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El runrún: Envidiosos de Palomares

De acuerdo que las diferencias entre ambos casos son insalvables, pero no queremos resistirnos a comparar la situación que vive la pedanía almeriense de Palomares con la capital de la provincia de Huelva; una afectada en los años sesenta por la radiación de unas bombas termonucleares norteamericanas que contaminaron el suelo de la localidad y otra con un inmenso paraje de 1.200 hectáreas donde se acumulan más de 100 millones de toneladas de fosfoyesos.

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Una, consecuencia de un accidente; y la otra —el caso onubense— resultado de muchos años de permisividad por parte de las administraciones y desprecio a las leyes por parte de empresas como Fertiberia. Hoy vemos que en Palomares finalmente podría hacerse justicia, ya que el Gobierno estadounidense está dispuesto —aunque sea medio siglo después— a llevarse esa tierra contaminada (unos 50.000 metros cúbicos) a un almacén en el desierto de Nevada. Afortunadamente para los almerienses, la Secretaría de Estado norteamericana no ha llegado a conocer los planes que la empresa de Villar Mir tiene para las balsas de fosfoyesos, ya que —quién sabe— a lo mejor se apuntaban a lo de esconder los residuos bajo la alfombra. O mejor aún, quizá los responsables de Fertiberia deberían contactar con el amigo americano y subcontratar al cuerpo de Marines para ponerse manos a la obra, que en menos de 50 años es posible que las marismas recuperasen su antiguo aspecto. Bromas aparte, lo que para muchos no tiene ni pizca de gracia es dar por hecho que la empresa que hizo los vertidos, por el rumbo que han tomado los acontecimientos, ni siquiera dentro de medio siglo cumplirá la sentencia a la que fue condenada. 

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A Quique le crecen los hermanos. Fue a raíz de un comentario que le hizo en la conexión durante su despedida, y el rumor comenzó a extenderse como la pólvora. A Enrique Ramos, el concursante onubense de esta edición de Gran Hermano, nada más salir de la casa han comenzado a crecerle los hermanos, que no los enanos. A saber, según el comentario generalizado en las redes, Carolina era hermana del onubense. Desde aquí les podemos confirmar que no, que de eso nada –aunque la verdad es que ya lo ha desmentido él mismo a través de su cuenta de Twitter-. Enrique –o Quique, como le llaman concursantes y seguidores del ‘reality’- sólo tiene dos hermanos (uno de ellos es Antonio Ramos, concejal socialista en el Ayuntamiento de Huelva), en masculino, por lo que en GH16 sólo había un onubense. Pese a lo infundado del rumor, lo cierto es que ha dado para algunas risas, pues los montajes sobre el supuesto parentesco entre Enrique y Carolina no se han hecho esperar.

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