CONFIDENCIAL
El runrún: La Virgen de la Esperanza, ‘morenita’ para el verano
Es un secreto a voces. La Virgen de la Esperanza regresa este jueves a Huelva tras ser intervenida por Pedro Manzano y… ¡lo hará más morena! ¿Sorprende? La respuesta es clara; no.

Podríamos decir que en Sevilla ha recuperado su color natural. Y es que, desgraciadamente, cuando se marchó en 2012 a Madrid para ser restaurada, la Sagrada Imagen llegó a la capital onubense más pálida de lo normal, un aspecto que no gustó a los fieles y devotos de la Hermandad de San Francisco. De momento, nadie –excepto algunos miembros de la cofradía– ha visto a la Esperanza. Para ver su rostro hay que esperar un poquito más. ¿Le gustará a la Huelva cofrade? Aún no sabemos la respuesta, aunque sin duda dará que hablar. Lo que sí tenemos claro es que hasta a nuestros Sagrados Titulares les gusta este tiempo llamado verano –con buenas temperaturas y, sobre todo, con sol– y de ahí los cambios.


Podríamos decir que en Sevilla ha recuperado su color natural. Y es que, desgraciadamente, cuando se marchó en 2012 a Madrid para ser restaurada, la Sagrada Imagen llegó a la capital onubense más pálida de lo normal, un aspecto que no gustó a los fieles y devotos de la Hermandad de San Francisco. De momento, nadie –excepto algunos miembros de la cofradía– ha visto a la Esperanza. Para ver su rostro hay que esperar un poquito más. ¿Le gustará a la Huelva cofrade? Aún no sabemos la respuesta, aunque sin duda dará que hablar. Lo que sí tenemos claro es que hasta a nuestros Sagrados Titulares les gusta este tiempo llamado verano –con buenas temperaturas y, sobre todo, con sol– y de ahí los cambios. Navidad en el Nuevo Colombino. No sabemos si el estar en las antípodas puede hacer que sea navidad ahora mismo en Australia mientras comienza el verano aquí, pero mucho nos tememos que no sea esa la explicación a que este sábado en el estadio Nuevo Colombino sonara el himno del país oceánico en versión navideña. No se dieron cuenta la inmensa mayoría de los asistentes que poblaron las gradas del coliseo onubense, unos 6.800, pero claro, las jugadoras y cuerpo de Australia, sí. Como cuenta 20minutos.es, cuando empezó a sonar el himno éste no era el tradicional, sino una versión navideña, con campanitas y todo. Las australianas que miraban entre ellas con incredulidad y asombro y se lo tomaron con guasa. Las risas se desbordaron tanto en el banquillo como sobre el césped y casi no podían cantar su himno nacional. No sabemos si esto viene a devolver la jugada que ocurrió en 2003 en suelo australiano, cuando en un duelo de Copa Davis entre ambos países se reprodujo el himno de Riego español, algo que causó bastante polémica. No creemos que fuera eso, sino un simple error, que puede pasar. Es curioso porque el viernes, tras la comparecencia del seleccionador Jorge Vilda para hablar sobre el encuentro, trabajadores del equipo de comunicación de la Real Federación Española (RFEF), numeroso y cualificado, preparaba la música para la ocasión y se esforzaban en dar con el correcto. Hasta le preguntaron a una miembro del equipo nacional de Australia que apareció por allí y confirmó que era. No sabemos si igual este himno que recibió la confirmación se perdió o qué pasó, pero lo cierto es que se dio un momento cómico y anecdótico que tampoco hace daño a nadie. La Navidad visitó el Nuevo Colombino y encima España ganó 7-0. ¿Qué más se puede pedir? Daños colaterales. Cuando pensamos en las víctimas de la guerra que se está librando en el este de Europa, inmediatamente pensamos en el sufrimiento de un pueblo invadido que se enfrenta a la destrucción de su país y a la pérdida de miles de vidas humanas. Aunque a otro nivel, víctimas también son los millones de personas que son hoy más pobres que hace unos meses a causa de la escalada de precios que afecta tanto a los combustibles como a muchos productos básicos que consumimos a diario. Quizá no seamos tan conscientes, sin embargo, de que la situación internacional no entiende de especies y se está cebando con las más débiles, las que dependen del hombre para