RECREATIVO > RESUMEN COLECTIVO DE LA TEMPORADA
Los malditos 26 minutos de Fuenlabrada
10.05 h. Un análisis simplista indicaría que hasta el 19 de mayo parecía sí o sí que era la temporada del Recre y que le salía todo pero a partir de ahí dio la sensación de que en los ‘play-offs’ todo estaba en contra e iba a ser imposible ascender. Pero casi 12 meses dan para mucho. Con sus aciertos, sus vaivenes y sus errores.


El Recre afrontaba su cuarta temporada consecutiva en Segunda B tras el maldito descenso de 2015 provocado por la nefasta gestión de Gildoy. Nuevamente la propiedad del club correspondía al Ayuntamiento de Huelva, que depositó su confianza en los mismos cuatro miembros del Consejo de Administración del club, y por segunda campaña seguida tanto la parcela económica como principalmente la deportiva volvía a corresponderle a la empresa madrileña Eurosamop comandada por Juanma López.
Unos préstamos de otra empresa denominada Krypteia Capital, que se había presentado sin buen tino (al igual que Zephir Homes) en verano para intentar comprar la mayoría del accionariado del Decano, permitieron la inscripción para competir en Segunda B, donde otra vez el Recre saldría como gallito por el nombre pero quizás no por el presupuesto (no iba a estar ni entre los cinco mayores de su grupo) ni por la tardanza a la hora de comenzar a confeccionar la plantilla.
Se marchó a mediados de julio de la dirección deportiva Manolo Toledano y prácticamente todo el trabajo de dicha faceta le correspondió a Óscar Carazo, cuya primera decisión, que a la larga se comprobó como más que acertada, fue la de elegir a José María Salmerón como entrenador. Un técnico experimentado, con buenos números dentro de la categoría, psicólogo para competir con clubes que pasaban dificultades económicas y con un gran conocimiento del mercado, lo que propició que algunos refuerzos llegaran también de su mano.
Sólo se quedaron cinco jugadores de la plantilla de la temporada 2017/18, Marc Martínez, Diego Jiménez, Djak Traoré, Víctor Barroso y David Segura, y llegaron en verano 17 fichajes. Después en el mercado invernal habría que sumarle otros cuatro. Es decir, que aterrizaron 21 nuevas caras en el Recre, por lo que el rendimiento colectivo del equipo era una completa incógnita. Y lógicamente en el primer tercio del campeonato se notó que había que engrasar la maquinaria y que al equipo le iba a costar adaptarse y conocerse al haber tantos jugadores nuevos. Ese detalle propició que hasta la Navidad, es decir, hasta prácticamente la conclusión de la primera vuelta liguera, el Decano diese siempre la impresión de estar jugando a medio gas y tener bastante margen de mejora. Aunque para sacar esa conclusión también fueron definitivos factores como los impagos y las pésimas condiciones del césped de la Ciudad Deportiva y del Nuevo Colombino.
Aunque curiosamente parecía que al Recre no le estaba costando arrancar. De hecho, se colocó como líder de la categoría tras solventar con triunfo sus dos primeros partidos ligueros ante el Don Benito y el Badajoz. Fue un espejismo porque después llegaron cuatro jornadas seguidas sin triunfos, con dos empates y dos derrotas que ya colocaron al Decano en la zona templada de la tabla, lugar donde habitaría prácticamente hasta el final de la primera vuelta liguera. Apenas tuvo buenos momentos de fútbol hasta Navidad. Es verdad que en defensa era un equipo incómodo y difícil de batir, pero en ataque tampoco se le veían argumentos que invitaban al optimismo. De hecho, fue sobreviviendo y sumando puntos gracias a que ganó todos los encuentros ante los inexpertos filiales y merced a que aprovechaba bastante bien las acciones a balón parado y los errores que cometían los rivales a la hora de intentar sacar el balón jugado. Salmerón manejaba los encuentros con pocos goles y sabiendo que en Segunda B se decidían por detalles y por saber competir en todo momento. Las escasas derrotas albiazules llegaban por la mínima y casi siempre de manera injusta, pero también hay que reconocer que muchas de las victorias también eran por la mínima y con una pizca de suerte.

