El runrún: Desapariciones 'made in Whatsapp'

Aprovechando la alarma social creada a raíz de las acciones del pederasta de Ciudad Lineal, que desde hace meses tiene en jaque a la Policía madrileña tras el secuestro de varias niñas en la capital de España, no faltan desaprensivos que se dedican a poner en circulación bulos que corren como la pólvora gracias a Twitter, Facebook o los grupos de la popular ‘app’ de mensajería instantánea. A veces, la falsedad de estas ‘noticias' es tan fácil de demostrar como hacer una simple búsqueda en Google. Aquí tenemos un ejemplo. En el mensaje de Whatsapp que reproducimos a la derecha se informa de la desaparición de una niña de siete años, Carmen para más señas, en la barriada de los Rosales de la capital. Para reforzar el engaño se incluye una fotografía de la supuesta víctima, aunque buscando esa misma imagen en la Red se puede comprobar que todo es un burdo montaje. La foto corresponde en realidad a April Jones, una niña británica de cinco años asesinada por un pederasta en 2012 y aparece publicada en infinidad de medios de comunicación. El hecho de ser tan chapucera no le resta ni un ápice de mal gusto y muchos ciudadanos de buena fe habrán tomado por cierta la patraña, lo que no hace sino alimentar algo tan humano como el miedo a que alguien de nuestro entorno pueda correr la misma suerte.

Una recepción 'a la onubense'. Emocionante el regreso de ayer a su tierra de la campeonísima Carolina Marín, que volvía ayer a casa con la medalla de oro colgada de su cuello rodeada del calor de sus vecinos y compañeros de disciplina deportiva. La llegada a su barrio fue de las que hacen historia y con razón esta chica de Santa Marta se mostraba emocionada ante tantas muestras de afecto. Habría un pero, sin embargo. Nos referimos a la recepción que tuvo lugar en el Consistorio de la localidad. El Ayuntamiento había hecho un llamamiento con el objetivo de que la ciudad entera se volcara con nuestra extraordinaria deportista, que el lunes se asomó con su gesta a las portadas de los principales periódicos nacionales. Lo que en otras capitales habría sido un baño de masas, en Huelva no hay más que ver la imagen para corroborar lo que la mayoría sabemos respecto al particular pasotismo del onubense. Eso sí, no faltaron todos los seguidores de Marín vinculados al bádminton ni muchos de sus vecinos de Santa Marta, que no pudieron evitar que el ambiente resultase algo frío. Como muchos comentaron en la plaza de la Constitución cuando Carolina salía a saludar al balcón, una auténtica pena.