su supervivencia. Hoy se han encargado de recordárnoslo desde la asociación El Burrito Feliz, que nos contaba un caso realmente penoso. Una llamada del Seprona les avisaba del hallazgo de un burro en un estado deplorable localizado en Huevar, en el Aljarafe sevillano. Las patas delanteras las tenía muy afectadas por haber sido amarrado con bridas –una práctica de inmovilización animal totalmente prohibida, según la asociación–. Tenía una de sus orejas deteriorada y mostraba dificultad al andar. Con el apoyo de vecinos de la localidad, se le dio agua fresca y heno. Al no tener a mano un lector de microchip para dar con el propietario, se decidió posponer la operación de rescate para la mañana siguiente. Por desgracia, a primera hora de la mañana el burro había desaparecido y suponen que fue su dueño maltratador el que se lo llevó durante la noche. La Policía Local de Huevar inició con la asociación un rastreo de la zona y descubrieron cerca del río Guadiamar una escena impactante: docenas de animales –caballos, burros y asnos– igualmente amarrados pero ni rastro del burrito desaparecido. La explicación nos la daba este colectivo: el tremendo aumento del precio del heno y del pienso está empujando a muchos propietarios a soltar sus equinos en zonas naturales para ahorrarse su alimentación. Para evitar que se alejen les atan las patas delanteras, una práctica prohibida por la Ley de Protección Animal debido a las heridas y sufrimiento que producen en las extremidades. De momento, no dan por perdido a ‘Lázaro’, que así han llamado al burro que se empeñan en ‘resucitar’, y los equipos se turnan para ir recorriendo todo el entorno, intentando dar con su paradero. Les deseamos muchísima suerte.
Daños colaterales. Cuando pensamos en las víctimas de la guerra que se está librando en el este de Europa, inmediatamente pensamos en el sufrimiento de un pueblo invadido que se enfrenta a la destrucción de su país y a la pérdida de miles de vidas humanas. Aunque a otro nivel, víctimas también son los millones de personas que son hoy más pobres que hace unos meses a causa de la escalada de precios que afecta tanto a los combustibles como a muchos productos básicos que consumimos a diario. Quizá no seamos tan conscientes, sin embargo, de que la situación internacional no entiende de especies y se está cebando con las más débiles, las que dependen del hombre para su supervivencia. Hoy se han encargado de recordárnoslo desde la asociación El Burrito Feliz, que nos contaba un caso realmente penoso. Una llamada del Seprona les avisaba del hallazgo de un burro en un estado deplorable localizado en Huevar, en el Aljarafe sevillano. Las patas delanteras las tenía muy afectadas por haber sido amarrado con bridas –una práctica de inmovilización animal totalmente prohibida, según la asociación–. Tenía una de sus orejas deteriorada y mostraba dificultad al andar. Con el apoyo de vecinos de la localidad, se le dio agua fresca y heno. Al no tener a mano un lector de microchip para dar con el propietario, se decidió posponer la operación de rescate para la mañana siguiente. Por desgracia, a primera hora de la mañana el burro había desaparecido y suponen que fue su dueño maltratador el que se lo llevó durante la noche. La Policía Local de Huevar inició con la asociación un rastreo de la zona y descubrieron cerca del río Guadiamar una escena impactante: docenas de animales –caballos, burros y asnos– igualmente amarrados pero ni rastro del burrito desaparecido. La explicación nos la daba este colectivo: el tremendo aumento del precio del heno y del pienso está empujando a muchos propietarios a soltar sus equinos en zonas naturales para ahorrarse su alimentación. Para evitar que se alejen les atan las patas delanteras, una práctica prohibida por la Ley de Protección Animal debido a las heridas y sufrimiento que producen en las extremidades. De momento, no dan por perdido a ‘Lázaro’, que así han llamado al burro que se empeñan en ‘resucitar’, y los equipos se turnan para ir recorriendo todo el entorno, intentando dar con su paradero. Les deseamos muchísima suerte.
