Confidencial
El runrún: Vuelven los felinos a Correos
Dada la propensión que tenemos los onubenses a decorar las paredes de nuestra ciudad, a nadie extrañará que hayamos encontrado otro ejemplo de lo que decimos, como se puede observar junto a estas líneas. Sí, es cierto que se echa en falta la creatividad de Wild Welva o Man-o-Matic, pero no nos negarán que el talento se suple en este caso con una importante dosis de simpatía.


Multas ‘a traición’. Es lo que pasa cuando no se coge mucho el coche -y no vale usar la excusa de que se hace por el bien del aire que respiramos todos- y está en el aparcamiento más tiempo de la cuenta. O del que, en este caso por ejemplo, resultaba recomendable. Aparcas en el hueco que encuentras después de dar tropecientas mil vueltas por tu barrio, cierras el coche satisfecho, pensando que aunque algo lejos, lo has dejado bien aparcado. Y resulta que cuando vuelves a cogerlo, una semana después –y sintiéndote afortunado por haber podido estar tanto tiempo sin ponerte al volante- te encuentras con la desagradable (y, a priori, inexplicable) sorpresa: una multa por no haber aparcado atendiendo la norma. ¿Cómo? Si has aparcado como siempre en esa zona, como los 20 coches que tenías alrededor… Hace una semana. Ahora resulta que han cambiado la señalización y han prohibido el aparcamiento en batería –el habitual hasta entonces-, pasando a ser obligatorio en línea. Cuando tú aparcaste dicha señalización no existía y por tanto no incumplías ninguna norma, pero ha cambiado en los últimos días y te acaban de cascar 200 euros de multa por estar considerada una “infracción grave”. ¿Puede esto pasar? Pues sí, y ha sucedido en el espacio para aparcar entre los supermercados –Maxi Día y Supersol- de la avenida Galaroza. A los afectados les tocará alegar la multa –y, muy probablemente, acabar pagándola-. Y comenzar a comprobar todos los días que no se ha cambiado la señalización habitual del lugar donde aparcaron…

Un Colombino bajo mínimos. Se supone que es cuestión de prioridades. El Recre tiene demasiados agujeros que tapar en los últimos tiempos debido a la durísima y triste herencia de Gildoy, y cada día le aparecen nuevos episodios y va solucionando paso a paso los más urgentes. La semana pasada no había agua caliente para los conjuntos de la cantera en la Ciudad Deportiva, el primer equipo sigue peregrinando por la provincia para completar sus entrenamientos porque el césped de sus instalaciones da pena y ha provocado en las últimas temporadas varias lesiones graves, y el Nuevo Colombino tampoco está al margen de esta pésima imagen que sigue dando el Decano. Por ejemplo, en el partido de este fin de semana ante el Córdoba B no funcionaba el ascensor para acceder las zonas altas del estadio, y además los pupitres y las mesas para que los informadores realizasen su trabajo durante el encuentro estaban llenos de polvo. Ni siquiera tiene el Recre dinero para pagar un servicio de limpieza mínimamente digno. El club, liderado por el Ayuntamiento de Huelva, su actual propietario, quiere levantar el vuelo tras haber tocado fondo, pero de momento sigue teniendo demasiadas grietas.