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El runrún: ¿Por qué en Isla Chica?

Dice más de uno que el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, es un apasionado de Isla Chica, barrio en el que reside y que por ello se celebran allí a lo largo del año un buen número de actividades, como las Colombinas de día. A los eventos habituales de cada año se ha sumado este fin de semana la primera edición de la Feria del Caballo, que se extiende hasta el lunes, que ha generado no poca polémica entre los vecinos.

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Para acondicionar algo el entorno y dar cabida a la gran multitud de caballos y carruajes que participan en la iniciativa, la plaza del antiguo estadio Colombino y la plaza Houston se ha querido dejar como un solar y se han desalojado los aparcamientos, que fueron una gran solución para la zona, muy carente de ellos, y que ahora ha provocado que aparcar sea mucho más que complicado por la zona. En la misma línea está circular, ya que todo el entorno ha sido cortado al tráfico por los cuatro costado. A la redacción de huelva24.com han llegado no pocas llamadas quejándose de los inconvenientes de un evento que está claro que dinamiza Huelva y que es positivo, pero que también plantea la pregunta ¿Era el lugar ideal para organizarlo? ¿Había otro sitio mejor? Son muchos los comentarios que en la calle afirman que la propia Policía Local avecinaba que sería un caos el barrio con este evento y que se le advirtió el consistorio onubense y se le desaconsejó elegir este lugar para la feria, pero el primer edil o alguien de su equipo de gobierno o colaboradores insistió en la idea y así ha quedado. De aquí al lunes habrá que estar pendientes de si son muchas o no las incidencias y si a pesar de ellas la feria brilla como merecía la ocasión, sobre todo sin fastidiar mucho a los vecinos.

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Fátima Báñez pasa de quinielas. Convertido el debate de investidura de Mariano Rajoy en la crónica de una abstención anunciada y con la única incertidumbre del número de ‘noes’ que recogerá el actual presidente en funciones, el interés de los medios parece centrarse en la composición del nuevo Ejecutivo popular. El baile de nombres, de posibles entradas y salidas, remodelaciones de carteras, o las filias y fobias de quienes al fin y al cabo parten el bacalao en estos menesteres –Mariano y Soraya, fundamentalmente–, no le alteran lo más mínimo el pulso a Fátima Báñez, posiblemente la única fija en las quinielas que se manejan a escasas horas de la conformación de un Gobierno que probablemente apostará por la continuidad de su núcleo duro. El perfil bajo de la sanjuanera, ajena a las luchas internas de su partido, sin duda ha jugado a su favor: del mismo modo que no levanta pasiones entre sus filas, tampoco molesta a nadie con capacidad de vetar nombres para un futuro Gobierno. Además, no ha salido mal parada después de encabezar en tiempos de crisis un ministerio capaz de quemar al político más templado. Lo que no está tan claro es que vaya a seguir ocupando la cartera de Empleo, ya que hay quien baraja la posibilidad de que cambie de aires y pase a encargarse de la de Sanidad. En cualquier caso, el desenlace está a la vuelta de la esquina. Vaya desde aquí nuestra enhorabuena por anticipado.

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Carolina, rara, rara. La publicidad, todos lo sabemos, es un mundo en el que nada es necesariamente como parece: la venta del producto es la prioridad absoluta y el resto de elementos ha de supeditarse a él. El problema es cuando esos elementos son personas de carne y hueso, tan reconocibles como las que vemos en la fotografía que aparece a la izquierda –el anuncio, mejor dicho–. Yendo al grano: ¿somos los únicos que vemos algo raro en el aspecto de Carolina Marín? Quizá sea el peinado, que le da un aire distinto al que no nos tiene acostumbrados la campeona onubense... O quizá a los responsables de la campaña encargada por Plátano de Canarias se les haya ido un poco la mano con el Photoshop. Viendo lo irreal de la escena –¡ojo al fotomontaje de la mochila rebosante de plátanos!– mucho nos tememos que sí.

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