Cooperativa San Bartolomé

Olipaterna, el virgen extra al que el mimo hace gourmet

La cooperativa triunfa con un aceite de oliva virgen extra de gran calidad resultante de coupage de cuatro variedades de aceituna (verdial de Huévar, manzanilla, picual y arbequina), del que ya han elaborado una versión más selecta basada en una recolección más cuidada y temprana. “Los agricultores miman a cada árbol, por lo que con ello consiguen que ese cariño se transmita después a los aceites”, asegura el gerente, Antonio Pascual, que afirma que tratan de abrir fronteras con nuevas líneas de exportación con Venezuela e Irán. Augura un buen futuro a la marca Aceite de Huelva con una comercialización común.

Olipaterna, el virgen extra al que el mimo hace gourmet

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Olipaterna, el virgen extra al que el mimo hace gourmet

 En la localidad onubense de Paterna del Campo se encuentra la Cooperativa Olivarera San Bartolomé, creada en 1962 por 50 agricultores decididos a aunar recursos y que tuvieron su primera campaña en 1963. Desde entonces no han hecho más que mantener lo mejor de la tradición y añadirle los más modernos adelantos tecnológico para crecer en producción y calidad, que se plasma en el aceite de oliva virgen extra Olipaterna, un coupage de las variedades verdial de Huévar, manzanilla, picual y arbequina de una apreciada calidad. Hoy por hoy la persiguen 570 socios que producen tanto aceituna de mesa como de molino con un mimo muy especial y con el reto de hacer de su aceite un selecto producto gourmet. Antonio Pascual, gerente de la cooperativa, ha asegurado a huelva24.com que la campaña “ha sido buena”, de 2,3 millones de kilos de aceitunas de molino y 1,1 de verdeo, 834.000 kilos más que el año pasado. La media suele estar en torno a los tres millones de kilos,  de 1,5 y 2 millones de aceituna destinada a la elaboración de aceite y en torno a un millón o 1,5 millones de aceituna de mesa. “Dependiendo del precio de la aceituna de mesa se desvía más hacia un lado u otro”, ha indicado. El aceite de oliva virgen extra de Olipaterna es una selección formada en un 50 por ciento por la variedad única en el mundo, verdial de Húervar, y el resto entre manzanillas, picuales y arbequinas, estás dos últimas en auge. La mayor parte de la producción se destina a las provincias de Huelva y Sevilla, un destino tradicional que está diversificando con la venta por internet, que tiene como lugares de demanda Madrid, Barcelona y comunidades del norte de España, así como clientes de Alemania e Inglaterra. Las dos grandes metas de la cooperativa pasan por elaborar un aceite “más gourmet, más selecto, con una diferenciación de calidad”, así como “diversificar todavía más la cartera de clientes que tenemos para no depender sólo del mercado y del precio nacional y poder dedicarnos más al internacional, que tiene más estabilidad en el tiempo”, ha comentado su gerente, que ha informado que en este sentido están tramitando permisos para exportar a Venezuela e Irán. Para la elaboración de este aceite de oliva virgen extra gourmet la clave está en que “básicamente es que la aceituna esté muy mimada, que tenga una recolección muy temprana y sacrificamos el rendimiento que puede dar la aceituna por un sabor más afrutado y verde. Así evitamos también cualquier tipo de enfermedad o plaga que le pueda afectar y hacer daño a la aceituna y al sabor del aceite en el futuro”. Otro aspecto clave es “molerla muy temprano. Desde el árbol hasta que el aceite acaba en el depósito pasan como mucho tres horas”. Esto es “todo un reto”. Pascual ha expresado que “lo ideal es que se invierta muy poco tiempo en la molturación. Una cooperativa grande, con un volumen de entre 15 y 20 millones kilos, no puedo hacerlo, pero nosotros al ser una cooperativa pequeña tenemos la posibilidad de moler todos los días y en muy poco espacio de tiempo”. De este selecto producto olivarero ha señalado que “hemos hecho este año una pequeña prueba con cinco partidas muy seleccionadas y ha salido muy bien. Estamos