JUICIO POR MALOS TRATOS PSÍQUICOS
Bretón: marido modélico según su propia descripción
11.44 h. (ACTUALIZADO 15.29 h.) José Bretón, condenado a 40 años de prisión por el asesinato de sus dos hijos, asegura que era Ruth Ortiz la que tomaba “cada una de las decisiones” que afectaba a la pareja o la familia, y se describe como el perfecto amo de casa. Ruth Ortiz se ha negado a declarar. “Está muy mal”, asegura su abogada.
Volvía a sentarse en el banquillo de los acusados, y volvíamos a ver a un hombre de cabeza fría que medía milimétricamente cada una de sus palabras. Hablando en todo momento de sus hijos –los malogrados Ruth y José- en presente, como si aún estuviesen aquí, y dibujando una imagen de sí mismo que sería la envidia de cualquier mujer, de cualquier suegra.
Según José Bretón, la que fuese su mujer, Ruth Ortiz, era la encargada de disponer y decidir, y él se limitaba únicamente a obedecer y complacerla. “Siempre estábamos de acuerdo, así que no había problemas”, ha llegado a asegurar Bretón en la primera sesión del juicio por malos tratos psíquicos habituales en el entorno familiar, para cuya celebración ha sido trasladado hasta Huelva desde la cárcel de Villena.
Según su testimonio –que personas del entorno de Ruth han escuchado boquiabiertas desde los asientos reservados al público-, era Ruth la que decidía dónde y cómo vivir, cuándo casarse y tener hijos. Mientras ella “trabajaba todo el día y luego tenía que estudiar para el máster”, él se ocupaba de los niños y de las tareas del hogar, desde la limpieza hasta la comida. Así, si Ruth Ortiz no cogía el coche familiar para ir a Huelva, era porque “ella prefería ir en autobús”, y si no iba a visitar a su familia, era porque “ella no quería, por su mala relación”.
De forma serena, haciéndose el despistado y solicitando al fiscal que le repitiese las preguntas cuando necesitaba pensar algo más la respuesta, José Bretón ha negado cualquier tipo de maltrato sobre su mujer, asegurando que la concordia y el entendimiento entre ambos era total, y llegando a pintarse a sí mismo como un marido sumiso, dispuesto a ceder siempre en pro de los deseos de su mujer.
Una mujer que, sin embargo, se encuentra tan mal anímicamente que se ha acogido a su derecho a no declarar. Tras anunciar la semana pasada que se retiraba como acusación particular por no tener “ni fuerza ni ganas”, Ruth Ortiz ha asistido a la sesión de este miércoles al estar citada como testigo, aunque una vez allí ha preferido no recordar su día a día junto a su ex marido, que cumple condena por asesinar a los hijos de ambos.
Optando por no recordar y agradeciendo, de forma irónica, a quienes han hecho posible que el juicio tenga un carácter público, Ruth Ortiz se retiraba de la sala sin mirar ni un momento al que fuera su marido. “Nos da exactamente igual que lo condenen o que lo absuelvan, esta no es nuestra guerra, y en estos momentos menos”, aseguraba poco después María del Reposo Carrero, abogada de Ruth Ortiz, que la ha acompañado durante la jornada de hoy.
Carrero ha explicado a los periodistas que tras el desistimiento de Ruth Ortiz, tal y como se señalaba en el comunicado, se encuentra principalmente su estado anímico –está “muy mal”-, aunque también el convencimiento de que José Bretón se mantendría firme y actuaría con la misma frialdad de siempre. “Sabíamos que esta iba a ser su actitud, que iba a volver a mentir, y de ahí la retirada de la acusación particular”, ha señalado Carrero, que al igual que ha hecho su representada en la sala, ha criticado que ésta haya sido “la primera vez que en un pleito de malos tratos se decide que sea a puerta abierta, tal y como había solicitado la defensa y con lo que para nada estamos de acuerdo, porque tanto Ruth como sobre todo su madre y su hermano no querían que los medios volviesen a sacar sus vidas”.
La abogada ha lamentado que “parece que en este caso, el derecho a informar es más importante que el derecho a la intimidad”, lamentando el trance por el que está pasando, de nuevo, la familia Ortiz.
Durante la sesión de este miércoles –el juicio continuará en la jornada del jueves- estaban llamados a declarar familiares y amigos de la pareja que contribuyan a construir una idea -lo más acercada posible a la realidad- sobre cómo era su relación; ésa que José Bretón ha descrito durante su declaración prácticamente como idílica, en una imagen que dista mucho de la que pinta su ex mujer.
“Ha arrancado a mis hijos de mi vida y de sus cortas vidas. No tiene ningún sentido en estos momentos continuar con la acusación de maltrato cuando el mayor maltrato lo verificó el día 8 de octubre de 2011, cuando mató y quemó a mi dos hijos y ocultó su acción. No hay mayor maltrato psicológico para una mujer que asesinar a sus hijos, es un maltrato continuo y permanente, para toda la vida y el hombre que llega a hacer esto delata su condición previa de maltratador”, señalaba la semana pasada Ruth Ortiz, que hoy poco tenía que añadir.
