Domingo de Ramos > La Borriquita
Platero y Jesús, radiantes por un sendero de palmas
A pleno sol se desenvolvió la estampa soñada de un Domingo de Ramos esplendoroso y triunfal en torno a la parroquia mayor de San Pedro, desde donde la Hermandad de la Borriquita regaló a Huelva esos especiales momentos que tanto anhelaban sus cofrades. Jesús recorrió la ciudad a lomos del Platero del que el poeta universal Juan Ramón Jiménez escribió hace 100 años y siguió sus pasos rodeada de la multitud Nuestra Señora de los Ángeles con su dulce rostro sonriente.

Los rayos dorados del astro rey punzaban sobre las cabezas de la multitud congregada tanto a lo largo del porche como de la plaza y sus alrededores, dando vida a los colores de la tarde, en la que reinaba un ánimo de feliz tranquilidad. Se palpaba la certeza de que la meteorología no sería obstáculo para el lucimiento de los pasos de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén y Nuestra Señora de los Ángeles y su cortejo procesional y así fue.

La espera previa al encuentro de los sagrados titulares con sus fieles tenía la forma de globos al aire, el sonido de los crujidos de pipas, los reflejos de las gafas de sol, la brisa esporádica de algún abanico… Muy cotizado estaba cada rinconcito de sombra y tampoco sobraba una plaza en los engalanados balcones. Desde allí las miradas altas estaba igual de concentradas que las que a pie de calle, que veían a las 16.15 horas desplegarse los primeros tramos de nazarenos de capirotes colorados. Poco a poco se fue dibujando un sendero de espigas doradas meciéndose en las manos de los numerosos niños que tradicionalmente integran esta cofradía, acompañados por sus padres en el camino de iniciación que es la vida en hermandad.
La expectación comenzó a verse satisfecha cuando fue recorriendo el porche del templo el paso la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén. Las ocho figuras del misterio relatan la llegada a la ciudad judía del Señor, que hace 2.000 años ya tenía como compañero a su particular Platero, que tan bien plasmó en su obra Juan Ramón Jiménez y de la que este año se celebran 100 años. Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón... escribió el poeta moguereño, tan recordado siempre y especialmente este 2014.

Compleja fue la maniobra del paso para abandonar su porche y tomar el tramo descendiente de la calle Licenciado Juan Agustín de Mora tras avanzar a los pies de la torre de la iglesia, por la que volvería a pasar más abajo al tocar la plaza, encuentro que estuvo recompensado con multitud de aplausos. Después los costaleros de la hermandad condujeron al Señor hacia la calle Daoiz, ya que no se rodeó la plaza como en años anteriores, encontrando aromas de incienso que se propagaban, miradas de felicidad y fe, los sones de la Agrupación Musical Santa Cruz para impulsar sus pasos.
Este año la Junta de Oficiales de Gobierno decidió que realizara la primera levantá del paso de misterio Manuel Remesal Rodríguez, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Huelva, íntimamente ligado a la hermandad, y que además acompañó en la procesión a su hija, que ejerció de nazarena. Por su parte, en el caso de palio se le brindó a la Hermandad de Nuestra Señora de la Cinta, patrona y protectora de todas las hermandades, debido a que se cumple cincuentenario del nombramiento de la venerada imagen como patrona de Huelva.
Cuando el Señor buscaba un paseo Santa Fe atestado de onubenses descendía tras cruzar el dintel templo el paso de palio celeste de Nuestra Señora de los Ángeles, con sus rosas de varios colores y vela rizada arropando a la madre Dios, con su rostro dulce y la mirada tranquila, con la que se cruzaron las de los fieles que deseaban verla de nuevo abriéndose camino entre la multitud. A las 16.52 se había echado a la calle la Virgen sonriente de la Semana Mayor Onubense, que tras la marcha real interpretada por la Banda de Música de Nuestra Señora de las Mercedes de Bollullos del Condado se vio acompañada por una Salve cantada.
Poco a poco la primera de las cofradías de San Pedro en procesionar abandonó el barrio alto de la capital para tras Santa Fe continuar por la plaza Quintero Baez, Tres de Agosto, Plaza de las Monjas, Vázquez López y desde ahí buscar la entrada en carrera oficial, que inauguró su cruz de guía tras pasar por las calles Rico, Palacios, Hernán Cortés, Rascón y Las Bocas.

El tránsito de La Borriquita por la carrera oficial fue radiante y luminoso y los presentes lo agradecieron y disfrutaron, pues bien merecía la pena pasar calor y ver en todo sus esplendor a esta devota cofradía a tener que contemplar un panorama muy diferente. La cruz de guía entró en carrera oficial a las 18:45 horas y salió una hora después. Los cofrades onubenses disfrutaron mucho con el tránsito del paso del Señor y de Nuestra Señora de los Ángeles, que adquirieron otra belleza conforme la luz fue abandonando el cielo de Huelva.
La cofradía abandonó la carrera oficial por la calle Cardenal Cisneros para iniciar el recorrido de retorno a su templo. Subió por Fernando El Católico y la calle Palos para alcanzar la Palmera y desde ahí avanzó hacia su barrio por la calle La Fuente para desembocar en una plaza San Pedro expectante primero y entregada después. Los minutos vividos se pasaron volando, muy al contrario de lo que hubieran querido hermanos y fieles, que disfrutaron mucho de este final de procesión, vestido por la noche. Antes de la 22.00 horas comenzó a entrar en San Pedro la cofradía, que se recreó con la recogida del paso de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén. Después fue el turno de Nuestra Señora de los Ángeles, que recibió vítores de viva la Reina de San Pedro al alcanzar la parte final del porche. Además le cayó una pealada y también vieron reconocido su notable esfuerzo los costaleros, cuyo capataz los denominó ángeles caídos debajo de este paso. Sonó campanilleros y sobre las 22.45 comenzó a retroceder el paso de palio.