muy contentos porque el aceite está muy bueno. Lo hemos presentado al premio de la Diputación de Huelva y el mismo Instituto de la Grasa nos ha recomendado que lo presentáramos al premio nacional”, ha explicado Pascual. Para este aceite especial han usado “un envase nuevo y diferente pero aún no le hemos puesto un nombre comercial distinto. Va a ser un envoltorio totalmente distinto al que vemos habitualmente para que se diferencie bien en el mercado. Sacaremos una edición muy limitada de 2.000 botellas, para nuestros  clientes y personas que nos compran habitualmente”. Gourmet o no, la personalidad de los aceites de Olipaterna vienen marcados por su situación geográfica, la cuidada cosecha de sus olivareros y la eficiencia y pulcritud de un proceso rápido, a baja temperatura y que evita injerencias de cualquier tipo en la extracción de la esencia de la aceituna. “Tenemos la suerte de que nuestros olivares están ubicados entre la Sierra de Huelva y la Campiña, que nos da un rendimiento bastante más elevado que el resto de la provincia”. A parte, con el clima Atlántico “las cosechas suelen ser muy tempranas y muy buenas. No tenemos heladas y conseguimos una calidad muy buena en la aceituna y eso a su vez hace que generemos un aceite de gran calidad”. Además al molturar en tan poco tiempo la aceituna, “conseguimos que todas sus características organolépticas se mantengan y entonces eso es zumo de aceituna, sin ningún tipo de enfermedad, mantiene toda la esencia de la aceituna”, ha resaltado Pascual, que ha hecho hincapié en que los agricultores tienen unas explotaciones “muy pequeñitas. La mayoría tienen una media de dos hectáreas como mucho. Entonces es casi un huerto que mimas todos los días. Muchos de ellos casi conocen árbol por árbol y saben en cada momento que le pasa. Hasta le ponen nombres. Muchos son centenarios”. Al respecto ha subrayado que aunque el coste de la recolección es “muy caro para ellos”, la aceituna y el aceite tiene una gran calidad porque “el secreto principal es que los agricultores miman a cada árbol, por lo que con ello consiguen que ese cariño se transmita después a los aceites”. El olivar todavía es tradicional y se recoge la aceituna con vibradores y el olivarero “no le quiere pegar palos o utilizar maquinaria muy pesada para recoger la aceituna”, por lo que ésta llega “muy entera, no se le hace daño, no tiene heridas. Si la piel tiene algún corte se oxida y empieza a envejecer y sube la acidez, cuantas más horas esté la aceituna fuera del árbol o del proceso de molturación ya en fabrica va fermentando, va subiendo la acidez, y se pierden los fenoles, la licuación de  lípidos es más complicada y el aceite no es el mismo y siempre va teniendo un defecto”, algo que evitan y en lo que avanzan. Pascual ha recordado que “yo cuando entré en la cooperativa hace 16 años se envasaba el aceite con tres grados y medio de acidez, que era lo que la normativa permitía y era lo más normal del mundo y ahora ahora envasamos entre 0’4 y 0’6, permitiendo la ley hasta 0’8º para los aceites de Oliva Virgen Extra, que es el 89% de nuestra producción”.  Esta máxima de pulcritud se aprecia en cada detalle. Desde Olipaterna realizan visitas a sus instalaciones y dan charlas en los colegios para trasmitir el especial ciudad que ponen en el proceso de elaboración del aceite, que como ha expuesto Pascual “es muy cariñoso y se le pega cualquier olor que hay en el ambiente”, por lo que en su cooperativa ni fuman ni usan perfume ni nada que pueda alterar el aceite. “Todos los ingredientes del un aceite excelente están en la naturaleza y con el proceso de extracción se trata de empeorarlo lo menos posible. Nosotros intentamos batir lo menos posible y hacerlo con una temperatura por debajo de los 26 grados”, por lo que así consigue conservar todas las propiedades de la aceituna en la extracción de un zumo cien por cien natural. En sus bodegas la temperatura todo el año está entre 15 y 18 grados y toda la instalación es de acero inoxidable. “Elimina cualquier tipo de olor y es muy fácil de limpiar y