Domingo de Ramos > La Redención

Sangre redentora y concepcionista

21.14 h. Desde una iglesia de la Concepción que tanto ha visto en 500 años que cumple en este 2015, el Santísimo Cristo de la Redención, con 15 años de existencia, inspiró recogimiento con su estampa del lagar místico, dulcificada por la luz penetrante sobre el rostro triste del Señor, cuya sangre redentora se escanció ante Huelva.

Sangre redentora y concepcionista

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Ha estado ahí durante cinco siglos, que se dice pronto. 500 años en los que la esencia que custodian sus muros ha pervivido, pese a que su rostro no haya sido siempre el mismo a los ojos de  una ciudad que ha cambiado mucho más en este tiempo. La iglesia de la Purísima Concepción, el primer templo del orbe cristiano erigido en nombre de la Inmaculada Concepción, el altar que colecciona estaciones de penitencias, un hogar de inconfundible valor cofrade, de fe perpetua que se habita cada día del año, está de enhorabuena en este 2015 y también todas las hermandades que tienen en ella su punto de salida procesional y recogida.

Sangre redentora y concepcionista

La primera cofradía en disfrutar de este año histórico y su significado en plena Semana Santa fue la Hermandad de la Redención, que un año más dejó su sello, para trasladar su mensaje alegórico y poner el contrapunto de recogimiento al Domingo de Ramos, esta vez alejado de cualquier presagio de lluvia.  Con este espíritu y bajo un sol reinante partieron a las 18.30 horas la Cruz de Guía y los primeros tramos de nazarenos con el cirio al costado ante un buen número de fieles apostados a la puerta del templo y que se enfilaban por las siguientes calles de su recorrido por Méndez Núñez, Rafael López y Ciudad de Aracena.

La reliquia del lignum crucis también inició su camino junto con sus hermanos y el silencio y el recogimiento fue acallando murmullos. Llegó el momento en el que el único paso de la cofradía comenzó a acercarse al dintel de la puerta tras una primera levantá realizada por el párroco de la Concepción, Diego Capado. Estrenaba cantoneras la cruz y potencias del taller de Marmolejo el Señor, así como el pasado de bordados de túnica a terciopelo morado, realizado por Jesús Rosado Borja.

Sangre redentora y concepcionista

Pero como siempre la atención estuvo en el rostro triste del Santísimo Cristo de la Redención, que se iluminó al derramarse un manantial de luz sobre él al contacto con el sol tras abandonar la penumbra de su templo. El realce del astro rey dio más expresividad a una talla joven pero especial de la Semana Santa onubense, obra de Elías Rodríguez Picón y que precisamente en este 2015 cumple 15 años.

Su figura de nazareno cargando la cruz se silueteó en el fondo de luz desplegado en la calle Méndez Núñez y con la Placeta al fondo, donde se adivinaba la llegada de la Hermandad de la Borriquita. Los sonidos de cadenas y silencios dieron paso a los sones de la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Lepe, que imprimieron carácter al caminar del Señor, que derramó su sangre redentora, símbolo del sacrificio en nombre de la humanidad realizó Jesús Cristo y que recoge atento con un cáliz un ángel, el pasaje del lagar místico.

Esta estampa ha sido la constante en una hermandad que aunque joven (1983) ha tenido tiempo para evolucionar y crecer, para remarcar su esencia pese a los cambios adoptados para adecuarse a ella, pasos que ha dado pese a la situación de interinidad que vive como institución al procesionar provisionalmente desde la Concepción y cobijarse en el convento de las Madres Agustinas, a la espera de instalarse definitivamente en una parroquia en la que desarrollar todos sus proyectos y potencialidades.

Para refuerzo de su sobria elegancia el paso del Señor estuvo vestido por un exorno de calas, yedras, espinos, rosas lilas y lirios, que también concitó no pocas miradas de los cofrades más atentos a los detalles, con los ojos muy abiertos en la primera jornada de la Semana Mayor Onubense.

Sangre redentora y concepcionista

La imagen del Señor de la Redención pasó cerca del monumento a la Inmaculada y antes de llegar al final de Ciudad de Aracena bajó la calle Isaac Peral para por las calles Puerto Béjar y Avenida de Portugal ir encaminándose hasta la carrera oficial por la calle Jesús Nazareno sobre las 20.10 horas.

Al entrar en carrera oficial miró de frente a la iglesia de la Concepción y pasó de nuevo por la puerta desde la que había comenzado su camino para llegar a la plaza de las Monjas y la Gran Vía, donde encontró, con una luz aún con bastante presencia, palcos llenos para disfrutar de su caminar sobrio.

La salida de carrera oficial dio paso al callejeo por calles del centro, muchas de ellas peatonales, como Cardenal Cisneros, Alfonso XII, La Paz, Rábida, Murillo, Vázquez López, Gobernador Alonso, Hernán Cortés, Rascón, Concepción y de nuevo Méndez Núñez para recogerse en su templo tras una feliz estación de penitencia.

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