Las motos de agua, una amenaza para los bañistas en otro año sin vigilancia en las playas

La falta de medios humanos en la Guardia Civil y el retraso en la campaña de vigilancia permiten que muchas motos náuticas incumplan la normativa de forma flagrante

Jucil alerta de que el desvío de guardias civiles a las romerías despeja el camino a las redes de narcotráfico

Una moto acuática, el pasado domingo, a escasos metros de la orilla M.G.
H. Corpa

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Las altas temperaturas que desde hace semanas invitan a disfrutar del litoral onubense han convertido las playas de la provincia en un escenario donde la ausencia de vigilancia específica sobre embarcaciones de recreo permite comportamientos temerarios que ponen en peligro la seguridad de los bañistas.

Con muchas motos de agua campando a sus anchas por la zona de baño y sin que se haya activado aún la campaña de control estival, la costa onubense vive de nuevo unas semanas críticas en las que la afluencia a las playas se dispara pero los dispositivos de seguridad siguen operando en modo invernal.

Durante el pasado fin de semana, al menos en las playas de Punta Umbría, pudieron observarse un buen número de estas embarcaciones planeando sobre las olas a gran velocidad, compitiendo entre ellas a escasos metros de la orilla y pasando junto a grupos de bañistas, muchos de ellos niños. Los usuarios de motos náuticas aprovechan la ausencia de vigilancia para realizar maniobras que incumplen flagrantemente la normativa vigente, que prohíbe su navegación a menos de 300 metros de la playa.

El capitán marítimo de Huelva, Alejandro Andray, reconoce a Huelva24 que la situación se ha vuelto especialmente compleja durante estas semanas previas al verano 'oficial': «Es una situación de riesgo porque aumenta muchísimo el volumen de usuarios, que pueden tener más o menos pericia». Además, «muchas veces cuando hay un volumen de usuarios que crece, hay más gente que no respeta la normativa».

La moto acuática pasa junto a dos niños m.g.

Respecto a la falta de vigilancia, la asociación de Justicia para la Guardia Civil (Jucil) explicó a Huelva24 que «todos los años se pone en marcha una campaña de control de embarcaciones y motos náuticas en época estival, pero todavía no la han activado«. Este retraso deja un vacío de vigilancia precisamente cuando las condiciones meteorológicas favorables multiplican la presencia de embarcaciones de recreo en aguas próximas a las zonas de baño. Así, el control actual se limita al trabajo »preventivo« con los servicios establecidos, según explican desde Jucil: »Sobre las motos de agua, como las embarcaciones de recreo, el control por parte de la Guardia Civil es constante por parte de las Unidades fiscales y el servicio marítimo, quienes aparte de ejercer el control del uso adecuado de los mismos se atienden las incidencias que se produzcan o se denuncien por los ciudadanos», eso sí, reforzándose únicamente «cuando llega la época estival«.

Andray explica que se dan dos circunstancias que agravan la situación: «Por un lado, que hoy en día todo el mundo puede disfrutar de la mar», pero también pues hay «diferentes conciencias» a la hora de usar el medio marino. El responsable de la Capitanía Marítima subraya que existe »un gran desconocimiento que genera en sí peligro porque muchas veces hay personas que se echan a la mar pensando que van a dar un paseo en el campo sin tener en cuenta unos parámetros mínimos«.

Control de embarcaciones de recreo y motos náuticas guardia civil

Esta falta de conocimiento genera fricciones con el resto de usuarios, especialmente cuando las motos de agua comparten espacio con bañistas y familias. Es ahí es donde la Capitanía, «por lo menos la de Huelva, somos especialmente sensibles«, añade Andray. De hecho, establecimos hace dos años una regulación pionera que prohíbe la navegación de motos náuticas a menos de 300 metros de la playa. »Somos pioneros en esta provincia de establecer un reglamento que yo creo que ha tenido mucho éxito, entre otras cosas porque lo hemos consensuado con asociaciones de practicantes de motonáutica«, explica.