mantener”. Cuentan con ocho bidones de 50.000 litros cada uno y otra bodega con 10 de 43.700, una capacidad total de 900.000 kilos de aceite. Esta capacidad de almacenamiento les permite diferenciar bien por variedades para poder hacer los coupages. La utilidad de la marca Aceite de HuelvaPascual ha destacado que la marca de garantía Aceite de Huelva ha proporcionado “mucha información” a todas las cooperativas y “la protección necesaria para hacer las cosas bien y con fundamento”. También ha apuntado que se ha conseguido que dentro de la provincia de Huelva “la gente conozca que también se produce aquí aceite y de gran calidad”. “El hecho de que estemos unidos en una marca implica que en el futuro podamos seguramente hacer mayores cosas en común. Estamos en un mundo marcado por la globalización y cuanto más grandes seamos mayores posibilidades tendremos de sobrevivir y de emprender y hacer proyectos nuevos, ya sea envasar, vender en común o realizar distintas operaciones”, ha destacado con énfasis el gerente de la cooperativa de Paterna, ha señalado que entre todas las cooperativas tienen “muchas cosas en común” y que aunque “en la variedad está la riqueza”, ha recordad que las cooperativas se crearon para “hace sinergia” y para que dieran “más dinero al fin y al cabo al agricultor”. Ha insistido en que el olivar es un cultivo tradicional que ha pasado por “muchos vaivenes a lo largo de la historia”, por lo que “si unimos todos nuestros recursos seremos más productivos y rentables, sin importar el nombre que tengamos”. Pascual ha reconocido que hay cooperativa que “están dando grandes pasos y haciendo muy bien las cosas”, como las de Oleodiel (Gibraléon) y Olibeas (Beas), que “han crecido muchísimo y su idiosincrasia es más comercial”, línea que debe seguir el resto, junto con la oferta de más servicios a sus socios, para que “produzcan más y mejor y baje los costes de producción”. Esa sinergia ya se consigue materializar en la adquisición de abonos y envases, siendo el remate “comercializar en común. Hay discrepancias por las variedades y calidades, pero pronto lo haremos y despegaremos y nos irá muy bien”, ha vaticinado. Esto redundará en un agricultor que “lucha por la cosecha cada día y durante un año entero cultiva y mima y hace un acto de fe para no terminar de cobrar todo hasta el año que viene”. En esta línea ha comentado que es “triste” pero la realidad actual es que dependiendo del volumen de aceite a nivel mundial “varía mucho el precio”, cuando en otros productos si hay una “estabilidad”. No obstante, ha matizado que ahora mismo los precios del aceite son estables porque “los rendimientos han bajado tantísimo esta campaña con respecto a la media y años anteriores, pues se ha cogido un volumen de bueno aceituna pero no kilos de aceite realmente. Los precios están muy parados con respeto a otros años, que suele bajar a partir de esta fecha”. Un valor que aprecia el consumidorEl gerente de Olipaterna ha destacado que con las inversiones realizadas, especialmente desde el Ministerio de Agricultura, se está educando al consumidor final, didáctica que creen que dará sus frutos. “Los vinos lo han hecho muy bien en los últimos 20 años y la gente sabe diferenciar buen un tinto de un blanco de un rosado, un Rioja o un ribera del Duero, un crianza un reserva o un vino joven. Hace 20 años era vino y nada más y al aceite le va a pasar un poco lo mismo”. Ha resaltado que la rentabilidad del aceite de oliva virgen extra está científicamente probada, como por la universidad estadounidense de Michigan, que certifica lo que desde la cooperativa han comprobado con estudios en los bares del Condado. “Cuando se fríe hay que usar menos cantidad con un virgen extra porque crece su volumen al calentarse y dura más que otros aceites, por lo que en una freidora de tres litros se puede usar en torno a dos y dura hasta tres veces más según hemos comprobado y te ahorras un dinero”.  Cooperativa Olivarera San BartoloméC/ San Roque 4521880. Paterna del Campo, Huelva.Tlf.: 959428229Pedidos: 608 768 659Facebook

