La Fiscalía de Huelva sobre el caso de Alicia Rodríguez: «No hay ninguna prueba de que hubiese intencionalidad de matar por parte del acusado»

Durante las conclusiones finales el Ministerio Fiscal ha aludido, por ejemplo, al reciente caso de atropello en Sevilla, en el que un coche circuló durante varios kilómetros con una persona en los bajos

Las acusaciones han insistido en sus peticiones de pena por asesinato y homicidio doloso, apelando especialmente al informe del ERAT y lo que consideran contradicciones del acusado

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El acusado -de marrón-, a su llegada al Palacio de Justicia este viernes m.c.
María Carmona

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Visto para sentencia. Más de cuatro años después del atropello mortal de Alicia Rodríguez en una finca de Marmolejo por parte del que era su pareja, este viernes ha concluido en la Audiencia Provincial de Huelva el juicio en el que se dirimía su grado de responsabilidad penal en los hechos: desde el homicidio imprudente que considera la Fiscalía -y al que se ha sumado en el último momento su defensa- hasta el asesinato que considera la acusación particular, pasando por el homicidio doloso que valoran el resto de acusaciones -Junta de Andalucía y Ayuntamiento-.

Tras cuatro días escuchando a testigos, investigadores de la Guardia Civil, peritos y forenses, esta última jornada ha sido el turno del acusado, Manuel Q.S., que sólo ha contestado a las preguntas del Ministerio Fiscal y de su defensa para insistir en la involuntariedad de los hechos, describiendo una buena relación con Alicia y asegurando que la noche de autos ni vio que Alicia estaba junto al coche antes de moverlo, ni notó «nada raro» al hacerlo.

Conclusiones finales

Una declaración que, sumada al análisis de las pruebas y los distintos testimonios escuchados estos días, le han valido a la Fiscalía de Huelva para aseverar, tajante, que «no hay ninguna prueba de que hubiese intencionalidad matar».

Así, la fiscal ha insistido durante su alegato final en la «enorme imprudencia» que supuso el hecho de que el acusado moviese el vehículo «con absoluto desprecio a las mínimas y necesarias precauciones que hay que adoptar cuando se va en coche», pero considera que durante el procedimiento «ha quedado totalmente acreditado que no hubo intención de matar», insistiendo en que las pruebas muestran una buena relación entre Manuel y Alicia -«no hay móvil»-, en la afección del consumo de alcohol y drogas, y en que «nadie optaría por matar a su pareja de este modo: esperando a que ella salga a vomitar, con un atropello a baja velocidad. Habría otras muchas maneras», ha recalcado.

La Fiscalía -al igual que otras partes- ha hecho alusión durante su alegato al reciente atropello de una persona en Sevilla -a la que la conductora estuvo arrastrando durante varios kilómetros en los bajos del vehículo sin percatarse- para ilustrar que «a veces pasa» y que, «si bien no hay duda de que hubo una responsabilidad, al no atenderse cuestiones básicas de seguridad», no ve probada la intencionalidad.

Por su parte, la acusación particular, que ha mantenido su petición de condena, ha sostenido la hipótesis de una discusión entre la pareja y el posterior ataque del acusado y ha insistido en el informe del ERAT, que a su juicio prueba no solo la intencionalidad, sino también la alevosía, «al pasarle por encima con el coche»; señalando además las contradicciones entre la versión del acusado y la de los agentes «que se pudieron ver en la reconstrucción».

La letrada de la Junta: «Manuel ha sido su peor defensor»

Desde la representación de la Junta de Andalucía, que al igual que la acusación particular ha solicitado que se deduzca el testimonio de la ex novia de Manuel -que modificó su declaración en el juicio frente a la inicialmente realizada en la instrucción, cuando sí señaló al acusado como violento-, se ha mantenido que el acusado ha incurrido en múltiples contradicciones y que su versión no es plausible en distintos aspectos -«como que ella desbloqueó el móvil, cuando tuvo que hacerlo varias veces», o que «no notó nada extraño»-. Así, ha llegado a afirmar que «Manuel ha sido su peor defensor», y ha considerado que no tiene veracidad ni la hipótesis de que no viese a Alicia por estar en cuclillas ella -«nadie vomita en cuclillas»-, ni que las anfetaminas sean una explicación para su merma de los sentidos -«cuando lo que hacen es ponerte más alerta»-, ni el «juego horario» indicado por el acusado.

«Lo que esta parte sostiene es que hubo un desencuentro y se fue al lugar de los hechos a mantener una discusión», ha concluido la letrada. Discusión que habría acabado en el homicidio doloso de Alicia, por lo que se ha mantenido la petición de 25 años de prisión.

Esta misma versión ha sostenido el abogado del Ayuntamiento de Huelva, que ha destacado además en sus conclusiones finales que el acusado no haya querido responder a sus preguntas, «cuando según él no tiene nada que esconder», reprochándole que «nos haya dejado huérfanos de respuestas». Esta parte ha señalado también las contradicciones de Manuel Q.S. y que, llegado un momento, dejase de colaborar en la reconstrucción de los hechos; además de afirmaciones «inverosímiles» como que «Alicia fue la que desbloqueó su móvil, cuando los informes forenses dejan claro que tenía las clavículas rotas. ¿Cómo pudo entonces mover su brazo para alcanzar el móvil y marcar el patrón?».

Por su parte, la defensa se ha ratificado en la inocencia de su cliente, asegurando que las acusaciones se basan en «algo que no dijo la ERAT» y que «son todo suposiciones», preguntándose ante ello si esto era »la Inquisición», al considerar que existe una «falta de argumentos» en la acusación.

Así, el juicio en sala se ha dado por concluido, y este próximo lunes se entregará al jurado el objeto del veredicto para que delibere acerca de las cuestiones que les plantee el tribunal.

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