 

«Somos pioneros en establecer un reglamento que ha tenido mucho éxito, entre otras cosas porque lo hemos consensuado con asociaciones de motonáutica»

Alejandro Andray

Capitán marítimo

Sin embargo, reconoce que la falta de vigilancia durante estas semanas previas al verano provoca que ni siquiera se esté respetando el límite original de 80-100 metros donde tradicionalmente se situaban las boyas. «Es cierto que en los últimos tiempos la Guardia Civil está un poco saturada. porque nuestra provincia también adolece de otros problemas, a veces muy graves, y entonces dejan este control de las playas un poquito más de lado». Pero trabajando en esa línea, desde la Capitanía Marítima llevan dos años organizando reuniones formativas tanto con policía local, portuaria o municipal, para que ellos mismos pueden presentar denuncias contra actos vandálicos que vean en la costa. «Eso ha hecho que hayamos pasado de 300 denuncias al año, que eran las que podían poner el Servicio Marítimo, a las casi 3.000 del año pasado», destaca Andray.

Denuncias ciudadanas

La Comandancia de la Guardia Civil de Huelva va más allá y anima a cualquier ciudadano a colaborar en la vigilancia de estas infracciones: «Estas motos de agua no pueden navegar de esa forma en ningún caso, al ser zona balizada de baño. Todo civil puede dar a conocer estas negligencias y remitir un vídeo a Capitanía Marítima, que es válido como una denuncia». Es necesario –aclara– que en los vídeos aportados «se pudiera leer la matrícula de la moto náutica» para facilitar la tramitación de los expedientes sancionadores. Esta medida vendría a complementar el trabajo de vigilancia oficial, que se ve limitado por la carencia de medios humanos que afecta a la provincia.

En este problema, precisamente, pone el acento Jucil, que advierte de «una alarmante carencia de medios humanos«. La asociación explica que »la especial orografía de nuestra provincia, unida a la gran dispersión geográfica y la multitud de eventos y campañas a lo largo del año, hace que los recursos actuales sean claramente insuficientes«. El calendario multiplica las exigencias sobre los efectivos disponibles y «de diciembre a junio, nuestros agentes deben hacer frente a la exigente campaña de los frutos rojos. En primavera, el Rocío acapara todos los esfuerzos operativos. En verano, la provincia se convierte en un destino turístico de primer nivel, lo que multiplica las necesidades de vigilancia, tanto en tierra como en el mar. Y en otoño, la sierra concentra numerosos servicios para evitar robos en el campo, en fábricas de jamones y en el control de recolección de setas, en una de las zonas micológicas más importantes de Europa». A esta sobrecarga se suma «la presión constante durante todo el año del narcotráfico, en una provincia que actúa como uno de los principales hubs logísticos de entrada de droga en Andalucía», lamenta

Su propio espacio

Andray propone una distribución ordenada del espacio marítimo como solución estructural al problema: «Por ejemplo, en toda la playa de Punta Umbría, que son 11 kilómetros, podríamos dedicar 300 metros, con un chiringuito donde el que sale con su moto, para la playa, pueda disfrutar con sus amigos de una comida, y se vuelva a la marina. Hay que darle su espacio, no hay que expulsar al motorista«.

El capitán marítimo también reclama mayor exigencia en la titulación necesaria para usar motos náuticas: «Antes requería una titulación, y ahora mismo los requisitos de titulación son una charla de un fin de semana. Y para mí eso no debería ser así». Considera que debería exigirse como mínimo el patrón de navegación básica, «que es algo equivalente a un carnet de conducir rebajado». Andray explica que «habría que pedir, porque muchas veces al tú exigir un poquito más de formación, también la persona que lo adquiere muestra un poquito más de madurez y equilibrio al tener que pasar un pequeño examen».

De hecho, añadió, las federaciones de motos náuticas, «realmente están porque se regule y se dignifique el uso de la moto como deporte. Porque ellos quieren también quitarse el sambenito. Porque sí, hay algunos descerebrados, frente a otros que practican la moto acuática como cualquier otro deporte de motor». Y recuerda que, cuando aquí se sacó la primera norma de uso de motos náuticas, «que fuimos pioneros en España, que se sacó hace tres años (aunque lleva dos veranos en vigor), yo creí que iba a tener una gran oposición por las federaciones de motos náuticas en España y de motos acuáticas y todo lo contrario, nos felicitaron por ello».

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