Antonio Pascual, gerente de la cooperativa, ha asegurado a huelva24.com que la campaña “ha sido buena”, de 2,3 millones de kilos de aceitunas de molino y 1,1 de verdeo, 834.000 kilos más que el año pasado. La media suele estar en torno a los tres millones de kilos,  de 1,5 y 2 millones de aceituna destinada a la elaboración de aceite y en torno a un millón o 1,5 millones de aceituna de mesa. “Dependiendo del precio de la aceituna de mesa se desvía más hacia un lado u otro”, ha indicado. El aceite de oliva virgen extra de Olipaterna es una selección formada en un 50 por ciento por la variedad única en el mundo, verdial de Húervar, y el resto entre manzanillas, picuales y arbequinas, estás dos últimas en auge.

Olipaterna, el virgen extra al que el mimo hace gourmet

La mayor parte de la producción se destina a las provincias de Huelva y Sevilla, un destino tradicional que está diversificando con la venta por internet, que tiene como lugares de demanda Madrid, Barcelona y comunidades del norte de España, así como clientes de Alemania e Inglaterra. Las dos grandes metas de la cooperativa pasan por elaborar un aceite “más gourmet, más selecto, con una diferenciación de calidad”, así como “diversificar todavía más la cartera de clientes que tenemos para no depender sólo del mercado y del precio nacional y poder dedicarnos más al internacional, que tiene más estabilidad en el tiempo”, ha comentado su gerente, que ha informado que en este sentido están tramitando permisos para exportar a Venezuela e Irán.

Para la elaboración de este aceite de oliva virgen extra gourmet la clave está en que “básicamente es que la aceituna esté muy mimada, que tenga una recolección muy temprana y sacrificamos el rendimiento que puede dar la aceituna por un sabor más afrutado y verde. Así evitamos también cualquier tipo de enfermedad o plaga que le pueda afectar y hacer daño a la aceituna y al sabor del aceite en el futuro”. Otro aspecto clave es “molerla muy temprano. Desde el árbol hasta que el aceite acaba en el depósito pasan como mucho tres horas”.

Esto es “todo un reto”. Pascual ha expresado que “lo ideal es que se invierta muy poco tiempo en la molturación. Una cooperativa grande, con un volumen de entre 15 y 20 millones kilos, no puedo hacerlo, pero nosotros al ser una cooperativa pequeña tenemos la posibilidad de moler todos los días y en muy poco espacio de tiempo”.

Olipaterna, el virgen extra al que el mimo hace gourmet

De este selecto producto olivarero ha señalado que “hemos hecho este año una pequeña prueba con cinco partidas muy seleccionadas y ha salido muy bien. Estamos muy contentos porque el aceite está muy bueno. Lo hemos presentado al premio de la Diputación de Huelva y el mismo Instituto de la Grasa nos ha recomendado que lo presentáramos al premio nacional”, ha explicado Pascual.

Para este aceite especial han usado “un envase nuevo y diferente pero aún no le hemos puesto un nombre comercial distinto. Va a ser un envoltorio totalmente distinto al que vemos habitualmente para que se diferencie bien en el mercado. Sacaremos una edición muy limitada de 2.000 botellas, para nuestros  clientes y personas que nos compran habitualmente”.

Gourmet o no, la personalidad de los aceites de Olipaterna vienen marcados por su situación geográfica, la cuidada cosecha de sus olivareros y la eficiencia y pulcritud de un proceso rápido, a baja temperatura y que evita injerencias de cualquier tipo en la extracción de la esencia de la aceituna. “Tenemos la suerte de que nuestros olivares están ubicados entre la Sierra de Huelva y la Campiña, que nos da un rendimiento bastante más elevado que el resto de la provincia”. A parte, con el clima Atlántico “las cosechas suelen ser muy tempranas y muy buenas. No tenemos heladas y conseguimos una calidad muy buena en la aceituna y eso a su vez hace que generemos un aceite de gran calidad”.

Además al molturar en tan poco tiempo la aceituna, “conseguimos que todas sus características organolépticas se mantengan y entonces eso es zumo de aceituna, sin ningún tipo de enfermedad, mantiene toda la esencia de la aceituna”, ha resaltado Pascual, que ha hecho hincapié en que los agricultores tienen unas explotaciones “muy pequeñitas. La mayoría tienen una media de dos hectáreas como mucho. Entonces es casi un huerto que mimas todos los días. Muchos de ellos casi conocen árbol por árbol y saben en cada momento que le pasa. Hasta le ponen nombres. Muchos son centenarios”.

