confidencial
El runrún: La Cátedra Comas
Pablo Comas pasará a la historia por ser el presidente del 125 aniversario del Recreativo de Huelva pero nadie necesitará nunca esa fecha para acordarse del actual máximo mandatario del club albiazul, ya que su obra es de las que dejan huella.

Al margen de su gran visión empresarial, de su inigualable gestión económica y de su especial talento para armar proyectos deportivos, uno de los que personificaron la ‘salvación’ del Decano y su triste conducción hasta el oscuro panorama actual quedará destacado en la posteridad de los grandes mandatarios del fútbol español con letras de oro por la impartición de su Cátedra, la Cátedra Comas. Basta cualquier intervención pública suya para apreciar su facilidad de palabra y su riqueza léxica, sus buenos modales, su tono conciliador y amistoso, sus ganas de agradar… todo un nobel de la paz en potencia. Por eso extraña que a día de hoy tenga tantos críticos alguien tan respetable como este señor, que nunca ha faltado a la verdad ni ha incumplido promesas, que siempre ha ido por camino recto y que por supuesto, nunca nunca ha insultado a nadie. Será que hay muchos “atontaos, gilipollas, manipuladores, montajistas”, gente que engaña a las masas vilmente y se ríe (jiji-jaja), que usa el Twitter y el Facebook, que habla, que comenta, que se cuestiona cosas, que ejerce la libertad de expresión… esa gente que no es Comas. Válgame Dios, lo que tiene que aguantar este hombre, que debería de tener a todo el recreativismo a sus pies tocándole las palmas por bulerías! En fin, seguro que la Liga de Fútbol Profesional (LFP) está pensando seriamente impartir la Cátedra Comas y que ésta, previo pago de la matrícula, estará presente en las principales universidades del mundo. Mientras llega ese día, tenemos a un coste incalculable clases diarias con el marchamo del buen hacer presidencial. La última ha tenido lugar en la sala de prensa del estadio Nuevo Colombino, donde ante peñas, medios de comunicación y representantes de otros sectores de la sociedad ha pedido unidad. Unidad para apoyar a un equipo que todos queremos que se salva y no acabe en Segunda B. Lo ha hecho con su estilo particular y por ello ha indicado que hay que “eliminar” a expresidentes y exdirectivos que opinan de lo que pasa en el club, que ha dicho a una peñista que si “¿A ti se te debe algo?” cuando le ha preguntado educadamente si puede dar una fecha de cuando cobrarán empleados, de los que ha dicho que hay gente del club que pone en riesgo su puesto de trabajo y radian conversaciones internas. A los jugadores les ha dicho que con sus denuncias por impagos jodieron los refuerzos invernales. También ha venido a decir que los aficionados son poco menos que tontos porque se dejan engañar y manipular por algunos medios, entre ellos huelva24.com, al que tiene especial cariño, Por algo será, como que por algo será que tengamos más de 400.000 visitas cada mes. Continuando con su rosario de improperios ha llamado “gilipollas” a todos los periodistas que, según él que lo sabe todo, informan sin contrastar, cuando él se permite el lujo de decir hoy digo y mañana diego y de contar películas de lo ocurrido cuatro meses atrás. Para cerrar ha llamado “capullo” a otro miembro de la prensa. Este es el señor que después pone querellas a tutiplén se permite el lujo de insultar a discreción. Cada vez que lo hace se dibuja a brocha un autorretrato más fiel que todo lo que se pueda decir.

Clases poco magistrales en el Diocesano. Gracias a la profesionalidad y vocación de la inmensa mayoría de los maestros y profesores que ejercen en nuestros colegios, pocas cosas hay más controladas que la educación de nuestros hijos, al menos dentro de las aulas. ¿Pero y si un centro abre la puerta a personas ajenas con intenciones no del todo claras para que forme a los alumnos? Precisamente por eso nos ha llamado poderosamente la atención una actividad desarrollada en el Colegio Diocesano ’Sagrado Corazón de Jesús’. En concreto, una charla sobre nutrición destinada a niños de 3º y 4º de Primaria. Nada sospechoso, desde luego; más al contrario, siempre que el responsable de impartirla sea la persona idónea. Y es aquí donde empiezan los problemas, ya que para complementar la formación que estos alumnos reciben en una materia tan crucial en su desarrollo como la alimentación, el centro parece no haber sido todo lo riguroso que la ocasión requería y en vez de recurrir a un nutricionista, encomendó a un ‘intruso’ una misión que debería estar en manos de un profesional de la materia. La persona invitada es Jaime Acosta, definida por el colegio en su página de Facebook como «asesor nutricional de Herbalife». Este extremo no sólo no tranquiliza, sino todo lo contrario, puesto que hablamos de una empresa multinacional comercializadora de productos que no pocas veces han estado en el punto de mira tanto del Ministerio de Sanidad, como de las organizaciones de consumidores FACUA y OCU, mientras que en EEUU, la Comisión Federal del Comercio la investiga por supuesta estafa piramidal. A pesar de todo, Herbalife vende tanto en España como en otros muchos países productos calificados como dietéticos, así como complementos alimenticios a los que atribuye beneficios para adelgazar y mejorar el bienestar general del consumidor. Se comercializan directamente a domicilio —no hay tiendas abiertas al público—y suelen ser los mismos consumidores quienes se convierten en distribuidores, transformados —como podría ser el caso que nos ocupa— en asesores nutricionales, por supuesto sin ninguna titulación oficial. Este modelo de venta complica enormemente el control de los productos que llegan finalmente al consumidor, algo a lo que obliga la normativa europea. No hay más que escribir el nombre de esta empresa en Google para sospechar que no todo lo relacionado con ella es sinónimo de salud y bienestar. Y es que entrar en el aula de cualquier colegio y ponerse al frente de decenas de niños debería ser algo muy serio y algo nos dice que la dirección del colegio no ha sido en este caso muy rigurosa.

Delirios químicos. El Polo Químico onubense, hasta ahora, se ha observado desde todos los puntos de vista imaginables. La mirada, como todos sabemos, será más o menos amable dependiendo de la antipatía que despierte en cada cual unas industrias consideradas, según el opinador, el motor o el lastre económico de la capital. Hoy queremos traer, sin embargo, una visión mucho más original, y aunque procede de una de las cabezas visibles del movimiento en contra las fábricas instaladas en la avenida Francisco Montenegro, el habitual tono combativo deja paso esta vez a una apreciación curiosa, fruto suponemos de lo presente que tienen los miembros de la Mesa de la Ría —de su obsesión, dirán sus críticos— las chimeneas del Polo Químico.
