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Cuando las cosas se hacen mal desde el principio
12.25 h. El tercer año de Gildoy estaba planificado para dar el salto a la Primera División y, sin embargo, si un milagro deportivo no lo remedia el Recre va a volver a Segunda B 17 años después. El equipo está muerto y sin gol, mientras que la directiva no tiene dinero para acometer movimientos que remedien el desastre de un proyecto escrito con renglones torcidos desde el pasado verano.

Acabó la pasada temporada bastante tocado anímicamente el Recreativo de Huelva después de un nefasto segundo tramo del ejercicio que le impidió disputar los 'play-offs' de ascenso a Primera División. Y a partir de ahí llegó el caos y las decisiones erróneas en lo deportivo, además de que en lo económico el embargo de Hacienda y la en cierto punto lógica pasividad de Víctor Hugo Mesa está provocando que el Decano y sus trabajadores estén moribundos y ya casi sin fuerzas ni moral.
El club confió en un proyecto a dos años en José Luis Oltra, técnico con buen currículum en la categoría de plata y un más que aceptable dominio del entorno, algo que siempre se le había achacado como un defecto a Sergi Barjuan, su antecesor en el cargo. Pero la pretemporada fue muy dura tanto en lo deportivo como en lo ecónomico. El Decano prácticamente gastó todo el dinero del control económico de la Liga de Fútbol Profesional con los fichajes de Oltra y Pedro Ríos, y después la confección de la plantilla fue totalmente errónea, corta en calidad y cantidad y muy descompensada. Ni siquiera se supo mantener el bloque que había dado un buen rendimiento, y es que aunque Morcillo y Arana aceptaron ofertas superiores nada quiso saberse de Cifu, Linares o Cabrero, entre otros.
No sólo no llegaron varios de los refuerzos que le prometieron a Oltra, que es increíble que aceptara la oferta albiazul tras las dos reuniones que tuvo en Madrid con el presidente, Pablo Comas, sino que además le impusieron varios jugadores por cuestiones de representantes y convenios con clubes (Rubén Mesa, Nana, Diego Jiménez...), además de que le quitaron casi el último día del mercado de verano al lateral Toño sin buscarle un recambio. La necesidad económica imponía. Tampoco llegó un delantero de garantías, confiándolo casi todo en ataquea un jugador ya en la cuesta abajo de su carrera como era Braulio, ni se fichó a un central pese a saber, ya en agosto, que Zamora iba a estar casi toda la temporada ausente por lesión.
Arrancó la campaña viciada tras la famosa rueda de prensa del 2 de septiembre de Oltra en la que mostró su malestar porque jugadores como Cabrera, Braulio, Pedro Ríos y Juanan no tuvieran la licencia para disputar la jornada inaugural del campeonato, además de que habló bien claro cuando comentó que con la plantilla que tenía ya el objetivo no podía ser el ascenso, que era claramente la meta que se había fijado Gildoy para el tercer año de su proyecto. Pero el Decano rindió por encima de las expectativas en las ocho primeras jornadas y dejó el listón bastante alto, y es que era el conjunto menos goleado de la categoría de plata, sacaba mucho rédito a las acciones de balón parado y marchaba en puestos de 'play-off' de ascenso.
A partir de ahí se consumó la tragedia y las cifras del Recre son, sin lugar a dudas, con datos objetivos, las peores de sus 125 años de historia en cualquier categoría. En las siguientes 16 jornadas, el conjunto onubense únicamente ha ganado un partido, con un balance de siete puntos de 48 posibles, con una victoria (ante el endeble Albacete), cuatro empates y 11 derrotas. La crisis es principalmente descomunal en las 11 últimas jornadas, saldadas con dos empates, nueve derrotas y sólo cuatro goles a favor. La salvación está a sólo tres puntos de distancia, pero las sensaciones son horrorosas.
Los motivos de ese derrumbe serían varios y, anque lógicamente el técnico y los jugadores no pueden eludir responsabilidades, pesa mucho lo económico. Así, los futbolistas han entrenado algún tiempo sin médico y con los terrenos de la Ciudad Deportiva en mal estado y ya les deben cinco mensualidades (a los trabajadores del club y a los jugadores de la cantera también). Y no sólo no ha habido dinero para fichar en el mercado invernal, sino que también se han ido Josmar Zambrano, Marc Bertrán y principalmente Joselu, el único delantero que estaba viendo algo de puerta en este Decano. Ahora la responsabilidad ofensiva quedará de aquí al final de temporada depositada en Rubén Mesa, que sólo ha hecho un gol; en Braulio, que aún no se ha estrenado; y en canteranos como Caye Quintana y Antonio Domínguez. Mal asunto.
Aunque el acuerdo con Hacienda parece cada vez más cercano, de la noche a la mañana el Decano necesita mucho dinero y es casi imposible que lo consiga viendo los movimientos de Gildoy en los algo más de tres años que llevan al frente del club. Son más de tres millones para Hacienda, más de uno para saldar las deudas con los futbolistas, y alrededor de otros tres más en una obligatoria ampliación de capital que evite la liquidación de la entidad albiazul antes del 31 de julio. El Ayuntamiento de Huelva, segundo máximo accionista, se la juega también en año electoral y necesita dar algún golpe de efecto.
Y en lo deportivo la situación parece casi perdida. El equipo debe sumar la mitad de los puntos que restan por disputarse (27 de 54) en estas 18 jornadas si quiere salvarse. No hay dinero para cesar a Oltra, y tampoco hay técnicos que quieran venir al Recre sabiendo que no van a cobrar. Los futbolistas están desquiciados y parecen peores de lo que son. La temporada empezó a escribirse con renglones torcidos y la Segunda B es una realidad cada vez más cercana. Esa es la cruda realidad. La afición reparte culpas y ya está cansada de las múltiples promesas incumplidas de Gildoy.