Bastaron 33 minutos para enterrar los fantasmas de casi siete meses de competición

Cuando el Recreativo de Huelva superó, con una gran actuación, al Mallorca el pasado día 27 de octubre y marcha como líder indiscutible de la Segunda División después de que se hubieran disputado la primeras 11 jornadas del campeonato todo el mundo, incluidos los profesionales del club, pensaban que el Decano estaba rindiendo, en juego y resultados, por encima de sus posibilidades. Pero lo que también no esperaba nadie es que a partir de ahí la caída los infiernos iba a ser tan grande. Así, de ser lider y sumar 26 de los primeros 33 puntos en juego en 11 jornadas, el conjunto albiazul pasó a sumar 27 de 81 posibles en las 27 jornadas siguientes, siendo en este tramo el peor conjunto de toda la categoría de plata (después se situarían el Mallorca, el Alavés y el Girona, todos ellos con 29).

Todo parecía perdido a falta de cuatro partidos para el telón liguero, ya que ni en juego, ni en sensaciones, ni en los apartados táctico, físico y mental el Recre parecía reaccionar. Pero Sergi Barjuan, el técnico albiazul, se la jugó ante el Girona y de momento la apuesta le ha salido bien. Y es que situó como triplete ofensivo a Ezequiel, Nong y Gallegos, tres jugadores muy irregulares a lo largo de la temporada y que no habían marcado ninguno de ellos un gol. Pero frente al conjunto catalán el delantero camerunés vio puerta y ante Las Palmas también marcó Ezequiel.

Además, frente al equipo canario el Decano hizo su mejor partido de los 29 últimos. El 2-0 que tenía en contra en el minuto 57 era totalmente injusto, ya que el equipo onubense había tocado el balón con criterio, había estado ordenado y había apostado por un fútbol de ataque con el que encerró por momentos a Las Palmas, gozando de buenas oportunidades de gol. En el tramo final del encuentro, en la última media hora, el Recre tiró de casta y paciencia y logró un triunfo épico y merecido que le devuelve la moral y la confianza de que puede aspirar a todo con garantías en el tramo final del campeonato. Es la grandeza del fútbol, que con una media hora buena parece que ya se han olvidado las penurias y el fútbol horroroso que ha hecho el Decano en los siete últimos meses de competición. Posiblemente haya que quedarse con el punto medio y la mesura. Ni antes eran tan malos, ni con la media hora final del estadio Gran Canaria tan buenos, pero el caso es que los jugadores se han ganado el derecho a soñar tras protagonizar una remontada que el Recre llevaba ocho años y medio sin conseguir.

Frente al Córdoba este sábado es posible que Menosse y Morcillo suplan a Ruymán y Zamora en el centro de la zaga y que sean las dos únicas modificaciones en el once inicial, ya que el mediocampo y la delantera estuvieron muy bien en Las Palmas, además de que Cifu y Fernando Vega han vuelto a consolidarse en los laterales después de que hubiera un tramo en el que Córcoles y Toño les arrebataron la titularidad. Están apareciendo héroes secundarios, jugadores que apenas han hecho nada a lo largo del ejercicio y que en estos dos últimos partidos están haciendo que ya nadie hable del bajón de rendimiento (al margen de las lesiones que han padecido) de los Arana, Linares o Álvaro Antón. Ahora futbolistas como Menosse, Nong o Ezequiel parecen otros. Y el caso de Jonathan Valle es más que llamativo. Parecía que ya no iba a jugar más esta temporada por las molestias físicas y ante el Girona tuvo media hora aceptable, mientras que en Las Palmas lo bordó y, lo más importante, aguantó los 90 minutos. Lo deseable es que Sergi renuncie en el derbi andaluz al trivotazo y siga permitiendo que la afición y el equipo disfruten de la magia del cántabro. Hasta que le aguante la gasolina. Y es que con él en el campo el Decano es otro en ataque.