Semana Santa > Entrevista con el pregonero
Nacho Molina: “Las cofradías, si quisieran, ponían y quitaban alcaldes”
Con la marcha ‘Rocío’ y la cruz de Guía de la Victoria el pregonero de la Semana Santa lanzará el domingo “algo de su forma de ser” y “un mensaje que cale en la gente”. Asegura que “lo más difícil que he hecho es escribir sobre mis devociones” y que reivindicará que “la gente joven ahora mismo es necesaria en las cofradías” y que 'hay quien no sabe irse'. Espera dejar al público “con el sabor de que tenga ganas de más” antes de ser pesado. Opina que hoy en día “hay que estar muy preparado y formado para estar al frente de una hermandad”, que “no caben” más cofradías en la Semana Mayor y que existe “demagogia” con lo que gastan olvidándose que “dan mucho trabajo”. También habla de cultura cofrade, fe, disputas, el Recre… no se corta.

Tiene una amplia sonrisa jovial que se despliega a cada instante como carta de presentación y que le ayuda a vender a quien corresponda una opinión con fundamento ante cualquier aspecto de la vida. Quizás vive en un constante pregón, en una expresión poética de lo que siente, en la reafirmación orgullosa de su origen y pertenencia. Así se enfrasca rutinariamente y sin esfuerzo en una defensa a ultranza de los tesoros onubenses, en una encendida exposición convencida y descarada de lo que le mueve el corazón. Así se ha granjeado una creciente admiración y cariño y no pocos encargos para con palabras y voz desplegar un retrato vivo de la tradición. Para los cofrades que cuentan por generosos puñados sus Semanas Mayores, Ignacio Molina Maqueda es un ‘capillita’ de nueva hornada, aunque su fe y devoción han sido cocinadas siguiendo la receta tradicional. Ha pasado de jugar con pasos y penitentes a contar cómo son en los medios de comunicación. Con el aderezo del espíritu renovador de las ideas propias y un carisma que encaja en todas partes, este rociero, inmaculado, pasionista y victoriano ha procesionado por distintos templos hasta situarse en la antesala del Gran Teatro. Sobre cuyas tablas y ante el atril este domingo pronuncia a fuerza de mensaje y poesía el pregón de la Semana Santa 2015. Porque la juventud también tiene algo que decir.
PREGUNTA.- ¿Cómo se siente a pocos días del pregón? ¿Pesa más la responsabilidad o las ganas?RESPUESTA.- Nervioso no estoy, pero conforme se acerca la fecha si crece la tensión porque la gente te escribe y te recuerda los días que te quedan. La responsabilidad siempre está desde el primer día. Este es un nombramiento que hay que agradecer y que ilusiona, pero es verdad que hay una responsabilidad muy fuerte. Realmente estoy esperando y deseando que llegue el domingo, que salga como tenga que salir, yo espero que lo mejor posible, intentaré darlo todo y salir satisfecho conmigo mismo. La responsabilidad no es tanto con que le pueda gustar más a la gente, sino con que sea capaz de transmitir lo que he escrito, con lo que estoy satisfecho.

P.- Ha hecho bastantes pregones, pero no sé si se puede decir que el de la Semana Santa es el pregón con mayúsculas.R.- Yo creo que no hay un pregón más importante en Huelva, porque creo que no es sólo el de la Semana Santa, es el de la ciudad y hay pocas tribunas para hablar de Huelva como ésta. Pregones he dado muchos, algunos desde el punto de vista sentimental importante para mí, pero como este está claro que ninguno ni daré ninguno igual. Por eso mismo creo que hay que aprovechar esta tribuna para decir algo. Tiene que ser un pregón que tenga contenido, en el que tu expreses lo que sientes pero también cómo piensas sobre determinados aspectos. Creo que en el siglo XXI en un pregón se han dicho ya muchas cosas, casi todo bonito y habrán pasado quince mil poetas que lo habrán dado mejor que yo y aparte de eso creo que el que suba ahí tiene que dejar algo, de su forma de ser, de su personalidad y que lance un mensaje que cale en la gente.
