traslado extraordinario de la virgen de la victoria
La Reina del Polvorín ya está en casa tras su reencuentro con las Teresianas
14.31 h. Media tarde en Huelva. Aun así, el sol comenzaba a esconderse. De repente, algo cambió. Una luz celestial y ajena a este mundo mortal apareció por sorpresa en los alrededores del popular barrio onubense del Polvorín. ¿Qué pasa? -se preguntaban algunos-; ¿de dónde viene esa luz? -decían otros-; corre, corre que parece que es en las Teresianas.

Al avanzar la calle, enmudecieron. Allí estaba Ella, como si de un ángel caído del cielo se tratase, María Santísima de la Victoria, ataviada con sus mejores galas y a hombros de sus hijos, cruzaba el dintel de la casa de sus camaristas de honor; esas primeras privilegiadas que hace ya 75 años tuvieron el privilegio de embellecer por primera vez con vestiduras a la Madre de Dios. Ya estaba en la calle y su barrio anhelaba la vuelta de su Reina. Pero no sólo sus fieles sufrían su ausencia, su hijo, Nuestro Padre Jesús de la Humildad también ansiaba el reencuentro.
Roque Barcia, Gibraleón, Villarasa y Andalucía para empezar su discurrir… Qué maravillosa estampa ver a la Reina del Polvorín paseando por las casas bajas de Tartessos, casi a la misma altura de quienes a los balcones se asomaban para verla. Isla Cristina y Monsalve para llegar a Antonio Delgado, ¡Ay Antonio Delgado, qué linda lucías este 6 de diciembre! ¿Y sus vecinos? Cuanta devoción… Qué sentimiento… Cuanto amor hacia María Santísima. La virgen venía a visitarlos y eso no pasa todos los días. Por eso, sus vecinos, se pusieron manos a la obra para recibir a su Reina como sólo Ella se merece. La calle era una fiesta de principio a fin. Guirnaldas, petalás, altares, vivas y rezos por sevillanas y fandangos. Todo ello, como muestra del amor más verdadero que puede mostrarse: el de unos hijos a su madre.
El esperado júbilo de Antonio Delgado, dejo paso a Federico Molina. Mira que las avenidas gustan poco al cofrade… Pues ni por esas. Victoria no podía estar más guapa cobijada por las luces navideñas propias de estas fechas. Cada vez quedaba menos para el reencuentro.
Huelva, por su parte, no dejaba de acompañarla. Centenares de fieles incapaces de abandonar ni por un instante a María Santísima de la Victoria. Puebla de Guzmán y Niebla, y volvían a llover pétalos sobre la Señora.
Cortelazor, Extremadura, Murcia y Villarrasa. Apenas unos pocos metros separaban a la Reina del Polvorín de su templo. Pero, aún quedaba una nueva visita a Puebla de Guzmán, su calle, esa que cada Miércoles Santo le reza de una manera muy especial. Y así fue. Llovió devoción en forma de pétalos. Flores para la más bella flor del jardín. ¡Viva la virgen de la Victoria! ¡Viva la Reina del Polvorín! ¡Viva la Reina de Huelva! Victoria, ¡guapa! Victoria ¡guapa!
Presbítero Pablo Rodríguez y Templo. Ya estaba en casa. “Vamo de frente muy poco a poco”. Al fondo, en la capilla se encontraba su hijo, ansioso ante tan inminente reencuentro. Y así fue, después de una semana de distancia, la Reina del Polvorín ya estaba en casa, poniendo así punto y final a su salida extraordinaria.
Ahora, le espera su besamanos, donde sus fieles podrán postrarse ante Ella durante todo el día de hoy y el de mañana.