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El runrún: La piqueta echa abajo El Paraíso

Pocos negocios hemos conocido en Huelva que hayan tenido una agonía tan polémica y notoria como el restaurante El Paraíso.

El runrún: La piqueta echa abajo El Paraíso

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Desde que en mayo de 2014 Hacienda entrara en otro de los locales de la empresa —el antiguo Lyncis— para requisar la caja en mitad de unas comuniones, este emblema de la restauración onubense ha visto como su nombre pasaba a la historia. La grúa desmantelando el local que fue su buque insignia es posiblemente, su último capítulo.Y es que, como publicaba la web de la Cadena SER, las máquinas se encargan ya de borrar lo poco que quedaba del sencillo edificio que, abandonado desde hace muchos meses, poco a poco se iba deteriorando por el paso del tiempo y el vandalismo. Evidentemente, la gestión, encabezada por el alcalde de Punta Umbría junto a algún miembro de su familia, no estuvo a la altura de las circunstancias y en sus últimos años se tomaron decisiones que, junto a la crisis económica, dieron al traste con un próspero negocio que conoció horas muy felices.¿Ocupará otro restaurante el solar que deja El Paraíso? No lo sabemos, ni siquiera si tan privilegiado espacio volverá a ser edificado. Aún queda, de momento, el recuerdo en formato digital, los comentarios que muchos clientes agradecidos dejaron en portales especializados de internet. Sin embargo, aunque éstos últimos acaben desapareciendo, la huella dejada por una trayectoria de varias décadas de excelencia gastronómica no será tan fácil de borrar.

El runrún: La piqueta echa abajo El Paraíso

El detalle de Casa Miguel. Cuando hablamos de responsabilidad social corporativa (RSC), a menudo imaginamos el término asociado únicamente a las grandes empresas. Definida como la estrategia empresarial que implica un compromiso voluntario con el respeto y la mejora de su entorno social y medioambiental, la RSC se ha convertido —sin ir más lejos— en parte fundamental de la estrategia de comunicación de algunas de las empresas radicadas en el polo químico onubense. Pero no solamente son las grandes corporaciones las que han asumido este importante papel social. Hoy hemos encontrado un ejemplo digno de mención, el de un bar del Mercado del Carmen, Casa Miguel, que ha donado a la Fundación Europea para la Cooperación Norte-Sur (Fecons) 1.000 euros procedentes de la venta de la lotería de Navidad y el Niño. Dos formas de entender este concepto empresarial, como podemos ver. Porque, ¿cuánto dinero deberían destinar las multimillonarias empresas del polo si aportaran un porcentaje de sus beneficios proporcional a los 1.000 euros de Casa Miguel? La diferencia, probablemente, es la misma que separa la generosidad del marketing.

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