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El runrún: Ataque 'iracundo' contra el PP
¿Cree que es excesivo calificar de «mamarracho demente y senil» al alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, o decir que la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, «con su carita de zorra, no es más que una mala perra, casposa sucia y ratera»? Independientemente de quien sea la persona incapaz de digerir tanta bilis, parece evidente que sí. Pues imaginen si detrás tenemos a un responsable público.

Por sorprendente que pueda parecer, estas lindezas corresponden a un importante cargo de la Diputación Provincial, el jefe del área de Desarrollo Local, también miembro de la ejecutiva local del PSOE de Moguer, Jesús Díaz Robles, que pasa a ser otra víctima más de la política 2.0 para la que tan pocos responsables públicos parecen estar preparados. Esa que les empuja a pensar que lo que escriben desde un perfil de Facebook o una cuenta de Twitter tendrá menos repercusión que aquello que declaran solemnemente en una rueda de prensa o en un comunicado con el membrete del partido. Y es que, aunque la experiencia de tres décadas acudiendo a las urnas nos ha hecho relativizar el tono en el que se lanzan muchos mensajes durante una campaña electoral, lo que hemos podido leer hoy sobrepasa casi todos los límites. Tanto es así, que incluso en un gremio como el político, tan poco acostumbrado a la asunción de responsabilidades, el que la ha hecho la ha terminado pagando. Efectivamente, horas después de que se hicieran públicos sus mensajes vejatorios y viendo las dimensiones que estaban cobrando las reacciones a su incontinencia, Jesús Díaz pidió perdón y ha solicitado la baja voluntaria de militancia en el partido. Aunque explica que su salida de tono fue el «resultado de un ataque de ira incontrolado, excesivo e insultante», no aclara si el cargo que ostenta en la Diputación Provincial también lo abandonará o esperará a que lo destituya la misma institución que, de momento, guarda un escandaloso silencio sobre el asunto. Tarde o temprano lo sabremos, supongo. Las insensateces de Díaz Robles, desde luego, no tienen parangón con nada de lo que hayamos podido leer de políticos en campaña electoral. El ejemplo más reciente quizá sea el del tránsfuga almonteño Alberto Mondaca, que aún no se ha disculpado por llamar «subnormal» en mitad de un pleno a una concejala del PP embarazada de nueve meses (este ‘caballlero’ de la política, por cierto, es el que encabeza la lista de Ciudadanos de la localidad).Y salvando las distancias, cómo no recordar la metedura de pata del secretario de Organización del PSOE de Huelva, Jesús Ferrera, que también saltó a la actualidad nacional después de mandar a la ministra de Trabajo, la sanjuanera Fátima Báñez, a su casa a hacer punto de cruz. En cualquier caso, difícilmente le quitarán a Díaz el ser protagonista de las más triste anécdota de la campaña electoral. Aunque, sin haber alcanzado aún su ecuador, quizá sea mucho decir.
Muere el dueño del Kiosco Manolín. Hoy nos hemos enterado del triste fallecimiento de Manolín Candón, propietario de uno de los establecimientos hosteleros de más solera de la capital. De hecho, ha sido durante décadas el único bar abierto al público en la avenida Francisco Montenegro y lugar de reunión ineludible de los trabajadores de la zona. Como anécdota, hace unos meses el periodista y presentador de 'Salvados', Jordi Evole, rodó parte de uno de sus programas en él y pudo charlar con algunos de sus clientes sobre la polémica ambiental relacionada con el polo químico. El entierro, según ha comentado en su Facebook José Luis Camacho Malo, será este miércoles a las 10.00 horas en el tanatorio nuevo. Descanse en paz.