P.- ¿Y cuál va a ser su mensaje?R.- Mensajes puede haber varios, pero creo que tiene que reflejar el contexto en el que estamos. Creo que hay que sentirse orgulloso de decir “soy cofrade” y sin miedo, resaltar el papel de las cofradías en el siglo XXI y también el de la juventud, que también es importante. Yo tengo la responsabilidad añadida a la de dar el pregón, que es muy importante, la de que encima estaré mirado con lupa por ser una persona joven. Esto requiere que tengo que dejar bien a la gente joven y si sale mal se dirá que fue porque soy muy joven, que es lo que se le ha achacado a este nombramiento. Estamos acostumbrados a que este tipo de cosas las hace gente con canas y mayor, pero creo que es una oportunidad para demostrar que la gente joven ahora mismo es necesaria en la Semana Santa y que es necesario en muchos aspectos un cambio generacional en cualquier ámbito de las cofradías y ha llegado el momento de que la gente joven aspire a cargos de importancia en ellas, porque la juventud está sobradamente preparada para ello.
P.- ¿Cree que ese relevo generacional no se produce porque los mayores no dejan el camino libre o porque los jóvenes no dan el paso al frente?R.- Es un poco de todo, pero sí que es verdad que también que hay que saber cuando irse de esto y de todo. Es más difícil irse que llegar y también hay que saber irse.

P.- ¿Qué proceso ha seguido en la elaboración del pregón? ¿Ha sido un sueño que al final le ha acabado desvelando?R.- Yo empecé el 8 de enero y no el 10 de noviembre cuando me nombraron. Yo nunca había pensado que me fueran a dar el pregón, por lo que no tenía un planteamiento base ni nada preconcebido sobre cómo hacerlo. Lo que hice fue pensar y dejar fluir ideas y una vez que pasó la Navidad comencé a escribir. Tenía una estructura que después ha ido cambiado y conforme me levantaba escribía. No entiendo que para esto haya una única fórmula que haya que seguir porque se ha hecho siempre o porque alguien dijo que había que hacerlo así. Si todo el mundo hace un modelo de pregón esto se extingue, porque el pregón tiene que representar la personalidad de cada uno y la forma que tenga de ver las cosas, su aire y su edad y esa debe ser la grandeza del pregón. Yo no puedo hacer el mismo que dio Manuel Romeu el año pasado, por ejemplo. He tardado en realidad poco, porque pensaba que iba a tardar más. En un mes, todos los días dedicándole tiempo, dije que no había que tocarlo más. No lo he releído demasiadas veces para no caer en el riesgo de retocarlo. Lo he repasado varias veces por si en algún momento te quedas en blanco por lo menos saber por dónde vas, pero no soy mucho de ensayar ni ponerme en mi casa a dar voces. Me da más corte ponerme a chillar yo solo delante del espejo que ante la gente. Así que lo he leído más como un libro bajito para mí.
P.- Se puede suponer que en el pregón habrá unas palabras para su hija Marta.R.- Es que tengo que decir que la niña ha escrito el pregón conmigo, porque todo lo que he escrito la niña estaba encima mía, en brazos, a mi lado, cambiándole el pañal o dándole el biberón. Así que el pregón lo hemos hecho entre los dos. El nombramiento llega en el mismo año que ha nacido mi hija y no es que quede bien decirlo, es que el pregón lo he escrito con la niña en lo alto y es su obra también.
P.- ¿Cuántos pregones de Semana Santa ha presenciado? ¿Ha habido alguno que le haya resultado inspirador o le haya marcado?R.- La verdad es que por tareas profesionales he seguido muchos pregones y unos me han parecido mejores y otros peores. La conclusión que he sacado es que tenía que tratar de que el mío fuera aliviado, porque aquí puede venir Rodríguez Buzón que si dura tres horas al final la gente se queda con que ha sido pesado. Prefiero una cosa que sea más cortita y que la gente se quede más con el sabor de que tenga ganas de más que de que diga “la que me ha dado el tío éste”. Al margen de eso todo es mío y no me he basado en nada.

