DOMINGO DE RAMOS > La Borriquita

Ángeles en un océano de sol

18.10 h. 70 años contemplan a la Hermandad de la Borriquita, que en una tarde de luz radiante mostró su tradicional estampa sentida y colorida, su espíritu jovial, con muchos niños derrochando ilusión en torno a la parroquia mayor de San Pedro, donde la multitud disfrutó de la plasticidad y hermosura de los pasos de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén y Nuestra Señora de los Ángeles. Levantá especial para el hermano Pepe Rodríguez Infante, que hoy ha sufrido un desvanecimiento.

Ángeles en un océano de sol

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La espera ha acabado, es Domingo de Ramos. Huelva late al ritmo de su sentimiento más cofrade y bulle su gente entre sus calles bajo el influjo del sol y se impone su yugo de radiante alegría frente a otras jornadas de nubarrones que nadie quiere recordar. El calor aprieta en una tarde esplendorosa que arrincona a los retales de sombra y en torno a la parroquia mayor de San Pedro se va formando a puñados de gente la multitud para presenciar la salida de la Hermandad de la Borriquita. Le contemplan 70 años de historia, de espíritu jovial, aliada de la claridad con la que tradicionalmente se echa a la calle y reinada por muchos niños, angelitos dispuestos a navegar con ilusión un océano de sol, para acompañar a la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén y Nuestra Señora de los Ángeles. Su cortejo es un camino dorado que conquista Huelva, un reguero de espigadas palmas amarillentas avanzando junto a los capirotes colorados y túnicas blancas bajo el límpido azul del un cielo que sirve de fondo a un colorido festival de imágenes, momentos y olores que echan ancla en los corazones de quienes no quieren perder detalle.

Ángeles en un océano de sol

Con puntualidad la cruz de guía de la primera cofradía de las tres que procesionan desde San Pedro ejerció de faro para los tramos de nazarenos e insignias que le seguían. Protagonismo especial para los niños vestidos de monaguillos, a los que se les percibe la ilusión brotando por sus caras angelicales, que irradian más luz y vida a la hermandad con el mensaje más alegre en su iconografía, que anuncia la llegada de Jesucristo a un Jerusalén que es Huelva y al que siguen 2.000 años después un buen número de fieles para continuar sus pasos.

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La plaza de San Pedro y el paseo Santa Fe se pueblan de perspectivas de un mismo momento que son una colección de estampas para el recuerdo. También los balcones vestidos de palmas desde donde se divisa con más lentitud con la que caen los rayos del sol cómo se derrama con esplendor y finura desde el porche de la parroquia mayor la cofradía. En el interior la mano de Manuel Gómez González ‘Carnicerito’ dedica una levantá al Francisco Hierro, antiguo hermano mayor de la hermandad y después llegó otra para Francisco Wakelin, miembro de la junta y que asumió hasta hace poco el cargo de capataz.

Minutos después se asoma también al balcón del umbral de su templo el paso de misterio hacia el paseo Santa Fe antes de buscar el encuentro con su plaza. Un misterio al que sólo le resta San Pedro para completar la escena que inició Antonio León Ortega y que completó Elías Rodríguez Picón, en la que a la sombra de su palmera el Señor a lomos de su burrita se comunica elevando su bendición con la mano derecha, como diciendo “aquí estoy, vamos a hacer de nuevo el camino”.

Y el camino se fue haciendo, sosteniendo y atemperando la cuadrilla el peso del paso sobre sus hombros para llegar a los pies de su torre y allí, en espacios reducidos girar prácticamente sobre sí mismo antes de descender por la calle Licenciado Juan Agustín de Mora, donde un gran número de fieles apostados presenciaron la maniobra, acompañada por los sones de la Banda de Cornetas y Tambores ‘Nuestra Señora de la Salud’ y su buen hacer. A continuación el paso tocó suelo y a los pies de la escalinata del tempo concentró toda la atención. Los murmullos se acallaron y los niños jugando en la plaza corrieron para unirse a sus padres para contemplar todo lo mucho y bueno que tiene de apreciable esta hermandad, en la que Juan Carlos Longo Torres se estrena como hermano mayor de la cofradía, tras ser elegido el pasado mes de septiembre.