Al respecto ha subrayado que aunque el coste de la recolección es “muy caro para ellos”, la aceituna y el aceite tiene una gran calidad porque “el secreto principal es que los agricultores miman a cada árbol, por lo que con ello consiguen que ese cariño se transmita después a los aceites”. El olivar todavía es tradicional y se recoge la aceituna con vibradores y el olivarero “no le quiere pegar palos o utilizar maquinaria muy pesada para recoger la aceituna”, por lo que ésta llega “muy entera, no se le hace daño, no tiene heridas. Si la piel tiene algún corte se oxida y empieza a envejecer y sube la acidez, cuantas más horas esté la aceituna fuera del árbol o del proceso de molturación ya en fabrica va fermentando, va subiendo la acidez, y se pierden los fenoles, la licuación de  lípidos es más complicada y el aceite no es el mismo y siempre va teniendo un defecto”, algo que evitan y en lo que avanzan. Pascual ha recordado que “yo cuando entré en la cooperativa hace 16 años se envasaba el aceite con tres grados y medio de acidez, que era lo que la normativa permitía y era lo más normal del mundo y ahora ahora envasamos entre 0’4 y 0’6, permitiendo la ley hasta 0’8º para los aceites de Oliva Virgen Extra, que es el 89% de nuestra producción”. 

Olipaterna, el virgen extra al que el mimo hace gourmet

Esta máxima de pulcritud se aprecia en cada detalle. Desde Olipaterna realizan visitas a sus instalaciones y dan charlas en los colegios para trasmitir el especial ciudad que ponen en el proceso de elaboración del aceite, que como ha expuesto Pascual “es muy cariñoso y se le pega cualquier olor que hay en el ambiente”, por lo que en su cooperativa ni fuman ni usan perfume ni nada que pueda alterar el aceite. “Todos los ingredientes del un aceite excelente están en la naturaleza y con el proceso de extracción se trata de empeorarlo lo menos posible. Nosotros intentamos batir lo menos posible y hacerlo con una temperatura por debajo de los 26 grados”, por lo que así consigue conservar todas las propiedades de la aceituna en la extracción de un zumo cien por cien natural.

En sus bodegas la temperatura todo el año está entre 15 y 18 grados y toda la instalación es de acero inoxidable. “Elimina cualquier tipo de olor y es muy fácil de limpiar y mantener”. Cuentan con ocho bidones de 50.000 litros cada uno y otra bodega con 10 de 43.700, una capacidad total de 900.000 kilos de aceite. Esta capacidad de almacenamiento les permite diferenciar bien por variedades para poder hacer los coupages.

La utilidad de la marca Aceite de HuelvaPascual ha destacado que la marca de garantía Aceite de Huelva ha proporcionado “mucha información” a todas las cooperativas y “la protección necesaria para hacer las cosas bien y con fundamento”. También ha apuntado que se ha conseguido que dentro de la provincia de Huelva “la gente conozca que también se produce aquí aceite y de gran calidad”.

Olipaterna, el virgen extra al que el mimo hace gourmet

Pascual ha reconocido que hay cooperativa que “están dando grandes pasos y haciendo muy bien las cosas”, como las de Oleodiel (Gibraléon) y Olibeas (Beas), que “han crecido muchísimo y su idiosincrasia es más comercial”, línea que debe seguir el resto, junto con la oferta de más servicios a sus socios, para que “produzcan más y mejor y baje los costes de producción”. Esa sinergia ya se consigue materializar en la adquisición de abonos y envases, siendo el remate “comercializar en común. Hay discrepancias por las variedades y calidades, pero pronto lo haremos y despegaremos y nos irá muy bien”, ha vaticinado. Esto redundará en un agricultor que “lucha por la cosecha cada día y durante un año entero cultiva y mima y hace un acto de fe para no terminar de cobrar todo hasta el año que viene”.

En esta línea ha comentado que es “triste” pero la realidad actual es que dependiendo del volumen de aceite a nivel mundial “varía mucho el precio”, cuando en otros productos si hay una “estabilidad”. No obstante, ha matizado que ahora mismo los precios del aceite son estables porque “los rendimientos han bajado tantísimo esta campaña con respecto a la media y años anteriores, pues se ha cogido un volumen de bueno aceituna pero no kilos de aceite realmente. Los precios están muy parados con respeto a otros años, que suele bajar a partir de esta fecha”.

