El runrún: Regreso 'loco' en un reconocido local

A finales de enero nos hacíamos eco del cierre de La Loca, bar de copas que se había convertido en referencia de la tarde y la noche desde su esquina de la plaza de las Monjas. Comunicaron entonces que el cierre era un hasta luego y que regresarían de otro modo. Pues ese momento y ese regreso ya ha llegado y en un lugar especial, el local que en su día fue la Atarazana, en la calle Cardenal Cisneros número 6. El nuevo proyecto se llama ‘Green Daila’ y viene con una atractiva imagen de marca, creada por La Canastera Tatoo y que ya está extendiéndose por las redes. En estos canales han anunciado los responsables del nuevo negocio que “¡Hemos vuelto’ Teníamos muchas ganas de presentaros nuestro nuevo logo y nombre del próximo bar que será vuestra casa: Green Daila”. La fecha de inauguración será este viernes 11 de marzo. A partir de las 18.00 horas habrá concierto de Rafael Ruiz El Bomba y habrá sesión musical a cargo del dj Samuel Carrillo, que también estará allí el sábado. Este día la actuación previa correrá a cargo de Javi Zapato. Deseamos mucha suerte a este nuevo establecimiento, que se define en su perfil como un ‘hot-spot & Coffee’.

Un cerrojazo 'verde' en el centro. No ha durado mucho, aunque era una propuesta de lo más innovadora y sin competencia en la ciudad. Pero, por hache o por be, el establecimiento vegano que abría hace unos meses en pleno centro de la capital cierra sus puertas. Así lo han anunciado desde el propio establecimiento, Veggie Cocky, que ha utilizado sus redes sociales para dar la noticia y anunciar que está de liquidación. Se ve que los adeptos de una dieta estrictamente vegana no son suficientes aún en Huelva como para que una propuesta de estas características tenga viabilidad. O igual es que muchos desconocían esta opción, que ofrecía desde los alimentos más clásicos hasta los más curiosos -golosinas, bollería, comida para mascotas,..., todos ellos 100% aptos para veganos. Así, Veggie Cocky dice adiós poco más de un año después de abrir sus puertas: cerrará definitivamente a finales de abril y, hasta entonces, tendrá descuentos y horarios reducidos.

Yo, con Ucrania. No es el español medio, tampoco el onubense, muy dado al ondear banderas. Aquí aparte de la del Recre –especialmente cuando estuvo a punto de desaparecer–, sólo lucimos la enseña nacional en ocasiones muy particulares. Por ejemplo, en competiciones deportivas y, más recientemente, como homenaje y gesto de unión de los españoles ante la pandemia y sus víctimas. Hoy, sin embargo, nos ponemos en la piel del vecino; y no uno cercano, sino del que sufre en el otro extremo del continente la agresión criminal de otro país que ha entrado a sangre y fuego arrebatando vidas sin respetar ni siquiera la de los niños. Y empiezan a verse en nuestras ventanas y balcones el azul y el amarillo de la bandera ucraniana con el que algunos onubenses piden a quienes tengan poder para ello que pongan fin a la barbarie. O lo intenten. Y no dudan en pedirlas a Amazon, como este tuitero que nos contaba lo que le ocurrió al recoger el paquete. Por cierto, conociendo lo espabilados que son los chinos a la hora de vendernos cualquier artículo con una especial demanda, ¿cuánto tardaremos en ver en sus estanterías y escaparates la bandera ‘de moda'?