Pregón de Fernando de la Torre

Pasión mariana declarada como antesala de la Semana Santa

15.00 h. Olor a primavera, a flores frescas recién cortadas, a incienso, a Semana Santa. Domingo de Pasión repleto de devoción mariana, de sentimiento cofrade, de emociones recordadas y de un paseo por nuestra Semana Santa barrio a barrio, cofradía a cofradía. Fernando de la Torre, muy emocionado por 'esta honra', ha paseado junto a su hija Ana, y el pequeño 'Pastorcillo', para enseñar su devoción cofrade y mariana a una 'Huelva semanasantera'.

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Pasión mariana declarada como antesala de la Semana Santa

El pregonero Fernando de la Torre tomó la palabra con la que ha recordado como el 17 de noviembre le dieron la noticia de que iba a ser pregonero. Jueves para más señas, hubo un pequeño revuelo en la Gloria... Un niño cofrade que allí había, correteaba de un lado a otro del cielo en busca de un hombre que allí estaba para felicitarlo. Javi Zamora, el pequeño cofrade que hace poco nos dejó para convertirse en un ángel del cielo y velar por nosotros, fue el encargado de iniciar un pregón que continuó caminando entre la prosa y la poesía visitando en cada barrio a las hermandades que allí residen.

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La PlacetaLa Placeta, señero lugar cofrade, de sentimiento y alma. Lugar donde convergen los sueños de muchos cofrades que desde sus barrios llegan acompañando a sus hermandades detrás de sus Cristos y sus Vírgenes a tomar el corazón de una Huelva que los espera por los albores del tiempo. 

De la Torre continúa su caminar, de la mano de su hija y de ese pequeño niño que quiere conocer la Semana Santa onubense, paseándose hasta La Merced donde el dulce veneno que es amar a nuestra Semana Mayor se fue metiendo en mi cuerpo. La Virgen de los Dolores, el Señor de las Cadenas y el Cristo crucificao, el que dictó mi condena, imágenes y recuerdos de una niñez temprana que envolvieron a los presentes en la infancia del pregonero. 

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Racheo de costaleros

Señor de la Lanzada y la Virgen de los Dolores, imágenes que el Viernes de Dolores son un preludio perfecto de la devoción cofrade que ansía el racheo de costaleros. Un racheo que se hace más pesado, aunque también satisfactorio, cuando llega desde los barrios más lejanos. El Prendimiento, un ejemplo de hermandad que se preocupa del prójimo como nadie... El contrapunto a un día Mariano sin paliativos en Huelva. Una hermandad de regusto especial del buen hacer cofrade, y que espera poder mostar a esa Estrella que da luz y alegría.

De la Torre llegó hasta La Orden. Un barrio de gente cada vez más de Huelva y cofrade, los que tienen el privilegio de tener más cerca a nuestra Virgen Chiquita... y que le imprime un carácter especial a la buena gente de ese rincón onubense. La Virgen Chiquita que es la madre de los onubenses y que arropa con devoción a la Hermandad del Perdón, con la que el pregonero ha tenido un detalle especial al recordar que compartimos Madrugá. 

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El Polvorín, punto y aparte

Y llegados al Polvorín, el pregonero se para y reflexiona. El Polvorín, punto y aparte. Domingo de Ramos, el Cristo del Amor y la Virgen del Rosario; Lunes Santo, Nuestro Padre Jesús de las Penas y la Virgen del Amor, y Miércoles Santo, con la espera de una Victoria Coronada, una Victoria que se siente Reina y el Polvorín la hace Reina.  Humildad y Reina, un barrio cofrade por los cuatro costados, y en el que el De la Torre ha sabido reposar su pregón con un sentimiento mariano y devoción única e irrepetible.

Entre aplausos, los presentes (representantes de todas las hermandades, así como cofrades queno se pierden nunca un momento único de la Semana Mayor), se mostraron emocionados con un paseo en el que, aunque no han ido día por día, sí que ha querido pararse en recrearse en la belleza de cada hermandad.

San Sebastián, Mutilados, Estudiantes. Sentimientos entremezclados con el humo del incienso, con la música que se eleva al cielo, con el fresco del azahar, con la quietud de la nueva madrugrada..., exponía el pregonero que recordó el sonido del racheo de los costaleros en memoria de su pasada de costalero. Un racheo que ha estado presente en todo su pregón, así como mi Nazareno, mi Señor. No quiso obviar el papel de las Hermanas de la Cruz en la Semana Santa de Huelva. Pura esencia de solidaridad y la fraternidad. Ya en la plaza Niña, De la Torre confesó que aquí nació el pregón que hoy ve la luz, porque tras comunicarle que iba a ser el pregonero, el cofrade y rociero no quiso faltar a su cita con la Virgen de la Esperanza y el Señor de la Expiración, que siendo Dios como es no tiene reparo alguno en ceder a su Madre el cauce devocional de su Hermandad.

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Misericordia, el Cristo de la Redención, Virgen de Consolación. Las Agustinas, y la plaza de las Monjas. San Pedro, La Borriquita y el fresco sueño de los más pequeños con las palmas, Pasión y su sabor añejo; Resignación y La Soledad y Calvario. Suave y pausado recorrido para llegar hasta el punto culmen de su pregón, de los sentimientos, del fervor cofrade que se sienta cada día a rezarle a NUestro Nazareno. 

Nazareno y Oración en el Huerto. Soledad. Nazareno y Amargura. Porque aquí es donde el pregonero pierde toda su objetividad y se rinde a la evidencia al confesar públicamente que en la 'madrugá' de Huelva es donde pierde el sentido.  Y el Gran Teatro emocionado expectante por este pregón se rindió en aplausos ante un paseo emocionado, en el que el pequeño Pastorcillo, Dios mismo, El Salvador, me quiso acompañar gracias a mi pasión rociera en la que su Madre, irgen María, la Reina del alma mía, tiene por nombre Rocío ¡Y Ella es mi noche y mi día!. Un emocionado Fernando de la Torre concluía así su pregón. Pregón mariano donde los haya, cofrade y rociero, de prosa y poesía. Con sabor a miel y olor a incienso y azahar, con el racheo costalero que sólo hace esperar al Domingo de Ramos. Un pregón de pasión mariana, como antesala de la Semana Santa onubense.

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