Olipaterna, el virgen extra al que el mimo hace gourmet

Un valor que aprecia el consumidorEl gerente de Olipaterna ha destacado que con las inversiones realizadas, especialmente desde el Ministerio de Agricultura, se está educando al consumidor final, didáctica que creen que dará sus frutos. “Los vinos lo han hecho muy bien en los últimos 20 años y la gente sabe diferenciar buen un tinto de un blanco de un rosado, un Rioja o un ribera del Duero, un crianza un reserva o un vino joven. Hace 20 años era vino y nada más y al aceite le va a pasar un poco lo mismo”.

Ha resaltado que la rentabilidad del aceite de oliva virgen extra está científicamente probada, como por la universidad estadounidense de Michigan, que certifica lo que desde la cooperativa han comprobado con estudios en los bares del Condado. “Cuando se fríe hay que usar menos cantidad con un virgen extra porque crece su volumen al calentarse y dura más que otros aceites, por lo que en una freidora de tres litros se puede usar en torno a dos y dura hasta tres veces más según hemos comprobado y te ahorras un dinero”.

Cooperativa Olivarera San Bartolomé

C/ San Roque 4521880. Paterna del Campo, Huelva.

Tlf.: 959428229Pedidos: 608 768 659

 En la localidad onubense de Paterna del Campo se encuentra la Cooperativa Olivarera San Bartolomé, creada en 1962 por 50 agricultores decididos a aunar recursos y que tuvieron su primera campaña en 1963. Desde entonces no han hecho más que mantener lo mejor de la tradición y añadirle los más modernos adelantos tecnológico para crecer en producción y calidad, que se plasma en el aceite de oliva virgen extra Olipaterna, un coupage de las variedades verdial de Huévar, manzanilla, picual y arbequina de una apreciada calidad. Hoy por hoy la persiguen 570 socios que producen tanto aceituna de mesa como de molino con un mimo muy especial y con el reto de hacer de su aceite un selecto producto gourmet. Antonio Pascual, gerente de la cooperativa, ha asegurado a huelva24.com que la campaña “ha sido buena”, de 2,3 millones de kilos de aceitunas de molino y 1,1 de verdeo, 834.000 kilos más que el año pasado. La media suele estar en torno a los tres millones de kilos,  de 1,5 y 2 millones de aceituna destinada a la elaboración de aceite y en torno a un millón o 1,5 millones de aceituna de mesa. “Dependiendo del precio de la aceituna de mesa se desvía más hacia un lado u otro”, ha indicado. El aceite de oliva virgen extra de Olipaterna es una selección formada en un 50 por ciento por la variedad única en el mundo, verdial de Húervar, y el resto entre manzanillas, picuales y arbequinas, estás dos últimas en auge. La mayor parte de la producción se destina a las provincias de Huelva y Sevilla, un destino tradicional que está diversificando con la venta por internet, que tiene como lugares de demanda Madrid, Barcelona y comunidades del norte de España, así como clientes de Alemania e Inglaterra. Las dos grandes metas de la cooperativa pasan por elaborar un aceite “más gourmet, más selecto, con una diferenciación de calidad”, así como “diversificar todavía más la cartera de clientes que tenemos para no depender sólo del mercado y del precio nacional y poder dedicarnos más al internacional, que tiene más estabilidad en el tiempo”, ha comentado su gerente, que ha informado que en este sentido están tramitando permisos para exportar a Venezuela e Irán. Para la elaboración de este aceite de oliva virgen extra gourmet la clave está en que “básicamente es que la aceituna esté muy mimada, que tenga una recolección muy temprana y sacrificamos el rendimiento que puede dar la aceituna por un sabor más afrutado y verde. Así evitamos también cualquier tipo de enfermedad o plaga que le pueda afectar y hacer daño a la aceituna y al sabor del aceite en el futuro”. Otro aspecto clave es “molerla muy temprano. Desde el árbol hasta que el aceite acaba en el depósito pasan como mucho tres horas”. Esto es “todo un reto”. Pascual ha expresado que “lo ideal es que se invierta muy poco tiempo en la molturación. Una cooperativa grande, con un volumen de entre 15 y 20 millones kilos, no puedo hacerlo, pero nosotros al ser una cooperativa pequeña tenemos la posibilidad de