esta década, la actividad ha funcionado bien y han podido sacar provecho del establecimiento. No obstante, finalizado el periodo de concesión, el inmueble ha vuelto a salir a subasta y uno de los nuevos interesados se ha hecho con el quiosco, al ofrecer una cantidad mayor que la de los anteriores propietarios. Sin embargo, en esta decisión no solo se considera la cuantía económica, ya que también suma puntos la experiencia previa que el pujador tiene en el sector, la hostelería en este caso. Son precisamente estos criterios de puntuación los que han cambiado en los últimos tiempos, pues anteriormente se valoraba la situación social del candidato o si este era originario del municipio, algo que el alcalde de Aljaraque, David Toscano, califica de “inconstitucional”. Desde la antigua familia propietaria denuncian que ahora se llevan todo lo que yo he invertido e incluso, si quieren, pueden venderlo”. Mientras que desde el ayuntamiento, Toscano asegura que “nadie quita nada, ya que caduca una concesión que sale a concurso y la obtiene quien tenga la oferta ganadora” en un proceso “público y transparente”. La cuestión es, ¿qué criterios deberían estudiarse en este tipo de subastas? Leemos sus opiniones.

Un pequeño gran milagro. “En el mundo hay más personas buenas que malas, pero las malas hacen más ruido, aunque solo hacen eso, ruido”, decía hace unos días en una publicación de Facebook nuestro compañero Fermín Cabanillas, que precisamente este miércoles (19.00 horas) presenta en el Centro de la Comunicación Jesús Hermida su libro ’Covid-19: Diario de un hiperinmune confinado’ (Editorial Pábilo). Y decía esto porque la intervención de Rocío Maestre, de la Fundación Tutelar TAU, le ha va a cambiar la vida a una persona. Concretamente a una amiga que hacía más de 20 años que Cabanillas no veía. El contraste fue enorme. De la imagen que recordaba de ella, paseando por las calles de Lepe con su novio y su perro, a la del otro día, el shock fue grande. Se acercó a pedirle un euro mientras estaba sentada en una terraza de un bar de Huelva. “Le pedí que se acercase para que se sentase y se tomase el café, y entonces se me ha helado el alma: Fermín, soy yo. ¿No me reconoces?”, relató el periodista sobre quien ha terminado “como nos puede pasar a cualquiera, viviendo en la calle, de la caridad”. Explicó que “ahora tiene mi edad, no tiene casa, ni recursos, ni siquiera una compresa para cuando le hace falta. Duerme donde puede y come los días que tiene dos euros de sobra”. Pero afortunadamente, como decíamos, “a ella, el destino se le ha aparecido en forma de mi compañera Rocío Maestre, que ayuda a gente a la que la suerte le ha dado la espalda”. Estamos seguros de que será un punto de inflexión en su vida y como decía Fermín, “seguramente en unos meses tenga un trabajo, un techo sobre su cabeza para dormir y olvide esta mala racha. Lo de menos es qué la ha llevado hasta donde está ahora”. El reencuentro, cosas del destino, pero el verdadero destino, causa de que hay buena gente, un pequeño gran milagro. De los de verdad.

Mercados onubenses de cuento. Magnífica iniciativa la que hemos conocido hoy y que pretende descubrir a los más pequeños los mercados de abastos de la capital a través de un cuento. Su autor es el soriano Antonio de Benito, un profesor de Primaria que ha publicado más de 240 libros, la mayoría destinados al público infantil. En esta ocasión propone a los niños onubenses un recorrido, mitad fantasía y mitad ficción, en el que podrán adentrarse de la mano de Cinta y Manuel en la magia de dos mercados de la ciudad, el del Carmen y el de San Sebastián, y ofrecerles las primeras claves acerca de las ventajas de comprar en este tipo de establecimientos, como la cercanía y la calidad de sus productos. En la historia, los protagonistas avistan una ballena muy cerca del Paseo de La Ría. De su vientre sale Argantogro de Tartessos que pretende apoderarse de los alimentos de Huelva, algo que Cinta y Manuel están dispuestos a impedir con su ingenio. El cuento está escrito en prosa rimada, adecuada sobre todo para 2º y 3º de Primaria. Además del libro en sí, Irene Reina, cuentacuentos, recorrerá los colegios adscritos al programa municipal ‘Conocemos los Mercados de Huelva’ para fomentar la lectura y la alimentación saludable.