El acertado cambio de sistemaTras caer por 0-1 ante el Melilla en la décimo tercera jornada liguera, el Recre ya marchaba en la clasificación a 12 puntos del conjunto norteafricano, que era líder, a diez del UCAM Murcia, a seis del Cartagena y a cinco de la zona de ‘play-off’ de ascenso. Aunque quedaba un mundo por delante, incluso parecía difícil, viendo las sensaciones que transmitía el Decano en el césped, además de la inestabilidad de los impagos, que se pudiera luchar por algo más que la permanencia. El fin de semana siguiente, y en pleno partido y pese a ir en desventaja en el marcador, Salmerón cambió de sistema y su conjunto remontó el choque ante el Talavera, llevándose el triunfo por 2-3. A partir de ahí, y ya prácticamente durante el resto de la temporada, el Recre pasó a jugar con tres centrales y dos carrileros. Fue la fórmula del éxito. Aunque dos jornadas después, en la décimo sexta el 9 de diciembre, el conjunto onubense cayó por 2-0 frente a la Balompédica Linense, ya el Decano se veía cada vez más cómodo y conjuntado sobre el terreno de juego. De hecho, tras esa derrota frente al conjunto gaditano no volvió a perder ningún partido más de los 22 que restaban en el campeonato liguero, con un espectacular balance de 16 triunfos, seis empates, 35 goles a favor y sólo nueve en contra que le acabaron llevando a ocupar la primera plaza el 19 de mayo, por delante de Cartagena, Melilla y Badajoz. En Navidad hubo calma tensa y muchas reuniones a varias bandas. El proyecto corrió riesgo de desmoronarse porque la plantilla apenas si había cobrado uno o dos meses y les debían entre tres y cinco dependiendo de cada futbolista. Muchos de ellos manifestaron públicamente que si no se solucionaban los problemas económicos se marcharían del club albiazul en el mercado invernal, e incluso varios de ellos, como Israel Puerto, Tropi, Pablo Andrade o Caye Quintana, ya habían recibido propuestas de otros equipos para la segunda vuelta liguera. Afortunadamente el pleno del Ayuntamiento de Huelva aprobó un nuevo desvío de dinero para el Decano y el Recre puso en enero al día en los pagos a su plantilla. Cuatro altas y cinco bajas en el mercado invernalTambién fue espectacular la gestión humana de Salmerón con sus pupilos, ya que los convenció de que no se marcharan y de que la temporada podía acabar con un final feliz en lo deportivo. Todos creyeron en su líder y a partir de ahí el Recre fue un rodillo. Un ciclón al que le salía todo. Y es que, aunque su técnico nunca repitió una alineación a lo largo de todo el ejercicio, prácticamente nunca se notaba que hubiese bajas por sanción, lesión o decisión técnica y el que saltaba al campo lo hacía motivado y con inercia positiva. Además, el Decano tenía esa pizca de suerte que tienen los equipos campeones, ya que ganó varios partidos sin ser mejor que su rival e incluso alguno de ellos, como del Sevilla Atlético a domicilio, con un gol de rebote en el descuento. En el mercado invernal a Salmerón y a Carazo les dijeron que no se podría dar un salto de calidad para aspirar al ascenso y que únicamente podrían gastarse para fichar el dinero que se iba a ahorrar el club con las salidas. De hecho, hubo un comunicado de chiste y de mal gusto en el que el Consejo de Administración acusó a Eurosamop de haberse gastado en el verano más dinero del presupuesto para fichar. Salieron de la plantilla albiazul Traoré (Sevilla Atlético), David Segura (Utrera), Lolo Pla (Valencia Mestalla), Mario Hernández (Melilla) e Ismael Benktib (Atlético Levante) y llegaron Jesús Valentín (Córdoba), Charaf (Valladolid B) y Chico Díaz (Ceuta). Este último apenas estuvo un par de meses en la disciplina albiazul y se marchó esgrimiendo unas molestias físicas, llegando ya fuera de plazo pero dentro de la legalidad Carlos Fernández (Hércules) para suplirle. Los ‘play-offs’ de ascensoCon la afición más enganchada que nunca tras haber recuperado la ilusión perdida, y con la plantilla por la moral por las nubes, llegó el sorteo de los ‘play-offs’ de ascenso, en los que en teoría prácticamente todo el mundo dio por afortunada la bola que le correspondió al Decano. Era la del Fuenlabrada, con el partido de vuelta además en el Nuevo Colombino, y es que nadie quería al Racing de Santander por ser un histórico con urgencias y por su plantilla, así como tampoco al Atlético Baleares por jugar en una superficie de césped artificial. En el entorno