moler todos los días y en muy poco espacio de tiempo”. De este selecto producto olivarero ha señalado que “hemos hecho este año una pequeña prueba con cinco partidas muy seleccionadas y ha salido muy bien. Estamos muy contentos porque el aceite está muy bueno. Lo hemos presentado al premio de la Diputación de Huelva y el mismo Instituto de la Grasa nos ha recomendado que lo presentáramos al premio nacional”, ha explicado Pascual. Para este aceite especial han usado “un envase nuevo y diferente pero aún no le hemos puesto un nombre comercial distinto. Va a ser un envoltorio totalmente distinto al que vemos habitualmente para que se diferencie bien en el mercado. Sacaremos una edición muy limitada de 2.000 botellas, para nuestros  clientes y personas que nos compran habitualmente”. Gourmet o no, la personalidad de los aceites de Olipaterna vienen marcados por su situación geográfica, la cuidada cosecha de sus olivareros y la eficiencia y pulcritud de un proceso rápido, a baja temperatura y que evita injerencias de cualquier tipo en la extracción de la esencia de la aceituna. “Tenemos la suerte de que nuestros olivares están ubicados entre la Sierra de Huelva y la Campiña, que nos da un rendimiento bastante más elevado que el resto de la provincia”. A parte, con el clima Atlántico “las cosechas suelen ser muy tempranas y muy buenas. No tenemos heladas y conseguimos una calidad muy buena en la aceituna y eso a su vez hace que generemos un aceite de gran calidad”. Además al molturar en tan poco tiempo la aceituna, “conseguimos que todas sus características organolépticas se mantengan y entonces eso es zumo de aceituna, sin ningún tipo de enfermedad, mantiene toda la esencia de la aceituna”, ha resaltado Pascual, que ha hecho hincapié en que los agricultores tienen unas explotaciones “muy pequeñitas. La mayoría tienen una media de dos hectáreas como mucho. Entonces es casi un huerto que mimas todos los días. Muchos de ellos casi conocen árbol por árbol y saben en cada momento que le pasa. Hasta le ponen nombres. Muchos son centenarios”. Al respecto ha subrayado que aunque el coste de la recolección es “muy caro para ellos”, la aceituna y el aceite tiene una gran calidad porque “el secreto principal es que los agricultores miman a cada árbol, por lo que con ello consiguen que ese cariño se transmita después a los aceites”. El olivar todavía es tradicional y se recoge la aceituna con vibradores y el olivarero “no le quiere pegar palos o utilizar maquinaria muy pesada para recoger la aceituna”, por lo que ésta llega “muy entera, no se le hace daño, no tiene heridas. Si la piel tiene algún corte se oxida y empieza a envejecer y sube la acidez, cuantas más horas esté la aceituna fuera del árbol o del proceso de molturación ya en fabrica va fermentando, va subiendo la acidez, y se pierden los fenoles, la licuación de  lípidos es más complicada y el aceite no es el mismo y siempre va teniendo un defecto”, algo que evitan y en lo que avanzan. Pascual ha recordado que “yo cuando entré en la cooperativa hace 16 años se envasaba el aceite con tres grados y medio de acidez, que era lo que la normativa permitía y era lo más normal del mundo y ahora ahora envasamos entre 0’4 y 0’6, permitiendo la ley hasta 0’8º para los aceites de Oliva Virgen Extra, que es el 89% de nuestra producción”.  Esta máxima de pulcritud se aprecia en cada detalle. Desde Olipaterna realizan visitas a sus instalaciones y dan charlas en los colegios para trasmitir el especial ciudad que ponen en el proceso de elaboración del aceite, que como ha expuesto Pascual “es muy cariñoso y se le pega cualquier olor que hay en el ambiente”, por lo que en su cooperativa ni fuman ni usan perfume ni nada que pueda alterar el aceite. “Todos los ingredientes del un aceite excelente están en la naturaleza y con el proceso de extracción se trata de empeorarlo lo menos posible. Nosotros intentamos batir lo menos posible y hacerlo con una temperatura por debajo de los 26 grados”, por lo que así consigue conservar todas las propiedades de la aceituna en la extracción de un zumo cien por cien natural. En sus bodegas la temperatura todo el año está entre 15 y 18 grados y toda la instalación es