Martes Santos
Estudiantes, sobriedad y tradición añeja
Con la salida y recogida temprana de la Hermandad de la Salud, la Hermandad de Estudiantes decidió acogerse al derecho de acogerse a la hora de moratoria para decidir si se salía o no a realizar la Estación de Penitencia en la Iglesia de la Purísima Concepción. Y una vez más no rompió la tradición de llevar 62 años sin quedarse en su templo.

Aproximadamente a las 17.40 horas, el hermano mayor de Estudiantes, Ángel Salazar, comunicaba a sus hermanos que “vamos a cogernos a la hora de moratorio, porque ahora mismo llueve, pero tenemos previsiones de que mejorará, así que dentro de 45 minutos nos reuniremos de nuevo y decidiremos qué hacer”. Así se expresaba el hermano mayor que advertía que “se decida lo que se decida tendremos que adaptarnos a lo que decida La Lanzada y Pasión para adecuar los recorridos”. Unos instantes de tensión que todos los hermanos han vivido con tranquilidad, debido al tradicional carácter de afrontar los Martes Santos a pesar de las condiciones meteorológicas. Durante esa hora, Ángel Salazar no paraba de entrar y salir fuera de la Iglesia de San Sebastián para mirar al cielo, para comprobar si el tiempo le iba a dar una tregua o tendrían que tomar la decisión de quedarse en casa como finalmente le sucedió al Cristo de la Sentencia. Mientras los costaleros seguían preparándose como si no pasase nada. Costales, fajas, camisas, pantalones y zapatillas. Todo preparado. Aproximadamente, a las 18.40 horas, cuando La Lanzada decidía salir a la calle, la Junta de Gobierno de Estudiantes se reunía de nuevo para decidir si, finalmente, se echaban a la calle. Instantes antes, el rector de la Universidad de Huelva, Francisco José Martínez, se mostraba “esperanzado” para salir a procesionar. La unión de esta cofradía con la institución educativa onubense viene de antaño, y hace que su carácter sea mucho más joven y añejo a la vez. Junta de Gobierno y representantes del Consejo de Hermandades reunidos, para finalmente tomar una decisión que alegró a todos los hermanos presentes: “Nos vamos a la calle, realizaremos la Estación de Penitencia en el sagrario de las Hermanas de la Cruz y la Purísima Concepción”, manifestó su hermano mayor. Tras realizar el tradicional rezo de la Estación de Penitencia en el interior del templo, la cruz de guía de Estudiantes se disponía a bajar por la rampa de San Sebastián siendo la antesala perfecta para disfrutar de la imagen de León Ortega sobre un manto de lirios morados.Con un racheo serio, cuidado y lento, la cuadrilla de costaleros de Estudiantes supo mostrar a Huelva la imagen del Cristo de la sangre con la elegancia que les caracteriza. Poco antes, las insignias de los tramos penitentes hacían de antesala a este misterio tan querido en Huelva. Insignias entre las que se encuentran las de la Universidad de Huelva o la Purísima Concepción. Manuel Gómez ‘Carnicerito’ ultimó los detalles del paso del Cristo de la Sangre para poder pasearse por Huelva. Y con el típico racheo de zapatillas, el titular de la Hermandad de Estudiantes avanzaba hacia la calle Cantero Cuadrado seguido por una treintena de nazarenos cumpliendo penitencia. Con los ciriales en el exterior de la Parroquia de San Sebastián, la Virgen del Valle se asomaba a las 19.37 horas mientras algunos rayos de sol tímidos iluminaban las bambalinas. Y la marcha ‘Virgen del Valle’, por parte de la Banda Municipal de Valverde del Camino, le daba la bienvenida a la imagen mariana titular de la Hermandad de Estudiantes. Solemnidad y Sentimiento en una salida en la que la primera levantá ha sido dedicada a una de sus hermanas, mientras que la del Cristo de la Sangre ha sido para el capataz Rafael. Alberto Parejo, capataz de la Virgen del Valle, hacía lucir los estrenos de las bambalinas laterales (obra de Manuel Ponce), que completan exteriormente la renovación del palio, ya que aún quedan por renovar el techo de palio y las bambalinas laterales por su cara interior. Ya en la rampa, el capataz ha querido dedicarle a la levantá a la Hermandad de la Salud por la “mala suerte de tener que quedarse de nuevo en casa”. Un detalle que se ha repetido durante el recorrido por parte de todos los cofrades. Y poco a poco, la Virgen del Valle paseaba triste y solemne tras su hijo el Cristo de la Sangre, camino al centro para comenzar a vivir momentos entrañables como la visita a las Hermanitas de la Cruz.



Tras el paso del Cristo de la Sangre, sobre las 21.00 horas, la Virgen del Valle disfrutó de una bienvenida única en la calle Esperanza Coronada, donde fue agasajada con saetas y recibida, como el Cristo, por una representación de la Hermandad de la Esperanza a las puertas de su capilla. Después la hermandad siguió callejeando por el casco histórico buscando el inicio de la Carrera Oficial que disfrutaría tras el paso de la Hermandad de la Lanzada, con 60 minutos de retraso.
Con la sobriedad que la caracteriza, la Hermandad de Estudiantes realizaba una Carrera Oficial con solemnidad y arropada por Huelva que deseosa esperaba el Martes Santo. Un recorrido de vuelta se antojaba añejo y melancólico, una vuelta con el cariño que suele disfrutar de los cofrades onubenses.
Con la satisfacción de una buena Estación de Penitencia, el Cristo de la Sangre y la Virgen del Valle encaraban los últimos instantes en la calle, deleitándose en momentos como el vivido en el Pasaje Cristo de la Sangre y la emocionada recogida pasadas las 01.45 horas.