La cofradía continuó por la calle Daoiz para dirigirse a la carrera oficial después de recorrer varias calles del centro por plaza Quintero Báez, Tres de Agosto, plaza de las Monjas, Vázquez López, Palacios, Rico, Hernán Cortés, Rascón y Las Bocas.

Ángeles en un océano de sol

Pero mientras avanzaba la cabecera de la hermandad la atención seguía fija en San Pedro, donde se esperaba la aparición de Nuestra Señora de los Ángeles, para contemplar la lozanía y dulzura de su rostro bajo su palio celestial, para dejarse impregnar por los olores de su exorno floral, con predominancia de pequeños capullos de rosas rosas y el intenso aroma de los jacintos. Con trabajo fino y elegante, gustándose para comenzar a regalar buenas sensaciones a quienes aprecian los pequeños detalles, el paso de palio que conducía con destreza Francisco Rey Roque ‘Afri’.

La marcha ‘A ti, Reina de los Ángeles’, interpretada por la Banda de Música de Nuestra Señora de las Mercedes, de Bollullos Par del Condado, realzaba el porte real al caminar de la Señora de la hermandad, a la que las voces dedicaban “con el alma venimos a cantarte Virgen de los Ángeles…”. Momento emotivo fue la levantá dedicada al histórico hermano Pepe Rodríguez Infante, un fijo en las salidas de la cofradía desde su balcón y que horas antes sufrió un desvanecimiento que provocó que tuviera que ser atendido en el hospital, así como el paso por su casa, un momento al que acompañaron aplausos.

Por allí se desplegaba la marcha ‘Aires de Triana’, con un solo de flauta precioso, todo un piropo para la sonrisa eternamente joven de la Virgen, a la que le llovieron pétalos como ofrenda por la calle Juan Agustín de Mora, por donde descendió tras menearse con soltura para abandonar su porche y rodearse de fieles en la plaza.

En el horario previsto, las 18.50 horas, la cruz de guía de la Borriquita desembocaba desde la calle las Bocas en la carrera oficial, que inauguró en esta Semana Santa 2015  tras pedir la venía al palquillo del Consejo de Hermandades y Cofradías, donde se encontraba el pregonero de este año, Nacho Molina. Antes unos palcos repletos de cofrades, expectantes y deseosos de vivir una gran Semana de Pasión, que no dudaron en aplaudir con fuerza a la cofradía, avanzó desprendiendo poderío y fuerza el jubiloso paso de misterio de la cofradía. Con paso firme avanzaba impulsado por los sones de su acompañamiento musical y de igual modo lo hacía después el palo de palio de la Virgen de los Ángeles.

Ángeles en un océano de sol

Momento especial fue la primera estación de penitencia de la Semana Santa Onubense. La representación de la hermandad oró en el interior de la iglesias de la Concepción, un templo histórico que este año cumple 500 años y que el primero en el orbe cristiano erigido en nombre de la Inmaculada Concepción.

Tras la carrera oficial continuó el cortejo por Cardenal Cisneros, Fernando el Católico para subir la calle Palos para iniciar el recorrido de vuelta, donde se suceden otras de las imágenes más apreciadas por los que tradicionalmente acompañan a esta hermandad cada Domingo de Ramos.

De este modo, en el tramo final se pasará por una plaza Quintero Báez que se espera repleta de gente, y la calle La Fuente para volver a la plaza de San Pedro, donde los dos titulares de la cofradía recibieron unas preciosas saetas como regalo de una joven. En este punto siempre se trata de que el tiempo avance más lento como queriendo retrasar la recogida de la hermandad, que espera a marcharse con el último rayo de sol, en un ocaso que será nuevo amanecer dentro de un año.

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