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El conjunto fortificado más grande del mundo se encuentra a poco más de una hora de la provincia de Huelva
Declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, esta fortaleza amurallada con forma de estrella se sitúa en el Alentejo portugués
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La Península Ibérica alberga un patrimonio histórico y arquitectónico de incalculable valor. Como representación, a poco más de una hora de la sierra onubense y a tres de la capital, se alzan las fortificaciones abaluartadas del centro histórico de Elvas, en el Alentejo portugués.
A ocho kilómetros de Badajoz, la ciudad de Elvas funcionó como punto estratégico de defensa transfronteriza hace cuatro siglos. Su centro histórico, sus murallas abaluartadas, el Fuerte de Santa Luzia, el Fuerte da Graça, el Acueducto da Amoreira y los tres fortines de São Pedro, São Mamede y São Domingos son parte de este testamento. Todos ellos fueron clasificados como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en 2012.
Con un área de 300 hectáreas y un perímetro de entre ocho y diez kilómetros, el de Elvas es el conjunto fortificado abaluartado terrestre más grande del mundo, herencia de la ingeniería militar del siglo XVII. Este tesoro medieval surge durante el reinado de Sancho II. Sus murallas se erigieron durante la Guerra de la Restauración (1641-1668), por lo que presentan influencia de la tradición arquitectónica militar holandesa.
Uno de los aspectos que más llama la atención al turista es que sus muros de piedra, fosos y baluartes se disponen en forma de estrella, fácilmente reconocible en las imágenes aéreas del conjunto. Este cuenta con fortificaciones medievales y modernas, murallas unidas mediante torretas, siete baluartes y cuatro medios baluartes.
Durante la guerra, las murallas de estilo fernandino no eran lo suficientemente seguras, por lo que pronto fueron sustituidas por las de estilo holandés. Un trabajo que llevó a cabo en Elvas el holandés Cosmander, enviado por el monarca João IV.
El trabajo de Cosmander estuvo inspirado en el de otros compatriotas como Simon Stevin o Samuel Marolois. Fue nombrado coronel y consiguió poner en marcha la primera línea defensiva del Alentejo, que se completaba con las construcciones del Campo Maior, Ouguela, Olivença y Juromenha. Cosmander bautizó la ciudad como Plaza de Armas de la Provincia del Alentejo.
Actualmente, el acceso a la impresionante ciudad fortificada de Elvas puede hacerse por tres puertas diferentes: la de Olivença, la de São Vicente o la de Esquina. El estado de conservación de estas murallas transporta al visitante a un paseo por el convulso siglo XVII en la ciudad portuguesa.
