La escuela de supervivientes
Ningún taller puede enseñar a sufrir, el único Máster avanzado en esa dura asignatura es la vida. Sin embargo, el dolor posee varios analgésicos emocionales naturales para combatirlo, o al menos mitigarlo: el consuelo y la comprensión (que depende del entorno) pero, especialmente, la predisposición, es decir, una actitud positiva e inconformista con una realidad que por muy exigente y extrema que sea, cuenta con unos puntos intermedios hacia los que es conveniente inclinarse.