El runrún: Pastori 'casamentera'

Pastora va a oficiar una boda civil. Esta mañana expresaba en su cuenta de twitter los nervios que tiene por ejercer la condición de 'casamentera' y lanzaba una declaración de intenciones: Chicos, espero estar a la altura, lo intentaré!!. Desde aquí le deseamos suerte, seguro que diga lo que diga no hará cambiar de opinión a los novios.

Por otro lado, Barjuan entre sus exposiciones futbolísticas de los viernes también incluye todo tipo de gesticulaciones y sonrisas y se le nota cómodo y distendido. En la comparecencia de hoy se ha permitido una broma en sala de prensa de la Ciudad Deportiva. Cuando un periodista le ha hecho varias preguntas seguidas le ha llamado en todo jocoso pesado. Por su puesto, respondió todas sus preguntas. Además ha mandado a paseo, dicho eufemísticamente, a una mosca que se le cruzó mientras hablaba.

Faneca arrasa. Si alguien dudaba de que en el socialismo isleño no hay quien haga sombra a la alcaldesa María Luisa Faneca, sólo tiene que ver las fotografías que acompañan a la nota enviada por el PSOE local, donde se da cuenta de su reelección como secretaria general del partido en la localidad costera. Nada de mayoría absoluta, ni siquiera de unanimidad; políticas como Faneca son elegidas a la antigua usanza, por aclamación, es decir, por decisión o acuerdo de todos los componentes de un grupo sin necesidad de votación. 

'Tostón' universitario. Nadie discute que la inauguración oficial del curso académico universitario deba tener una cierta solemnidad; forma parte de la propia institución y hasta la Onubense, con apenas dos décadas de existencia, también debe hacer suyos ciertos rituales. Actos como el de ayer, con su ceremonial de birretes, himnos y discursos oficiales, está claro que no levantan el entusiasmo del alumnado. De hecho, en el aula magna del pabellón Jacobo del Barco pudieron verse muchos asientos sin ocupar y salvo autoridades ’obligadas‘ por el cargo, profesores y familiares de los nuevos doctores, poca juventud universitaria. Viendo las caras de muchos de los presentes (incluyendo a quienes ocupaban la tribuna), dos horas de inauguración parece algo excesivo y seguro que hay fórmulas para hacer más llevadero el trámite, incluso más atractivo. Por ejemplo, invitando a un conferenciante que imparta una lección inaugural que interese a los alumnos, o acortando, por poner otro ejemplo, la interminable lectura de la memoria del pasado curso académico. En estos casos sabemos que no es fácil romper con lo establecido, pero habrá que echarle imaginación al asunto.