DOmingo de Ramos
Redención: Romanticismo y silencio
20.48 h. (actualizado 23.44) La Iglesia de la Purísima Concepción abría sus puertas, por primera vez en esta Semana Santa, para dar paso al cortejo procesional de la Hermandad de Nuestra Señora de los Desamparados y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Redención y María Santísima del Dulce Nombre en su Mayor Aflicción.

El silencio y el respeto son dos de las características de la Hermandad de los Desemparados, conocida como La Redención, que era la última en salir en este Domingo de Ramos. Con el único acompañamiento de la tradicional música de capilla y coral, el titular de esta Hermandad salvaba con cuidado el dintel de la Concepción para encaminarse por la calle Méndez Núñez hacia Mora Claros y realizar su entrada, posteriormente, en Carrera Oficial. El capataz Curro Asuero quiso dedicar una de las levantás a los hermanos fallecidos, así como deleitó con el buen hacer de sus costaleros bajo las trabajaderas del Cristo de la Redención. Una inspiración romántica y decimonónica con el silencio que la caracteriza que estuvo adornada en todo su cortejo procesional por un exquisito exorno floral compuesto por Lilium rojos, rosas rojas y calas. Con un cortejo compuesto por unos 90 penitentes, La Redención tiñió las calles del centro histórico de Huelva de tonos morados y de un respeto que se refleja en el libro de fallecidos de la propia Hermandad en el que están representados para que estos puedan acompañar de corazón a su titular. Tras el paso de la Sagrada Cena por Carrera Oficial, la Redención hacía de su cortejo un hilo de romanticismo y silencio que daba paso a Los Mutilados.
Así, con el acompañamiento musical del grupo 'Ministriles Hispalensis', el Cristo de la Redención salió de la Carrera Oficial para encarar su recogida por las calles Cardenal Cisneros, Arquitecto Pérez Carasa, Palacios, Concepción, Méndez Núñez y su entrada en La Concepción; para dejar en silencio su paso en el Templo con el buen sabor de boca del buen trabajo realizado. Una recogida, tan sólo cuatro horas después de su salida, que se acotó a la hora estimada de las 22.30 horas.