LOS VECINOS TRATARON DE AYUDAR A LAS VÍCTIMAS
Incendio en Huelva: la fiesta fin de exámenes que se tornó en horror
14.13 h. Los bomberos del Parque Municipal de Huelva, que apenas tardaron cinco minutos en llegar, se encontraron con un incendio “totalmente desarrollado” en el que las llamas se propagaron rápidamente de forma muy virulenta. Quienes lograron escapar lo hicieron saltando al patio interior, pues el rellano estaba impracticable.

Impotencia. Esa era la palabra que más se repetía este martes en la calle Villanueva de los Castillejos, en los alrededores del portal tiznado de negro como recordatorio permanente de la tragedia allí vivida, el incendio que tristemente ha llevado a Huelva a todas las portadas. Impotencia por no haber podido ayudar a esa chica que gritaba a través de las rejas del balcón de la primera planta; impotencia por no haber podido abrir la puerta de la casa pese a los intentos; impotencia ante la imposibilidad de haber hecho algo más.

Impotencia. Esa era la palabra que más se repetía este martes en la calle Villanueva de los Castillejos, en los alrededores del portal tiznado de negro como recordatorio permanente de la tragedia allí vivida, el incendio que tristemente ha llevado a Huelva a todas las portadas. Impotencia por no haber podido ayudar a esa chica que gritaba a través de las rejas del balcón de la primera planta; impotencia por no haber podido abrir la puerta de la casa pese a los intentos; impotencia ante la imposibilidad de haber hecho algo más. Pero es que “ha sido imposible, de verdad que lo hemos intentado”. Los vecinos testigos del incendio que a primera hora de la mañana ha segado la vida de tres jóvenes y dejado heridas de distinta consideración a cerca de una decena de personas más tardarán en olvidar lo vivido. Así lo han asegurado a huelva24.com, consternados aún por la virulencia de las llamas, emocionados ante la culpa y la desesperación de los jóvenes que sí lograron escapar con vida del infierno en el que se tornó la vivienda en la que, según el testimonio de estos mismos vecinos, los estudiantes habían estado hasta bien entrada la noche “celebrando que habían acabado los exámenes, las criaturas, como habrán hecho seguro en estos días muchos otros jóvenes”. De ahí que en una vivienda en la que residían cuatro personas habitualmente -dos chicas y dos chicos- se encontrasen bastantes más: hasta cerca de una decena que se han visto, de un momento a otro, atrapadas por las llamas. Y es que el incendio, tal y como han explicado los efectivos de extinción que participaron en la intervención, se extendió de manera vertiginosa y muy virulenta. Tanto es así que, tal y como ha señalado Francisco Javier Álvarez Bayo, representante de la Jefatura de Bomberos del Ayuntamiento de Huelva, pese a que desde que se recibió el aviso por el incendio hasta que los efectivos llegaron al lugar transcurrieron escasos cinco minutos, “nos encontramos un incendio totalmente desarrollado, con las llamas exteriorizadas por ventanas y balcones; un incendio con mucha intensidad”. Además se les notificó la peor de las noticias: que había personas atrapadas en el interior, lo que “siempre obliga a abordar el incendio de otra manera. Una situación así siempre es complicada desde que te manifiestan las posibilidad de víctimas en el interior y tienes que hacer, de manera paralela al control y la extinción de las llamas, el rastreo y la búsqueda de estas posibles víctimas. La dotación se tiene que dividir y encima nos hemos encontrado con el hueco de la escalera totalmente taponado por el humo, y todo un bloque inundado con personas solicitando evacuación”, ha desarrollado por su parte César Sánchez, el cabo que ha hecho labores de mando interior durante la intervención. Ante este escenario dantesco, los efectivos solo pudieron tratar de controlar las llamas en un primer momento desde el exterior para posteriormente acceder a la vivienda. En el interior comprobaron cómo “el motor del incendio estaba centrado en el comedor”, mientras que las personas atrapadas y rescatadas por los efectivos estaban repartidas en distintas estancias. “Es una casa amplia, con tres habitaciones, dos baños, una cocina, un salón y una salita, y estaban repartidos. Era muy complicado salir: por el humo, por los gases, el calor, el estrés, las rejas en las ventanas. Todos son factores que van sumando de manera negativa para la probabilidad de sobrevivir”, ha lamentado Sánchez, que junto a sus compañeros ha querido insistir y dejar clara la importancia de “ante un incendio, mantener siempre las puertas cerradas. El fuego se alimenta del aire”, por lo que resulta fundamental restringirlo, así que “cada vez que nos encontremos un incendio hay que cerrar lo máximo, para que sea menos virulento, se extienda menos y más fácil se pueda controlar”. En esta ocasión su expansión se quedó en la segunda planta, con la vivienda del piso superior a la del origen de las llamas afectada también, así como la familia residente, por inhalación de humo. “Por suerte los vecinos pudieron aislarse en la azotea, porque el acceso a la planta abajo estaba impracticable. Ya una vez controlado y extinguido pudieron bajar”. Y luego, el horrorPorque todo lo contrario es lo que ha pasado en esta ocasión, en la que se dio la tormenta perfecta para que las víctimas se viesen atrapadas. “Los gritos eran sobrecogedores, no los voy a olvidar nunca”, señalaba sobrecogida aún una vecina de la calle que ha relatado como todos se han volcado, de una manera u otra, para tratar de ayudar. “Yo bajé con una botella de agua para tratar de reanimar y calmar a las personas, mi hija se puso a tirar ropa por la ventana, porque la pedían desde abajo para poder tapar a las víctimas. Todos hemos hecho lo que hemos podido, pero cuando se los han llevado ya sabíamos que iba a ser complicado que sobreviviesen”. “Al chico han estado aquí intentando reanimarlo antes de llevárselo, pero no ha podido ser, y las chicas iban inconscientes y con quemaduras”, ha relatado la vecina del portal de al lado, antes de afirmar que “el horror se ha apoderado de la calle esta mañana”. En el pensamiento de todos, las familias de las víctimas mortales y de las personas heridas. “Imagina que mandas a tu hijo a estudiar fuera con toda la ilusión y te llaman una mañana y te cuentan esto. Eso no hay que lo supere, eso es un horror”.
Así lo han asegurado a huelva24.com, consternados aún por la virulencia de las llamas, emocionados ante la culpa y la desesperación de los jóvenes que sí lograron escapar con vida del infierno en el que se tornó la vivienda en la que, según el testimonio de estos mismos vecinos, los estudiantes habían estado hasta bien entrada la noche “celebrando que habían acabado los exámenes, las criaturas, como habrán hecho seguro en estos días muchos otros jóvenes”.
De ahí que en una vivienda en la que residían cuatro personas habitualmente -dos chicas y dos chicos- se encontrasen bastantes más: hasta cerca de una decena que se han visto, de un momento a otro, atrapadas por las llamas.
Y es que el incendio, tal y como han explicado los efectivos de extinción que participaron en la intervención, se extendió de manera vertiginosa y muy virulenta. Tanto es así que, tal y como ha señalado Francisco Javier Álvarez Bayo, representante de la Jefatura de Bomberos del Ayuntamiento de Huelva, pese a que desde que se recibió el aviso por el incendio hasta que los efectivos llegaron al lugar transcurrieron escasos cinco minutos, “nos encontramos un incendio totalmente desarrollado, con las llamas exteriorizadas por ventanas y balcones; un incendio con mucha intensidad”.
Además se les notificó la peor de las noticias: que había personas atrapadas en el interior, lo que “siempre obliga a abordar el incendio de otra manera. Una situación así siempre es complicada desde que te manifiestan las posibilidad de víctimas en el interior y tienes que hacer, de manera paralela al control y la extinción de las llamas, el rastreo y la búsqueda de estas posibles víctimas. La dotación se tiene que dividir y encima nos hemos encontrado con el hueco de la escalera totalmente taponado por el humo, y todo un bloque inundado con personas solicitando evacuación”, ha desarrollado por su parte César Sánchez, el cabo que ha hecho labores de mando interior durante la intervención.