durante esa semana se habló poco de fútbol y mucho de la polémica por las pocas entradas que el conjunto madrileño le cedió al Decano para el partido en el estadio Fernando Torres. Tras una primera parte pareja, y muy en la línea de la del Recre de toda la temporada, es decir, la de sujetar y desquiciar a su adversario para después darle el tiro de gracia tras el descanso, todo se vino abajo en 26 nefastos minutos en la segunda parte en los que el conjunto albiazul encajó tres goles. Fue un mazazo psicológico que ya marcó al equipo onubense para los siguientes encuentros. Ahí comenzaron también ya en parte sus episodios de mala suerte en los ‘play-offs’, y es que con el 2-0 Diego Jiménez marró una inmejorable oportunidad que lo podría haber cambiado todo de cara al choque de vuelta. Y tampoco en el Nuevo Colombino el Decano tuvo fortuna, y es que falló dos clarísimas oportunidades y además el Fuenlabrada mató la eliminatoria en un momento psicológico, justo antes del descanso. Después al Recre le correspondió jugar con el Mirandés y justo al comenzar el choque en Anduva un golazo de Hugo Rama condicionó el partido porque a partir de ahí el cuadro burgalés se sintió cómodo defendiendo ese preciado botín y el Decano estuvo ansioso y pese a todo mereció como mínimo haberse llevado el empate porque creó tres o cuatro ocasiones nuevamente bastante claras. Toda la suerte que había tenido el equipo de Salmerón en la fase regular del campeonato la había perdido en los partidos del ‘play-off’. Y por si ese argumento no estaba ya claro, llegó el remate de Paris en el descuento del encuentro de vuelta en el Nuevo Colombino para corroborarlo, y es que sólo unos minutos antes Caye Quintana había tenido en sus botas, en un excelente contragolpe conducido por Tropi, la opción de hacer el 2-0 y sellar el pase del Recre a la eliminatoria final por el ascenso a Segunda División. Ahora tocará reinventarse y formar una plantilla nuevamente casi nueva y casi con total seguridad con un nuevo entrenador y un nuevo director deportivo. La vida sigue.
En Navidad hubo calma tensa y muchas reuniones a varias bandas. El proyecto corrió riesgo de desmoronarse porque la plantilla apenas si había cobrado uno o dos meses y les debían entre tres y cinco dependiendo de cada futbolista. Muchos de ellos manifestaron públicamente que si no se solucionaban los problemas económicos se marcharían del club albiazul en el mercado invernal, e incluso varios de ellos, como Israel Puerto, Tropi, Pablo Andrade o Caye Quintana, ya habían recibido propuestas de otros equipos para la segunda vuelta liguera. Afortunadamente el pleno del Ayuntamiento de Huelva aprobó un nuevo desvío de dinero para el Decano y el Recre puso en enero al día en los pagos a su plantilla.

También fue espectacular la gestión humana de Salmerón con sus pupilos, ya que los convenció de que no se marcharan y de que la temporada podía acabar con un final feliz en lo deportivo. Todos creyeron en su líder y a partir de ahí el Recre fue un rodillo. Un ciclón al que le salía todo. Y es que, aunque su técnico nunca repitió una alineación a lo largo de todo el ejercicio, prácticamente nunca se notaba que hubiese bajas por sanción, lesión o decisión técnica y el que saltaba al campo lo hacía motivado y con inercia positiva. Además, el Decano tenía esa pizca de suerte que tienen los equipos campeones, ya que ganó varios partidos sin ser mejor que su rival e incluso alguno de ellos, como del Sevilla Atlético a domicilio, con un gol de rebote en el descuento.
En el mercado invernal a Salmerón y a Carazo les dijeron que no se podría dar un salto de calidad para aspirar al ascenso y que únicamente podrían gastarse para fichar el dinero que se iba a ahorrar el club con las salidas. De hecho, hubo un comunicado de chiste y de mal gusto en el que el Consejo de Administración acusó a Eurosamop de haberse gastado en el verano más dinero del presupuesto para fichar. Salieron de la plantilla albiazul Traoré (Sevilla Atlético), David Segura (Utrera), Lolo Pla (Valencia Mestalla), Mario Hernández (Melilla) e Ismael Benktib (Atlético Levante) y llegaron Jesús Valentín (Córdoba), Charaf (Valladolid B) y Chico Díaz (Ceuta). Este último apenas estuvo un par de meses en la disciplina albiazul y se marchó esgrimiendo unas molestias físicas, llegando ya fuera de plazo pero dentro de la legalidad Carlos Fernández (Hércules) para suplirle.