P.- ¿Cómo va a ser el escenario de su pregón y qué elementos ha escogido para acompañarle?R.- La marcha que he escogido ha sido por lo que significa para mí, por una devoción particular, pero sobre todo porque debe ser la marcha de Huelva y que debe institucionalizarse en el pregón como la marcha que ha de tocarse, que es ‘Rocío’. Es la marcha de Huelva más universal y que podemos decir que se refiere a la coronación canónica de la Virgen del Rocío, que es la mayor devoción que hay en la provincia de Huelva y tenemos que reivindicarla como nuestra. Además la he escogido por mi gran devoción a la Virgen del Rocío. En cuanto a flores no lo sé porque se encarga el Consejo, pero sí puedo decir que la cruz de guía que presidirá el pregón será la de la Hermandad de la Victoria. Así lo he elegido y la hermandad ha aceptado. Encima llevaré muchas cosas que familiares y amigos me han regalado. Por ejemplo los gemelos son un regalo de la Hermandad de la Inmaculada con el anagrama de María, también llevaré por dentro una medalla de la inmaculada que me ha regalado mi amigo Fernando Cárdenas y un reloj que tiene una historia familiar porque era de un tío mío de La Palma. Es un Omega de oro que no lo he usado nunca y lo usaré ese día y no sé si alguno más porque es muy valioso.
P.- En ese recorrido que los pregoneros siempre hacen por la Semana Santa ¿cuáles son los titulares que más va a resaltar porque son por los que siente una especial devoción?R.- Para mí lo más difícil que he hecho es escribir sobre mis devociones, porque puedes querer mucho a tu padre o tu madre, pero es muy difícil expresarlo en público como lo quieres tú. Evidentemente he intentado trabajar en todos igual pero en lo que más quieres es más difícil, porque creo que nunca voy a estar a la altura de lo que debo de decir. Cuando te han dado tanto, devolvérselo es muy complicado. Como devociones más sentimentales tengo evidentemente al Señor de Pasión y la Virgen de la Victoria, que son las más fuertes que puedo tener. Dentro del contexto en el que estamos, en el 500 aniversario de la Concepción, esto también jugará un papel dentro del pregón, porque además allí también tengo algo importante como es la devoción de la Inmaculada y como fundador de la hermandad también le dedicaré un espacio.
P.- Una vez que acabe el pregón quedará vivir una Semana Santa que ¿cómo de diferente a lo habitual la va a vivir?R.- No lo sé. Hay una serie de actos que son ineludibles, como es el palco de carrera oficial el Domingo de Ramos, el Viernes el Santo Entierro. También la Hermandad de la Victoria me ha nombrado para dar la primera levantá del aso de misterio, pero espero vivirla trabajando, aunque algunos digan que estoy loco por no aprovechar la Semana Santa. La pasaré trabajando que es como más la disfruto y porque además no la concibo de otra forma, aquí y como me pasa con El Rocío. Me he acostumbrado a eso desde muy joven y para mí no es trabajo sino disfrutar. Intentaré compaginar el cargo de pregonero con el de mi trabajo. El otro día en Canal Sur coincidí con la primera pregonera, Esther Bazán, y con Eduardo Fernández Jurado, que han dado el pregón dos veces, y yo decía que lo más bonito creía que lo había vivido ya, que era este tiempo, porque jamás pensaba que iba a recibir tanto cariño de tanta gente, amigos, familia y hermandades. Ellos me decían que después del pregón venía lo más bonito y eso todavía no lo he vivido. De lo que he vivido hasta ahora sí puedo decir que estoy plenamente satisfecho salga como salga por lo que he experimentado estos días con quién lo ha vivido conmigo. Yo no quería vivir esto desde el individualismo y el ‘yo y yo’ si no con todos los que quisieran conmigo y lo hemos conseguido porque todo el mundo está muy ilusionado a mi alrededor, aunque algunos se ponen nerviosos y yo les digo que no me pongan a mí. En la Semana Santa habrá momentos, que no lo sé, que quedarán marcados, pero ya, pasé lo que pasé, ya estoy eternamente agradecido a toda la gente de la Semana Santa de Huelva por el trato que he recibido.