de acero inoxidable. “Elimina cualquier tipo de olor y es muy fácil de limpiar y mantener”. Cuentan con ocho bidones de 50.000 litros cada uno y otra bodega con 10 de 43.700, una capacidad total de 900.000 kilos de aceite. Esta capacidad de almacenamiento les permite diferenciar bien por variedades para poder hacer los coupages. La utilidad de la marca Aceite de HuelvaPascual ha destacado que la marca de garantía Aceite de Huelva ha proporcionado “mucha información” a todas las cooperativas y “la protección necesaria para hacer las cosas bien y con fundamento”. También ha apuntado que se ha conseguido que dentro de la provincia de Huelva “la gente conozca que también se produce aquí aceite y de gran calidad”. “El hecho de que estemos unidos en una marca implica que en el futuro podamos seguramente hacer mayores cosas en común. Estamos en un mundo marcado por la globalización y cuanto más grandes seamos mayores posibilidades tendremos de sobrevivir y de emprender y hacer proyectos nuevos, ya sea envasar, vender en común o realizar distintas operaciones”, ha destacado con énfasis el gerente de la cooperativa de Paterna, ha señalado que entre todas las cooperativas tienen “muchas cosas en común” y que aunque “en la variedad está la riqueza”, ha recordad que las cooperativas se crearon para “hace sinergia” y para que dieran “más dinero al fin y al cabo al agricultor”. Ha insistido en que el olivar es un cultivo tradicional que ha pasado por “muchos vaivenes a lo largo de la historia”, por lo que “si unimos todos nuestros recursos seremos más productivos y rentables, sin importar el nombre que tengamos”. Pascual ha reconocido que hay cooperativa que “están dando grandes pasos y haciendo muy bien las cosas”, como las de Oleodiel (Gibraléon) y Olibeas (Beas), que “han crecido muchísimo y su idiosincrasia es más comercial”, línea que debe seguir el resto, junto con la oferta de más servicios a sus socios, para que “produzcan más y mejor y baje los costes de producción”. Esa sinergia ya se consigue materializar en la adquisición de abonos y envases, siendo el remate “comercializar en común. Hay discrepancias por las variedades y calidades, pero pronto lo haremos y despegaremos y nos irá muy bien”, ha vaticinado. Esto redundará en un agricultor que “lucha por la cosecha cada día y durante un año entero cultiva y mima y hace un acto de fe para no terminar de cobrar todo hasta el año que viene”. En esta línea ha comentado que es “triste” pero la realidad actual es que dependiendo del volumen de aceite a nivel mundial “varía mucho el precio”, cuando en otros productos si hay una “estabilidad”. No obstante, ha matizado que ahora mismo los precios del aceite son estables porque “los rendimientos han bajado tantísimo esta campaña con respecto a la media y años anteriores, pues se ha cogido un volumen de bueno aceituna pero no kilos de aceite realmente. Los precios están muy parados con respeto a otros años, que suele bajar a partir de esta fecha”. Un valor que aprecia el consumidorEl gerente de Olipaterna ha destacado que con las inversiones realizadas, especialmente desde el Ministerio de Agricultura, se está educando al consumidor final, didáctica que creen que dará sus frutos. “Los vinos lo han hecho muy bien en los últimos 20 años y la gente sabe diferenciar buen un tinto de un blanco de un rosado, un Rioja o un ribera del Duero, un crianza un reserva o un vino joven. Hace 20 años era vino y nada más y al aceite le va a pasar un poco lo mismo”. Ha resaltado que la rentabilidad del aceite de oliva virgen extra está científicamente probada, como por la universidad estadounidense de Michigan, que certifica lo que desde la cooperativa han comprobado con estudios en los bares del Condado. “Cuando se fríe hay que usar menos cantidad con un virgen extra porque crece su volumen al calentarse y dura más que otros aceites, por lo que en una freidora de tres litros se puede usar en torno a dos y dura hasta tres veces más según hemos comprobado y te ahorras un dinero”.  Cooperativa Olivarera San BartoloméC/ San Roque 4521880. Paterna del Campo, Huelva.Tlf.: 959428229Pedidos: 608 768 659Facebook

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