La gran figura de Alberto Gallego

El club más antiguo del país descendió dos categorías la temporada anterior, un golpe muy bajo y violento que hizo mucho daño en Huelva, aunque, sobre todo, los que más sufrieron fueron los socios recreativistas. Estos seguían al equipo de su alma, o bien desde sus casas, o bien acudían al Estadio Nuevo Colombino cuando la entrada a este era permitida (máximo 800 personas), un aliento que se sentía pese a que los jugadores no dieron la talla y no representaron al escudo como se merece.

Pues bien, a partir de este momento, todo eran dudas. ¿Seguiría la afición con su equipo en la categoría más baja de su historia?, ¿cuál es la hoja de ruta que tiene que seguir ahora la entidad?, ¿se puede confiar en los máximos dirigentes? Pues bien, estas son algunas preguntas que surgieron por aquel entonces y ya muchas tienen su correspondiente respuesta. Por ejemplo, la primera, es la más fácil de contestar, ya que el activo más importante del club, es decir, su hinchada, sigue demostrando que siempre estará y nunca se rendirá, aunque las circunstancias sean adversas. Las otras, de momento, hay que esperar para encontrar su solución.

Lo que está claro es que ha empezado una 'nueva historia' y, a pesar de que la ilusión nunca se perdió porque la llama del recreativismo jamás se apagaría, ahora está más viva que nunca. Y gran culpable de ello es Alberto Gallego, entrenador del conjunto onubense. El ilerdense llegó a tierras onubenses con muchas ganas y demostrando que quiere devolver a la entidad al sitio que le corresponde. Asimismo, a través de las redes sociales, se ha mostrado muy participativo, ganándose así, a los aficionados. Durante los partidos, también es muy activo, los alienta en todo momento, les pide cánticos, para así, motivar a sus pupilos y está junto a ellos, agradeciendo cada día el apoyo que les dan.

En Utrera, por ejemplo, al acabar la primera jornada con una victoria 'in-extremis' fue a saludar a varios recreativistas que le esperaban en la bocana de vestuarios. Allí, abrazó de manera efusiva a uno de ellos, mostrando así que este binomio (afición y equipo) es muy importante. Tras este choque, llegó la vuelta a casa tras 149 días y con mucho trabajo se consiguió la segunda victoria de la temporada frente a la AD Ceuta 'B'. El ambiente fue increíble, un día de fútbol lleno de júbilo e “inolvidable”, tal y como dijo Gallego. Sus gestos e indicaciones motivaron aún más a todos los presentes, algo similar a lo que pasó este domingo en tierras lucentinas.