P.- ¿En qué estado de salud cree que se encuentra la Semana Santa onubense?R.- Creo que como momento de repercusión social y lo que significa para la ciudad creo que no ha estado nunca así. Estamos hablando del mayor movimiento cultural, social y religioso que tiene Huelva y también el mayor movimiento asociativo. El Recre por ejemplo, con lo que significa para la ciudad, tiene 7.000 socios y si en la Semana Santa extrapolamos los hermanos a socios en conjunto son más de 30.000, más los que son cofrades sin pertenecer a ninguna hermandad y estamos hablando de que un 60-70 por ciento le gusta la Semana Santa o participa de algún modo de ella y eso es una cifra muy importante. Eso nunca ha sido así. A nivel patrimonial, de vestir imágenes, de flores y cultos estamos en un momento extraordinario. Otros aspectos necesitan una revisión o un cambio, lo que comentaba antes, porque estamos cayendo en errores del pasado y corremos el riesgo de correr hacia atrás. Esto ha evolucionado mucho y hoy en día hay que estar muy preparado y formado para estar al frente de una hermandad. Ya no es como antes, hoy día tienes que rendir cuentas ante un cabildo, estar con los medios de comunicación y eso exige un mínimo. Tenemos que tener claro que esto no es de nadie sino de todos y que o estamos preparados o nos llevan por delante, porque la sociedad así lo demanda. En eso, como decía al principio con el tema de la juventud, necesitamos un cambio, porque las cofradías viven de la tradición, de su barroquismo, de su forma de entender esto, de su personalidad, pero conociendo nuestra historia, nuestras maneras y formas, hay que saber también el tiempo en el que estamos para garantizar la pervivencia y que las cofradías son el reflejo de las personas que la componen. Eso es indudable y así ha sido siempre. También al exterior debemos dar una imagen importante. A nivel de solidaridad y acción social es indudable lo que están haciendo y aportando las cofradías.
P.- ¿Considera que ese tipo de acciones sociales son valoradas suficientemente por el resto de la sociedad o pasan más desapercibidas?R.- Creo que no sabemos vendernos. Las cofradías todavía hoy día no han sido capaces de explotar su potencial. Con el índice de población que decíamos que tenían las cofradías, si quisieran ponían y quitaban alcaldes y lo que quisieran. No sé si no son capaces por su manera de ser, pero sí es momento de empezar a decir lo que se hace. Pero hay que tener claro que las cofradías no son una ONG y muchas veces lo confundimos. Las cofradías se fundan para rendir culto a sus imágenes y el fin primordial es salir a la calle. A lo largo de la historia han ido adaptándose a determinados papeles que han asumido, como éste de la solidaridad. Incluso por estatutos tienen un porcentaje obligatorio que se da a este tipo de actuaciones. Eso se ha multiplicado por mil y al final se hace un trabajo enorme. Pero tampoco hay que renunciar a lo que somos. La gente se confunde, porque hacer una corona o un mando bordado eso no es contrario a nada, al revés. Las cofradías lo que tienen que hacer es dar dignidad a través del trabajo y prefiero que se dé trabajo a que sólo estemos para el bocadillo. Gracias a eso hay mucha gente que trabaja y que come, porque sin esos encargos los orfebres, tallistas bordadores, floristas… el mercado es tan grande alrededor de la Semana Santa. Sin las cofradías esos oficios se perderían y habría más gente en la cola paro y pasando necesidad. Hay que estar con los pobres y hay que ayudar también con el trabajo. Lo de la caña de pescar que se ha criticado tanto. Creo que existe mucha demagogia con lo del dinero que se emplea para esto porque ese dinero hace que haya gente trabajando y que esos talleres estén abiertos y no cerrados. Por eso tampoco hay que ser acomplejados en ese sentido a la hora de encargar trabajos para las cofradías.

P.- Entonces la Semana Santa onubense ¿es madura, está madurando o es todavía infantil?R.- Huelva está madurando. Tiene una historia Semana Santa de siglos pero tras la Guerra Civil sólo queda muy poquito y hay que reconstruir todo y llegar a nuestros días. Después de todo se ha llegado a un boom de las cofradías y es la época en la que más hermandades se han fundado y mayor repercusión ha tenido. Estamos en el camino adecuado exceptuando algunos puntos en los que hay que seguir insistiendo, que es labor de los guías espirituales, párrocos y de todos el guiarnos y que consigamos que esto vaya como tiene que ir.
P.- ¿Cree que caben más hermandades en la Semana Santa?R.- Actualmente no. Evidentemente no se puede cerrar la puerta a que se funden más pero creo que hay que trabajar en las que hay. Teniendo en cuenta la relación entre cofradías y habitantes creo que Huelva es una de las ciudades que más cofradías tiene. Creo que la Semana Santa da lo que da y hay que trabajar en las que están. Hermandades de penitencia creo que no hacen falta más pero de gloria se pueden fundar todas las que se quieran, que sí se echan en falta.
