VÍCTIMAS MORTALES DEL INCENDIO EN HUELVA
Andrea, Daniel y Sara, las vidas que el fuego segó en el trágico incendio de Huelva
19.01 h. Con toda la vida por delante y dejando a sus familiares y allegados destrozados. Qué crueldad y qué pena son los lamentos que más repiten los conocidos de los tres jóvenes, estudiantes de Trabajo Social, que han perdido la vida en el incendio de este martes en Huelva. Una de ellas, de Huelva capital; sus compañeros, de Lebrija (Sevilla) y Valverde de Leganés (Badajoz).
Una niña entrañable, a la que recuerdan con un inmenso cariño en los centros educativos en los que ha estudiado a lo largo de su vida: el colegio Santo Ángel, donde incluso algún profesor ha tenido que interrumpir su clase esta mañana de martes, en shock ante la noticia, y el IES Diego de Guzmán –más conocido como el Femenino-, en cuyas aulas estuvo hasta el año pasado.
La onubense Andrea Mejías deja una familia rota, que nunca podía imaginarse este fatal desenlace cuando la joven estudiante anunció que acudía a una fiesta con compañeros para celebrar el fin de los exámenes. Fiesta que incluso ha quedado para la posteridad en las redes sociales, con la propia Andrea subiendo fotos de madrugada: las habituales de cualquier celebración estudiantil, con abrazos y risas que han quedado congeladas para siempre.
Apasionada del baile flamenco –que estudió durante muchos años en una céntrica academia de la capital- y vinculada a Punta Umbría, localidad en la que veraneaba y cuya alcaldesa ha manifestado “el inmenso dolor que siente” toda la localidad, su fallecimiento ha sido trágico como los demás, pero ha impactado especialmente al tratarse su padre de una persona muy conocida en la ciudad: Miguel Ángel Mejías, el que fuera concejal socialista en el Ayuntamiento de Huelva y director del Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial (CADE), entre otros cargos.
Recién estrenada su etapa universitaria, en la que su compromiso le había hecho decantarse por los estudios de Trabajo Social, Andrea apenas acababa de alcanzar la veintena, al igual que sus amigos, cuyas vidas tristemente quedaron también segadas por las llamas en el piso de la calle Villanueva de los Castillejos.
Uno de ellos era Daniel Romero, vecino de Lebrija (Sevilla) que se había venido a la Universidad de Huelva a estudiar. Jugador del filial de la Unión Balompédica Lebrijana, el club ha expresado públicamente sus condolencias, asegurando que “su nombre quedará para la eternidad” en la historia del equipo.
En su pueblo, además, el alcalde, Pepe Barroso, ha anunciado que las banderas ondearán a media asta y con un crespón negro en señal de luto y de apoyo a su familia, para la que no hay “palabras de consuelo ante lo sucedido”.
Tampoco las encuentran en Valverde de Leganés (Badajoz), de donde era natural la tercera víctima mortal: Sara Montero. Perteneciente a una familia muy conocida en la localidad, su madre –destrozada, como lo están también su padre y su hermano- está vinculada al Ayuntamiento de la localidad y comentaba orgullosa a sus vecinos que tenía una hija estudiando en Huelva.
El alcalde, Manuel Borrego, ha señalado que el pueblo entero esta vestido de luto y “llora la despedida de nuestra joven vecina Sara Montero Moreno. Una joven estudiante, que tenía toda la vida por delante y toda la vitalidad del mundo”.
Vitalidad que derrochaba, junto a sus compañeros y amigos, en la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Huelva, donde el profesorado se encuentra en shock ante el fatídico episodio que ha golpeado a parte de su alumnado, que sin duda echará mucho en falta a estos tres compañeros, a los que rendirán homenaje este miércoles.