Con la afición más enganchada que nunca tras haber recuperado la ilusión perdida, y con la plantilla por la moral por las nubes, llegó el sorteo de los ‘play-offs’ de ascenso, en los que en teoría prácticamente todo el mundo dio por afortunada la bola que le correspondió al Decano. Era la del Fuenlabrada, con el partido de vuelta además en el Nuevo Colombino, y es que nadie quería al Racing de Santander por ser un histórico con urgencias y por su plantilla, así como tampoco al Atlético Baleares por jugar en una superficie de césped artificial.
En el entorno durante esa semana se habló poco de fútbol y mucho de la polémica por las pocas entradas que el conjunto madrileño le cedió al Decano para el partido en el estadio Fernando Torres. Tras una primera parte pareja, y muy en la línea de la del Recre de toda la temporada, es decir, la de sujetar y desquiciar a su adversario para después darle el tiro de gracia tras el descanso, todo se vino abajo en 26 nefastos minutos en la segunda parte en los que el conjunto albiazul encajó tres goles. Fue un mazazo psicológico que ya marcó al equipo onubense para los siguientes encuentros. Ahí comenzaron también ya en parte sus episodios de mala suerte en los ‘play-offs’, y es que con el 2-0 Diego Jiménez marró una inmejorable oportunidad que lo podría haber cambiado todo de cara al choque de vuelta. Y tampoco en el Nuevo Colombino el Decano tuvo fortuna, y es que falló dos clarísimas oportunidades y además el Fuenlabrada mató la eliminatoria en un momento psicológico, justo antes del descanso.

Los ‘play-offs’ de ascensoCon la afición más enganchada que nunca tras haber recuperado la ilusión perdida, y con la plantilla por la moral por las nubes, llegó el sorteo de los ‘play-offs’ de ascenso, en los que en teoría prácticamente todo el mundo dio por afortunada la bola que le correspondió al Decano. Era la del Fuenlabrada, con el partido de vuelta además en el Nuevo Colombino, y es que nadie quería al Racing de Santander por ser un histórico con urgencias y por su plantilla, así como tampoco al Atlético Baleares por jugar en una superficie de césped artificial. En el entorno durante esa semana se habló poco de fútbol y mucho de la polémica por las pocas entradas que el conjunto madrileño le cedió al Decano para el partido en el estadio Fernando Torres. Tras una primera parte pareja, y muy en la línea de la del Recre de toda la temporada, es decir, la de sujetar y desquiciar a su adversario para después darle el tiro de gracia tras el descanso, todo se vino abajo en 26 nefastos minutos en la segunda parte en los que el conjunto albiazul encajó tres goles. Fue un mazazo psicológico que ya marcó al equipo onubense para los siguientes encuentros. Ahí comenzaron también ya en parte sus episodios de mala suerte en los ‘play-offs’, y es que con el 2-0 Diego Jiménez marró una inmejorable oportunidad que lo podría haber cambiado todo de cara al choque de vuelta. Y tampoco en el Nuevo Colombino el Decano tuvo fortuna, y es que falló dos clarísimas oportunidades y además el Fuenlabrada mató la eliminatoria en un momento psicológico, justo antes del descanso. Después al Recre le correspondió jugar con el Mirandés y justo al comenzar el choque en Anduva un golazo de Hugo Rama condicionó el partido porque a partir de ahí el cuadro burgalés se sintió cómodo defendiendo ese preciado botín y el Decano estuvo ansioso y pese a todo mereció como mínimo haberse llevado el empate porque creó tres o cuatro ocasiones nuevamente bastante claras. Toda la suerte que había tenido el equipo de Salmerón en la fase regular del campeonato la había perdido en los partidos del ‘play-off’. Y por si ese argumento no estaba ya claro, llegó el remate de Paris en el descuento del encuentro de vuelta en el Nuevo Colombino para corroborarlo, y es que sólo unos minutos antes Caye Quintana había tenido en sus botas, en un excelente contragolpe conducido por Tropi, la opción de hacer el 2-0 y sellar el pase del Recre a la eliminatoria final por el ascenso a Segunda División. Ahora tocará reinventarse y formar una plantilla nuevamente casi nueva y casi con total seguridad con un nuevo entrenador y un nuevo director deportivo. La vida sigue.