P.- ¿Cuánto daño han hecho a la Semana Santa las disputas muchas veces tan propias del mundo cofrade o hay que entender que forman parte de esto y no darles más importancia?R.- Al final somos humanos y esto pasa en una asociación de bolos y de ajedrez. Hay que tener en cuenta que aquí lo que mandan son los sentimientos y el corazón y ante eso uno se vuelve muy irracional. Es como si tocan a tu familia, pierdes los papeles. Podemos discutir mucho pero algo tiene esto que al final no nos vamos y seguimos ahí y mira que nos llevamos sofocones, gastamos dinero y trabajo y tiempo pero no nos vamos. Esto entra dentro del ser humano, afianzado en que cuando están los sentimientos y el corazón de por medio se es muy visceral y aquí pasa. Esto ha pasado hace siglos y no es nuevo que la gente se pelee. Los libros de reglas se inventan porque en Sevilla las cofradías se peleaban en las esquinas para ver quién pasaba antes y sacaban las espadas. En el seno de una institución está bien que haya distintos puntos de vista, desde el respeto y la educación, y eso también enriquece, porque el pensamiento único no es bueno en nada. También es verdad que dentro de la iglesia somos el grupo al que más se nos ve y venimos más de frente y las ‘guantás’ también vienen todas para nosotros. Si estuviéramos más calladitos, pero no nos escondemos. Somos gente que, más para lo bueno que para lo malo, estamos siempre con la cara descubierta y la gente sabe dónde estamos y quiénes somos y sacamos a Cristo y a su madre a la calle sin miedo. Eso te acarrea que te conozcan más. Hay otros grupos de la iglesia que se les conoce menos y a lo mejor tampoco es que sean modelos fidedignos de cómo hacer las cosas. Que del toro manso me libre Dios que del toro bravo me libro yo.

P.- ¿Cómo cree que andamos en Huelva de cultura cofrade y de fe y cómo deberían estar una con respecto a la otra?R.- La cultura cofrade es cuestión de tiempo. Queda por avanzar pero no estamos tan mal como nos quieren pintar. Para algunos todo es malo y negativo. Hay que avanzar, como todo en la vida, pero es que la educación tiene que partir de las propias cofradías. Yo no puedo pedirle a la gente que está viendo las cofradías que tenga una educación que después yo dentro de mi hermandad no soy capaz de hacerla. Tengo que educar con mi trabajo y a través de lo que hago en la calle. No echemos todo el muerto a quien nos ve o al resto de la ciudad y vamos a mirarnos a nosotros y ser autocríticos. Si nosotros mejoramos, mejorará todo. Si a mí me ven haciendo algo que no es lo correcto el de al lado dirá que “si lo hace éste, lo hago yo” y eso por desgracia pasa. En cuanto a la fe, algunos me dirán que es porque salen pasos. Actualmente lo único que llena las calles de la ciudad es un paso en la calle. No sé la razón. Gustará mucho una banda y un paso, pero algo más tiene que haber cuando podemos organizar lo que sea que nada moviliza en Huelva como una procesión, sea de Semana Santa, extraordinaria o de gloria… nada. Creo que para comprobar ese poder de convocatoria solo hay que preguntarle a cualquier negocio o bar qué es lo que quiere que haya en Huelva. Algo tendrá el agua cuando la bendicen y algo sentirá la gente. El otro día hubo un vía crucis, que no lleva banda, un lunes laborable a las seis de la tarde y sale el Nazareno y no se cabía y llenó las calles. Algo de fe habrá en Huelva cuando eso pasa.
P.- Vive todas las cosas de Huelva con pasión y de manera especial también el Recreativo ¿Hay que pedir mucho por él en Semana Santa?R.- El Recre tiene que pedir un milagro más que rezar. Para que se salve y que para que el resto sean peores. Es un milagro que siga vivo cuando lo normal a estas alturas con la temporada que lleva es que estuviera desahuciado. Hemos vivido domingos de Rocío muy importantes y ojalá que este también sea una alegría para el Recreativo pero necesita varias novenas en la situación en la que está.
P.- ¿Hay que rezar más por lo que pasa en el césped o en los despachos?R.- Lo económico es más grave en cuanto a la supervivencia de la institución, aunque lo deportivo también te puede llevar a eso. En lo institucional hace falta rezar, un cambio de talante, de actitud, de gestión y falta querer más al Recreativo. Queriendo más al Recreativo, aunque estuviéramos mal económicamente y deportivamente, si se quiere más y se siente más como algo de uno, aunque se hagan mal se enderezan más porque lo haces con cariño y vocación de servicio.