Ante este escenario dantesco, los efectivos solo pudieron tratar de controlar las llamas en un primer momento desde el exterior para posteriormente acceder a la vivienda. En el interior comprobaron cómo “el motor del incendio estaba centrado en el comedor”, mientras que las personas atrapadas y rescatadas por los efectivos estaban repartidas en distintas estancias.
“Es una casa amplia, con tres habitaciones, dos baños, una cocina, un salón y una salita, y estaban repartidos. Era muy complicado salir: por el humo, por los gases, el calor, el estrés, las rejas en las ventanas. Todos son factores que van sumando de manera negativa para la probabilidad de sobrevivir”, ha lamentado Sánchez, que junto a sus compañeros ha querido insistir y dejar clara la importancia de “ante un incendio, mantener siempre las puertas cerradas. El fuego se alimenta del aire”, por lo que resulta fundamental restringirlo, así que “cada vez que nos encontremos un incendio hay que cerrar lo máximo, para que sea menos virulento, se extienda menos y más fácil se pueda controlar”.

En esta ocasión su expansión se quedó en la segunda planta, con la vivienda del piso superior a la del origen de las llamas afectada también, así como la familia residente, por inhalación de humo. “Por suerte los vecinos pudieron aislarse en la azotea, porque el acceso a la planta abajo estaba impracticable. Ya una vez controlado y extinguido pudieron bajar”.
Porque todo lo contrario es lo que ha pasado en esta ocasión, en la que se dio la tormenta perfecta para que las víctimas se viesen atrapadas. “Los gritos eran sobrecogedores, no los voy a olvidar nunca”, señalaba sobrecogida aún una vecina de la calle que ha relatado como todos se han volcado, de una manera u otra, para tratar de ayudar. “Yo bajé con una botella de agua para tratar de reanimar y calmar a las personas, mi hija se puso a tirar ropa por la ventana, porque la pedían desde abajo para poder tapar a las víctimas. Todos hemos hecho lo que hemos podido, pero cuando se los han llevado ya sabíamos que iba a ser complicado que sobreviviesen”.
“Al chico han estado aquí intentando reanimarlo antes de llevárselo, pero no ha podido ser, y las chicas iban inconscientes y con quemaduras”, ha relatado la vecina del portal de al lado, antes de afirmar que “el horror se ha apoderado de la calle esta mañana”.
En el pensamiento de todos, las familias de las víctimas mortales y de las personas heridas. “Imagina que mandas a tu hijo a estudiar fuera con toda la ilusión y te llaman una mañana y te cuentan esto. Eso no hay que lo supere, eso es un horror”.